Lo más cercano a caer, el esperado primer LP de Nenagenix, es un réquiem ante la muerte de la inocencia que postula una vuelta de tuerca generacional, resonante y anti solemne del sacrilegio emocional. Tras florecer con canciones sugerentes del calibre de “Material pornográfico” o el histrionismo de su reversión de “Kill V. Main” de Grimes, la banda argentina mutó hacia una evolución tan poderosa como desgarradora. La ocho canciones de su disco son como gotas de tinta negra diluidas en mares de distorsión, que desatan una estampida de sonidos salvajes y desenfrenados que se desvanecen al compás del corazón. La furia y la melancolía forman las dos caras de una misma moneda en el álbum debut de uno de los proyectos más prometedores de la escena alternativa de Buenos Aires.
A lo largo del lánguido arcoíris que forma el tracklist, las sombras afiladas se clavan en los sentidos durante 28 minutos, fusionando vestigios desarticulados en una ensoñación –algo narcótica y otro neogótica- de una memoria que se desangra gradualmente. Cada pieza revela su propia historia entre susurros y explosiones sonoras, tejiendo un mosaico de experiencias que magnetizan, conmueven y enardecen hasta la médula. En este sinuoso laberinto, no hay rosa sin espinas, y son precisamente las aristas que acompañan la autodestructiva belleza melódica las que flagelan nuestros sentimientos para punzar lo más profundo del alma desde los parlantes.
Con crudeza grunge, garra punk, reflejos shoegaze y emocore, sumado a una reconfiguración de elementos de la cultura pop, la agrupación porteña alineó su perspectiva en concordancia a la experiencia del productor Santiago De Simone. “El título del disco nació un día de la nada mientras estábamos grabando en el estudio -cuenta la cantante Martina Sampietro en conversación con Indie Hoy-. Hasta ese punto ningún nombre nos había sonado bien, no se nos caía una puta idea. Cuando apareció Lo más cercano a caer nos dimos cuenta que era ese, que no podía haber otra opción”. Su compañera, Laura Ferreira, guitarrista de la banda y de la artista Saramalacara, afirma: “Fue un proceso mucho más maduro al momento de elegir las canciones”.
Habiendo agotado las entradas de su presentación oficial para esta noche en Niceto Club, Lo más cercano a caer se ha vuelto una especie de bisagra entre la condensación de movimientos musicales que identifica una nueva era para la escena. Desde los cimientos de la movida post pandemia, Nenagenix saltó a ser la primera banda en firmar con Bohemian Groove, el emblemático sello discográfico que catapultó a cada integrante de la Rip Gang al estrellato. A diestra y siniestra, se trata de un disco auténtico, honesto y visceral que revuelve por dentro y calla a todo aquel que siga sosteniendo la muerte del rock.
¿Cuál fue el origen y la inspiración que impulsó la creación del álbum?
Victoria De Biasio: Sacamos Flash Memory en plena pandemia y dijimos “ahora lo que queda es hacer algo”.
Francisco Peña: Cuando empezaron hace un tiempo yo todavía no estaba tocando en la banda. Una vez que empezamos a jugar juntos, ahí empezamos a componer sobre un par de ideas que teníamos. Después empezamos a tener más infraestructura en los ensayos y nos pusimos una deadline. Se activó mucho el proceso creativo desde ese momento. Llegamos a un punto en el que hicimos clic y decidimos qué era lo que buscábamos.
¿Cómo fue el proceso de evolución de las canciones a lo largo del tiempo? ¿Experimentaron cambios significativos en su composición o sonido?
Martina Sampietro: Lo que ayudó a unir las canciones fue cranear lo que quería decir el álbum como proyecto, en toda su forma. Encontrás la conexión entre las canciones cuando descubrís lo que querés decir. Eso ayudó mucho creo al proceso, porque sabíamos cuando una letra no iba tras no tener nada que ver el resto, o decíamos “esta melodía se va a la mierda porque tampoco tiene nada que ver”. Buscábamos la unidad, ya había un concepto.
