En 2013 los medios locales hablaban de “la bajista argentina” que se unía a los Pixies. Sin embargo, en esta parte del mundo poco sabíamos de esta misteriosa mujer. Solo que fue parte de A Perfect Circle y Zwan, grabó para Queens of Stone Age, editó dos discos solistas, tiene una banda llamada The Entrance Band y toca más instrumentos que los que creés conocer. ¿Pero cómo es Paz Lenchantin? ¿Qué hay en ella, más allá de la música? Y sobre todo: ¿cuál es su vínculo con nuestro país?
Paz atendió desde Los Ángeles (donde presentaba su primer cortometraje) la llamada de Indie Hoy. Solo soltó dos palabras en español. Entre risas, anécdotas y recuerdos familiares, nos habló en exclusiva sobre su historia, la actualidad y el futuro de Pixies, el nuevo disco, la gira, la música argentina, sus otros proyectos y sí… Kim Deal.
¿Cómo describirías el sonido de Head Carrier? ¿De qué va el disco?
Creo que suena como un clásico disco de los Pixies, hecho en 2016. Y no sé si necesariamente trata sobre algo específico; espero que la gente pueda crear su propia historia con él cuando lo escuche.
Vos grabaste en un montón de estudios con muchos proyectos distintos. ¿Cuál es el diferencial de ir al estudio con los Pixies?
Creo que a este punto, con 42 años, habiendo tocado en muchas situaciones diferentes y habiendo aprendido tanto en el camino, de algún modo era el momento perfecto para grabar un álbum con los Pixies. Una banda que ha estado haciendo álbumes desde los 80 y quienes obviamente han sido una gran parte de la historia de la música. Me sentí lista, llegué con mi historial y muy segura para crear, colaborar y trabajar en el estudio, que son de las cosas que más me gustan. Con una música que realmente me llena por su versatilidad; abarca un rango muy amplio de colores y sentimientos, y eso es algo que amo un montón. En ese sentido, siento que la música de los Pixies me completa.
Teniendo en cuenta que sos la más nueva, ¿te sentiste como un miembro más en el estudio, o fue difícil competir con la relación que tienen los otros tres Pixies desde hace tanto tiempo?
No creo que “competir” sea una palabra que haya sido parte del vocabulario del disco. Estábamos todos ahí por la misma razón: hacer el disco más poderoso que podamos hacer, siendo una banda de cuatro piezas en una habitación, tocando música y poniendo atención en el potencial de cada canción, haciéndola lo mejor posible. Me permitieron ser yo misma, y yo soy bastante terca, así que me cuesta mucho mantener mi boca cerrada cuando siento algo. Me permitieron expresar mis sentimientos, mis pensamientos, y a veces realmente les gustaban y otras “ehh… quizás no es la mejor idea” *risas*. Pero la idea era siempre bien recibida. Algunas veces tenía que decir “perdónenme por seguir parando todo y ajustando y sugiriendo cambios…”. Pero era una experiencia intensa, buena y colaborativa que todos estábamos disfrutando, porque todos estábamos ahí por la misma razón: tratar de que las canciones alcancen el potencial que cada una merecía.
¿Qué te propusiste agregar a la fórmula de la banda ni bien llegaste? ¿Cuál creíste que sería tu contribución especial, y cuál creés que es ahora?
Mi contribución especial, ser yo misma. Y escuchar y tratar de escuchar lo que la música quiere que yo haga. No se trata realmente de mis ideas, son las ideas que tiene la música y que yo trato de comunicar. Amo trabajar con otras personas porque puedo escuchar cosas mejor que cuando solo soy yo en una habitación, donde solo puedo jugar con el sonido de una bocina, o del viento, que vienen de afuera. Hoy en día compartimos muchos momentos. Nos gusta escuchar música después de los conciertos. Soy como una hermana… sí, soy la “hermana” en la banda.
De hecho hace muy poco, en julio, fuiste anunciada como un miembro oficial de Pixies. No entiendo, ¿por qué recién ahora? ¿no eras ya una integrante de la banda?
¡Yaay! Bueno, creo que como en toda relación, aunque conozcas a alguien y digas “wow, esa es la persona con la que me voy a casar”, al mismo tiempo como que esperás el momento para preguntar eso. Cuando las cosas van bien, y estamos viviendo juntos, y “oh, adoro como cocinás”, bueno, ahí sí, te puedo pedir matrimonio. Por más que se haya sentido como una familia desde el principio, creo que tomó su curso natural, como cualquier relación, para llegar al punto en el que te podés arrodillar y preguntar “¿te casarías conmigo?” “¡Oohh acepto!” *risas*.
¿Y cuál fue ese punto? ¿Por qué ahora?
