Monotoro es un proyecto que tiene como motor a Juampi di Cesare. Prolífico y talentoso artista de la música argentina independiente, Juampi lleva como estandarte 20 años de producción musical desde un lugar de incomodidad creativa, que si bien lo emparenta con algunos proyectos, también lo distingue de todos los demás. El mundo que se traduce en sus canciones es amplio, llamativo y profundamente introspectivo.
Quizás la creciente expectativa cumplida por el lanzamiento de su nuevo disco, como un viraje hacia un nuevo lenguaje pero sin perder su precisión expresiva, le pone fecha de caducidad a ese lugar peculiar. Lugar en el que Juampi, sin embargo, no parece sentirse para nada extraño ni mucho menos aburrido.
Como pieza fundamental en rol de influencia, directa o indirecta, de diversos proyectos musicales que tomaron relevancia ineludible en la escena argentina (llámese Mi Amigo Invencible, Perras on the Beach, o Las Cosas que Pasan por nombrar algunos), el universo de Juampi se ramifica en diversas formas de expresión, que también reposicionan y resignifican su búsqueda artística. De eso pareciera ser un testimonio su último disco, El extraño día en que no salí de casa, que va a presentar este sábado 17 de agosto en CC Richards (Honduras 5527, CABA), un día en el que lo más normal pareciera ser salir de casa y dejarse llevar por los caminos que conducen hacia esa cabaña cubierta de nieve que ilustra la tapa del disco. El interior de esa casa es un refugio de lo más cálido y movido, si nos dejamos llevar por la propuesta que instalan sus beats bailables, grooveros, sus melodías de guitarra precisas y las letras flasheras que nos sumergen en un mundo propio y fascinante.
¿Por qué elegiste como nombre “El extraño día que no salí de casa” para un disco que, desde lo musical, invita al movimiento, hacia el afuera, más que a la introspección?
Es bastante literal lo que pasó mientras lo hacía, solo que no fue un día, fueron casi dos años que no salí de casa. Lo que planteás como antagónico entre el nombre y lo que suena, tiene sentido. También me pasó en otros discos de direccionar la composición hacia el sentimiento que quiero habitar. Tiene algo de construirse el propio sistema, como una previsión.
¿Cómo sentís que transformó tu propuesta musical el haberte instalado en Buenos Aires, en comparación con la vida en Mendoza?
Creo que estar en Buenos Aires, a mí, me funcionó para terminar de darle realidad a lo que vengo haciendo hace 20 años. En Mendoza sentía que la suerte, el que me vengan a buscar, la oportunidad justa del momento justo, y otros factores del mundo del random y el azar, serían los vehículos de que pudiese pasar algo con lo que hacía. Acá en Buenos Aires solo pienso en que no me merme la voluntad de seguirle dando, mejorar mi música, mis arreglos, sonar bien junto a la banda que armé. Dar un buen show en un contexto más fluido, estar atento y al salto de ir avanzando siempre.
¿Cuáles creés que fueron los cambios en el proceso de producción de estas canciones que lo diferencia de tus anteriores trabajos?
El cambio más grande fue la libertad y el (des) control de grabarlo y mezclarlo en mi propio estudio; una experiencia devastadora por momentos y muy satisfactoria hacia el final. También, entre este disco y el anterior, me arrimé nuevamente a la fuente de la armonía para renovar mis ideas y buscar nuevos rumbos, desde un lado más intelectualoide y no tanto de la influencia directa de música que me gusta.
¿Cómo ves el diálogo de tu búsqueda musical presente con otras propuestas de la escena nacional actual?
La escena nacional actual parece estar copada por el trap por un lado, por el movimiento de artistas mujeres por otro, y por el viejo indie que sigue aguantando. Este tridente conformado por zarpadísimos proyectos y artistas, consolida una escena musical que suena muy bien y barre con esa tendencia garagera que tuvimos los últimos diez años. A mi música no la veo ahí, creo que desde siempre vengo orbitando junto a miles de otros pequeños sistemas que no somos el mainstream y conformamos esa masa alternativa, que también es escena nacional.
Tenés una fuerte influencia y tradición, en tu producción y en tu estilo, de experimentación con la música folclórica instrumental; pero también con un sonido de rock más clásico. ¿Sentís que la búsqueda pop que plasmaste en este disco es una respuesta a tus propias zonas de comfort?
Mi zona de comfort no es hacer música, mi zona de comfort es no hacerla. Hacer folclore, pop, canción o lo que sea, es enfrentarme a un vacío, no es un lugar muy agradable, se me va la vida por ahí. Tal vez si trabajara de otra cosa y tomara las cosas a la ligera, sería más lúdico, disfrutable, más parecido a una zona de comfort. Pero me repele automáticamente sonar a algo, no me siento honesto.
Sin embargo en la búsqueda de este disco hay pasajes que reelaboran esa idea de formato “canción.” ¿La experimentación es una elección o una necesidad de tu música?
Te respondo un poco con lo anterior, a veces el buscar escapes a las formas que caen cantadas, me lleva a construir estos espacios instrumentales. En este disco recurrí mucho al ensamble de cámara y menos al noise del flash de discos anteriores.
¿Cómo influyen en tu búsqueda artística actual los demás proyectos de los que formaste y formás parte en la actualidad?
Creo que es todo una misma tela de la que hacemos lo que hacemos, y después selección. Algunas ideas van a Armando Pacheco, otras a Monotoro y otras a El Príncipe Idiota.
¿Podés adelantarnos algo de la presentación del disco en CC Richards este sábado?
Planteamos un recital con todo el disco, no en el orden del álbum, pero sí todos sus temas. Estamos muy contentos por que suena todo lo que está grabado, la banda somos nosotros cuatro más Tuti Posse en guitarra acústica y coros, Andrés Ravioli en trompeta y Machingo Russo en trombón. Nos presentamos full band. Abren la noche los amigos de Junior 1, y a las 22 ya estaremos arriba del escenario.
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Monotoro se presenta este sábado 17 de agosto a partir de las 20:30 h en CC Richards (Honduras 5527, CABA), junto a Junior 1. Entradas disponibles a través de Passline.