VB: Fue todo lo contrario al EP. Flash Memory son los primeros temas que hicimos, así como están, los grabamos y listo. Para el álbum ya pensábamos muy distinto. Así sacamos un montón de cosas que capaz pensaremos a futuro, pero para Lo más cercano a caer no iban.
¿Qué conceptos y emociones subyacen en la poética del disco?
MS: Creo que es muy difícil tener una banda, que seamos cinco, contar algo y que resuene con todos. Entonces, en un tiro fue ir a lo más obvio. También porque estamos pasando todos por lo mismo, creciendo, madurando, convirtiéndonos en “adultos”. Eran los mismos sentimientos que uno iba a sentir eventualmente e iba a poder comprender lo que el otro quería decir. La imagen en grande son las distintas facetas de ese proceso.
¿Qué carga simbólica tiene para ustedes el dormitorio en la portada del álbum?
MS: Yo lo veo no solo por lo que se cuenta durante todo el álbum y la idea de tener todas las memorias de uno ahí, sino también que, cuando hicimos el álbum, muchas cosas fueron escritas en pandemia. Hay algunas letras que me remontan a ese tiempo, a la sensación de estar encerrada y no poder pensar en otra cosa que no sea ese estado en el que estaba. El disco tiene mucho que ver con el encierro.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con el sello Bohemian Groove y ver su álbum materializado?
FP: Al estar laburando con Saramalacara, compartíamos muchas cosas con los pibes. Ellos sabían que yo tenía la banda y hubo un interés muy orgánico de parte del sello hacia el proyecto. Otros de los impulsos fue que veníamos de sacar el EP nosotros mismos, y el disco fue muy distinto, teníamos muy en claro lo que queríamos. Eso le flasheó a Bohemian Groove, que hayamos tenido tan claras las ideas. Simplemente, fue la seguridad. Nosotros teníamos esta construcción premeditada y lo que nos dieron ellos fueron las herramientas para poder ejecutarlo como queríamos.
MS: Al principio se sintió raro que apadrinen una banda, nos preguntábamos por qué nosotros. Creo que la vieron, yo que sé. El día que se lo presentamos al sello fue muy increíble, estábamos temblando. Yo tenía mucho miedo de que no les guste, o que se arrepientan de su decisión al tener el producto terminado, y digan “Esto es una mierda”.
¿Cómo fue el proceso de colaboración con Santiago De Simone en la producción del álbum, considerando la naturaleza visceral y emocional de las canciones?
FP: Nosotros llegamos casi con el disco hecho y se lo presentamos a Santi, que nos dio su feedback. Santi estaba loco con nosotros. Nos costaba mucho confiar en la gente y empezar a laburar con él desde la sinceridad fue fundamental. Obviamente que al principio cuando no nos conocíamos tanto estábamos siendo muy cuidadosos, pero es por tanto cariño que le tenemos a nuestras canciones que queríamos que sea perfecto. Al principio costó.
Blas Bulacio: A él le copó el proyecto porque había algo bastante armado cuando nos escuchó. Muchas demos, si las escuchás ahora, suenan muy similar a nivel composición. Necesitábamos a alguien que nos pueda dar ese sonido y también tenga un entusiasmo por el proyecto.
MS: Santi fue muy paternal y nosotros necesitábamos a alguien que confiara en lo que hacíamos. Me acuerdo que el primer ensayo que vino, escuchó “Pulso” y lloró. Él también confió mucho en lo que eran nuestros demos, le pegó que las hicimos en el cuarto de Blas o que eran audios de WhatsApp. Esa esencia no la habíamos perdido, seguíamos con nuestros temas que sonaban para el orto. Fue cuando nos escuchó en el estudio que se encontró con lo que realmente era la música, con las texturas que hacía cada uno con su instrumento. Algo que le encantó a Santi es que se dio cuenta que tanto Blas como Vic hacen algo completamente distinto al mismo tiempo y de alguna manera conviven en el mismo universo. Creo que eso fue lo que lo compró, ver que cada uno tenía una visión tan distinta al tocar, pero que aún así se justificaba de manera armoniosa.