Creo que sencillamente tenía sentido. La química era la correcta y ya comenzábamos a pensar hacia adelante, en el siguiente disco y en cosas más permanentes. Quizás al principio los Pixies estaban en una situación muy de transición y no se pensaba realmente en qué discos íbamos a hacer, sino en simplemente avanzar, organizar conciertos. Pero después todo se empezó a sentir muy bien y empezamos a pensar en grabar y demás. Naturalmente, cuando algo se siente bien querés que sea para siempre.
Cuando estás haciendo música nueva ¿cómo te influencia el legado de Kim Deal? ¿la tenés en mente de alguna manera?
Cuando me pidieron que me una a Pixies por supuesto que me puse a escuchar cada una de las canciones que habían grabado, incluyendo lados B. Y escuchaba, no tocaba. Durante unas tres semanas completas solo me ponía los auriculares a donde sea que iba, subía los graves y escuchaba sin parar. Y cantaba en mi mente. Si estaba en un restaurante, por ejemplo, también estaba con mis auriculares, siempre. Para cuando finalmente ensayamos fue cuando dije “bueno, ahora obviamente voy a tocar”. Me había aprendido todos los temas escuchando y escuchando y claramente Kim Deal fue una parte importante de lo que escuchaba. Su libertad. La forma en que ella era ella misma. Era clave que, una vez logrado ese enfoque, pueda dar esa misma energía que creo que es muy importante. Tiene que ver con ser uno mismo, lo más natural posible. Yo no estoy acá para copiar a alguien, sino para hacer lo que sea mejor para la música. Ser uno mismo y ver si funciona. Sobre todo cuando se trata de la voz: era muy importante para mí tener mi propia voz sin tratar de ser otra cosa que yo misma. La mujer que está ahí. “La mujer Pixie”.
Sé que sugeriste a Black Francis hacer una canción, “All I Think About Now”, que es de alguna manera una carta de agradecimiento a Kim. ¿Por qué creíste que era importante hacer eso?
Cuando la canción apareció y Black Francis me dijo “creo que deberías cantarla vos”, yo le dije que sí, pero sólo si él escribía la letra. Y él me dijo “bueno, yo escribo la letra, pero vos tenés que decirme sobre qué escribir”. En ese momento fue que me vi a mí misma cantando una canción en una banda y pensé “¿y yo cómo llegué acá?”. Y una de las respuestas a esa pregunta era Kim Deal. Pensé “gracias, gracias por este lugar en el que estoy, haciendo este disco con los Pixies”. No podía dejarla atrás. Ella es parte de la banda para siempre y simplemente me surgió, fue muy rápido. No es que lo había pensado en algún otro momento. Cuando me preguntó sobre qué debería escribir, simplemente dije “Kim”.
Debo decir que es sin dudas uno de los mejores temas del álbum, es realmente hermoso.
¡Gracias! La canción se escribió sola. A pesar de que habla sobre Kim, mi ex-novio pensó que era sobre él *risas*. Me gusta que la gente pueda disfrutar las canciones y relacionarse con ellas a su propio modo. Es una de esas canciones que no tienen por qué ser específicas, simplemente se escribió sola porque hablaba de algo en específico.
Hablemos un poco de tu historia. Entiendo que te fuiste de Argentina de muy joven, pero ¿qué tan vinculada a nuestro país estás? ¿qué tan argentina te sentís?
Esa es una pregunta interesante y creo que me ha estado persiguiendo toda mi vida. Mi madre todavía tiene un departamento en San Telmo, mi padre todavía mantiene la pequeña casa de mi abuelo en Mar del Plata. Él va una vez al año y ella varias veces al año. Yo estuve tan ocupada que no pude ir, a pesar de lo mucho que me hubiese gustado. Pero está en mis raíces. Después de vivir en el sur de California por más de 35 años, o no sé bien cuánto, me gusta decir que soy una chica californiana con raíces argentinas.
De hecho en el 2014 tocaste con Pixies acá en nuestro Lollapalooza. ¿Tuvo algo de especial volver a tu país a tocar con una banda de ese nivel, frente a un público tan enorme?
Sí, esa fue la primera vez que toqué en Argentina, y estaba con los Pixies, fue bastante emotivo. Mi mamá estuvo en ese show. Lo disfruté muchísimo, fue un muy alocado primer show en Argentina para mí. Esperamos poder ir a tocar allá pronto, estamos haciendo planes sudamericanos para el 2017, pero aún no conozco bien las fechas.
¿Conocés o te gusta o escuchás a algún músico argentino actualmente?
Bueno, yo fui criada con un montón de folklore argentino. Mercedes Sosa… Raúl Carnota era un muy buen amigo de mi familia. Amelita Baltar, algo de tango. Crecí entre mucha música argentina, mis dos padres son pianistas y amantes de la música. Así que definitivamente está dentro mío y hay algo que me sucede siempre que escucho a, por ejemplo, Mercedes Sosa. No hay nada como ella, es una de las cantantes más hermosas del mundo.
¿Y algo de rock? ¿Spinetta, Charly García? ¿Te son familiares?