¿Qué sensaciones experimentan al subirse al escenario y conectar con el público, considerando la atmósfera oscura y melancólica que envuelve su música? ¿Cómo se transforma esa energía en vivo?
Laura Ferreira: En este disco nos enfocamos en poder hacer canciones que sean pogueras, que puedan ser manijas y que puedan ser disfrutables de esa forma. Por eso usamos tanta distorsión y los estribillos. Es música pegadiza y muy cancionera, creo que eso le gustó mucho a la gente.
FP: Buscamos esa fusión dentro de todas las referencias que teníamos. Siempre tratando de aferrarnos a la canción y hacer una estructura medio pop con verso y estribo. Apelamos un poco a eso, pero manteniendo la estética y energía.
¿Qué influencias visuales han sido relevantes para la estética de Nenagenix?
FP: Hay muchísimas referencias de películas. A mí me gusta el cine y consumo mucho, pero Lau y Martu tienen algunas refes que yo quizás no tengo.
MS: Hay refes exactas, pero yo creo que lo visual nace de confiar en el gusto del otro, de lo que ha consumido y lo que le gusta, y así surge un producto final del aval de todos. Pero hay muchas puntas, hay bocha de cine asiático, por ejemplo, es lo que más hay. También hay cine argentino, a una canción la llamamos “Nadar sola” por la película de Ezequiel Acuña. Hay de todo, creo que la idea de que el álbum demuestre todo este proceso de crecimiento va estar inevitablemente de la mano con todo lo que curtimos desde chicos hasta el día de hoy. También hay imágenes que nacieron de sueños.
¿Cómo fue para ustedes pasar del aislamiento social al descubrir la presencia y el apoyo de un público entusiasta en el circuito de bandas emergentes?
MS: Obvio que esto es un microclima, pero pensando en el panorama actual creo que hay muchísima música nueva constantemente, y a veces se puede considerar desechable. Pasás de moda en moda, de moda en moda. Y lo que yo noto acá, entre la movida y el público, es que hay una buena interacción. Por lo menos nosotros ya estamos tocando hace tres años, y la gente sigue con la misma manija y cantan los mismos temas que hicimos desde el principio, los cuales no son nuestros preferidos si los comparamos a los de ahora, pero los siguen amando. A lo que voy con lo de desechable es que creo que acá no es tan así. Si bien siguen bancando proyectos que ya tienen sus añitos, cada paso es fundamental. Claramente no se puede comparar al de un panorama mainstream, el aguante es muy poderoso.
LF: El aguante del público va no solo para las bandas que vienen desde hace años, sino también a las nuevas. Cuando nosotros arrancamos en 2019 no había tanta manija con las bandas nuevas como la hay ahora. Posta que la pandemia cambió mucho todo.
VB: Además son siempre públicos muy gedes, no es que vas a ver ahí a alguien tranqui. Antes era más como estar preparado ahí de brazos cruzados. Así fue nuestra primera vez, nosotros tocando y los chabones al costado mirándonos fijamente.
BB: Y además todos se retroalimenta, la gente va a más fechas y las bandas tocan más. Hay fechas todos los fines de semana y también es clave para que las bandas no mueran. A proyectos más pequeños con un par de temas la gente los banca igual, y eso también te motiva a no dejarse estar. Motiva a la banda a seguir haciendo cosas y decir “bueno, si me aguantaron con este puñado de temas, voy a meter hasta poder sacar algo”. Es lo que nos pasó a nosotros, como a muchas otras bandas. Aparecen, tienen un público y por ahí no tienen tanto en Spotify, pero no importa.
MS: No hay material de estudio, y aún así la gente ya celebra.
FP: Nos pasó de haber empezado a tocar los temas del disco sin haberlo sacado y en los shows la gente ya se los aprendía para cantarlos.
¿De qué manera han evolucionado las canciones del EP después del lanzamiento del álbum y cómo las perciben en la actualidad?
VB: Las canciones del EP me gustan, pero actualmente no es la música que yo escucharía. Ahora, las canciones de nuestro álbum, yo las escucho todos los días. Me sirve que a la gente le guste, pero me pone feliz saber que estoy haciendo la música que a mí me gustaría escuchar. Siento que el EP no salió hace tanto, pero como músicos maduramos muchísimo en estos años y se refleja mucho en las canciones de ahora. Esa madurez y el crecimiento que tuvimos, personalmente y como miembros de la banda, se refleja muchísimo. Por eso nos gusta que a la gente le esté gustando tanto el álbum, todo ese crecimiento valió la pena.
MS: Además, al principio teníamos la incertidumbre de si nos iban a bancar con estas canciones que eran algo tan separado entre sí, digamos, ninguna tenía mucho que ver con la otra. En el EP habíamos tratado de hacer algo con lo que queríamos decir en ese momento, pero no queríamos hacer ese género por siempre. Más que una faceta, el EP significó eso, nosotros tomando la oportunidad de decir exactamente lo que sentíamos y no pensamos en qué significaba inmortalizarlo.
LF: Ni tampoco pensábamos a futuro. Era música del momento, se trataba de sacar música y ya. Fue lo más impulsivo que hicimos, sin pensar en los conceptos. Todo lo contrario al disco.
MS: Igualmente, yo creo que “Material pornográfico” es una gemita en bruto. Tiene sus cosas que hoy en día hacemos.
FP: Muchos de los temas del EP se empezaron a transformar un poco en vivo. Inevitablemente los empezamos a tocar de otra manera sin pensarlo tanto. La diferencia está en tocar con dos violas en vez de una.
MS: Lo que cambió todo fue conseguir la formación que tenía que ser. Nos pusimos meticulosos. Eso es lo que dio el giro, porque cada uno estaba en su zona, donde quería estar.
¿Cuál es el tema del disco que más disfrutan tocar?
LF: El que más me pone feliz tocar es “Antes de que olvide”, es el tema que más me satisface no solo a nivel de sentimiento físico, sino que al escucharla es muy pegadiza y divertida al mismo tiempo. Además, la letra es perfecta y es el cierre perfecto para este disco en general. Me pone muy feliz que exista y que la hayamos hecho nosotros.
FP: A mí el que más me gusta es “Contraluz”, pero tal vez porque me encanta la bata que escribí. Es literalmente divertido de tocar.
VB: “Pulso” es mi tema favorito del álbum. Me gusta que nació en un ensayo, corte agarramos los instrumentos porque recién habíamos tomado la sala y salió. Lo terminamos en tres ensayos, la letra la escribimos re rápido y la melodía también salió enseguida. Me gusta mucho, siento que está muy clavado, la vibra y la energía que tiene. También me encanta que sea el tema que abre el álbum.
BB: Yo voy a elegir “Nadar sola”, la siento personalmente bastante cercana. Porque es una idea que nació acá en mi casa, después le empezamos a dar forma. También me gusta mucho el lugar en el que está ubicada en el disco, siento que se conecta perfecto con “Sueño por debajo”. Pero esto ya es más personal, me parece que las guitarras de la parte que explotan en “Nadar sola” son los mejores sonidos de guitarra que se consiguieron en la banda.
MS: Mi favorita es “Dientes de leche”, la disfruto un montón. Es un tema que, para mí personalmente como vocalista, no es un desafío. No es que es divertido cantarlo digamos, porque no estoy como haciendo las Olimpiadas de canto. Pero también disfruto muchísimo escucharlos a ellos, porque de alguna manera entendieron perfectamente cómo sonaba en mi cabeza la letra. La cual también es la letra que estoy más orgullosa. Ese sentimiento de crecer y compararse con uno mismo con sus canciones del pasado, siento que la clavé. Siento que es un tema que se destaca por su rareza de los otros. Cada vez que escucho la outro, literalmente me elevo. Sin falta, hasta en los ensayos cuando la escucho como el orto, o tirada en mi casa, me produce exactamente lo mismo. En esas cosas yo siento que se juntaron todos los astros y nació la canción.
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