Yo ni siquiera estoy familiarizada con el rock en general, excepto por lo que estoy haciendo y por ir a festivales y cosas así. Cuando escucho música escucho cosas más abstractas, música clásica, o renacentista. Generalmente no tiendo a escuchar mucho rock. ¡Lo toco! *risas*
Sé que hace poco hiciste un concierto solo con tu violín. ¿Te presentás seguido en ese formato?
Toda esta semana estoy haciendo una residencia acá en Los Ángeles para una compañía llamada Monkeytown. Yo hice un cortometraje llamado The Spider Lady, en el que estuve trabajando durante años en mis tiempos libres, como un hobbie. Es una película muda y yo toco la banda sonora en vivo. Esta es la primera presentación profesional de la película, tocando en vivo para gente que tiene una comida de como… cinco platos. En un cine cúbico. Estoy haciendo eso durante toda esta semana, dos veces por noche. Ayer me fue realmente bien, lo estuve disfrutando simplemente porque es distinto. Igual, cuando estoy en casa me gusta mucho tocar el violín y asegurarme de ejercitar esa práctica. Así que trato de hacer cosas que hacer con él y ahora este filme está listo. Quizás lo siga haciendo: me llamaron de Texas para hacer esta misma presentación en un autocine, lo cual suena súper divertido. ¡Un autocine, te das cuenta! *risas*
¿Cómo surgió eso de hacer una película? ¿Tenés un costado cinematográfico?
Sí, siempre me gustó el cine. De hecho, fue gracias a eso que conocí a los chicos de Tool, lo cual me llevó hasta A Perfect Circle. Adam Jones, el guitarrista de Tool, hace animaciones con stop motion, algo que siempre amé, y él me contrató como Asistente de Producción para los videos de Ænima. De ahí es que Adam sabía que yo tocaba el bajo, y luego me presentó a su técnico de guitarras, Billy Howerdel, quién terminó fundando A Perfect Circle. Así que, de algún modo, yo estaba casi como “bueno, no sé hacia dónde va mi vida, sólo sé que me gusta el cine, y la música…”. Obviamente la música es mi fuerte, pero siempre he amado el cine y me apasiona, y por ende siempre trato de empujarme a mí misma a hacer algo relacionado a él, sea haciendo animación o lo que sea.
Bueno, venís de una familia muy artística… quizás no me creas esto, pero tengo que contártelo. Esta mañana estaba mirando Dr. House mientras preparaba las preguntas para esta entrevista, y apareció un personaje que era igual a vos. Tanto que tuve que googlearla ¡y era tu hermana! ¡justo me tocó ver ese capítulo hoy!
*risas* ¡Dios mío, eso es increíble! Sí, ella hace de una chelista muda en el piloto de la quinta temporada de House o algo así. Se ve tan hermosa. Tuvo un gran papel, ¿no? Recuerdo cuando fue a audicionar para eso. Se sentía tan segura. Había como diez mil chicas haciendo el casting y ella nunca había hecho nada parecido. Salió y dijo “realmente creo que conseguí el papel” y yo: “¿estás consciente de que había un montón de gente?”. Esperó y esperó la llamada y bueno, lo obtuvo. Fue muy hermoso verla en la pantalla.
Volviendo a la música. Dijimos que ya sos oficialmente una miembro de Pixies, pero ¿qué hay de The Entrance Band? ¿qué planes tienen?
Este año, en marzo, grabamos un disco en Londres. Ellos también son mis hermanos, y los amo. Guy Blakeslee está haciendo su trabajo solista en este momento, y el baterista tiene una familia con dos hijos, así que las cosas funcionaron para todos de un modo natural. Estamos siempre cerca para hacer otro disco si necesitamos, o hacer algún proyecto. Ha sido una carrera divertida con The Entrance Band. Viajamos por todo el país en un autobús escolar, una experiencia bellísima. Pero todos entendemos dónde estamos ahora y estoy muy feliz de que Guy esté haciendo su disco solista.
Sé que a tu bajo le pusiste el nombre “Sunflower”. ¿Hay alguna historia detrás de eso?
¡Sí, de hecho la hay! Hay una banda de los sesenta llamada The Seeds; nosotros abrimos con The Entrance Band un concierto para Sky Saxon, el cantante principal de esa banda. Durante su show algo le pasó al bajo de su bajista y él vino a preguntarme si podía prestarle el mío. Para ser honesta, yo hasta ese momento nunca había dejado que nadie usara mi bajo, soy muy protectora con él. Pero este era Sky Saxon. Ahí pude experimentar por primera vez ver a alguien tocar mi bajo, fue algo así como una experiencia extracorporal. El nombre del bajista era Sunflower y en ese momento dije “oh, ese es el nombre de mi bajo”. Él bendijo mi bajo. Además tengo una rosa en él, lo que le da una esencia floral.
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Head Carrier, el nuevo disco de los Pixies, ya está a la venta en formato físico y en plataformas digitales. Escuchalo a continuación: