Queralt Lahoz es una artista ambivalente: aprehende lo eterno en la fugacidad del instante del mismo modo que hace eco de la jovialidad de su espíritu con composiciones rutilantes y escabrosas. La virtud de la catalana se caracteriza por atesorar una impronta tornadiza que fusiona destellos del dancehall, el soul y la electrónica con elegancia y precisión sobre un repertorio enraizado en las bases del flamenco y el hip-hop. Una caja de sorpresas para revitalizar la energía, incluso en la desventura más aguda y sombría.
Su álbum debut publicado en 2021 y titulado Pureza, es un conjunto dinámico de nueves tracks que representa una montaña rusa de emociones. Canciones como “Con poco” y “Dame doblones” dan por sentado que si algo no le falta es actitud impulsiva. Por otro lado, con “De la cueva a los olivos”, “Origen” y “Tu boca” despliega una calidez capaz de elevar al oyente con su voz celestial que fluye con total naturalidad entre los distintos matices de una sonoridad apacible y absorbente.
Tras la avalancha de elogios que recibió su debut discográfico, Lahoz prosiguió ahondando la forma poliedra que la postuló como una de las propuestas musicales más rupturistas de la escena española contemporánea. La trilogía de singles publicada a lo largo de 2022 es una prueba fiel de la espontaneidad que le permite librarse de las cadenas estéticas para sublevar el equilibrio de lo clásico y atemporal con lo moderno e innovador.
“Acabamos de hacer una gira en Barcelona, el show está muy bien armado y tomaremos lo mejor para poder mostrar lo máximo que tenemos- cuenta la multifacética artista en conversación con Indie Hoy en vísperas de su primera presentación en Argentina-. Es un show con mucha potencia y que pasa por muchos lugares. Tiene una parte muy calmada, muy bonita y muy de raíz, otra parte bien potente de hip-hop, y otra que es puro electrónica muy increíble”.
Elegiste un título muy significativo para tu primer disco, ¿a qué estuvo ligada tal decisión?
Pureza fue una carta de presentación con todas mis intenciones, tanto musicales como las emociones que estaba sintiendo en aquel momento. Básicamente fue mostrarme como yo quería y sin ningún tipo de pretensión de hacer algo para que piensen determinada cosa sobre mí, sino que tenía claro hacer algo desde el corazón. De ahí viene el nombre Pureza para un disco totalmente ecléctico.
Algo que llama la atención es tu forma de transformar la proyección del flamenco, un género que, en la tradición española, es equivalente al tango en nuestro país. Siendo de allá, ¿qué sensaciones o imágenes arrastran estos sonidos en las nuevas generaciones?
Cada uno la adapta y lo adopta de forma personal. Siento que el flamenco es una forma de vida, es un estado de ánimo, es una forma de vivir más allá incluso que una música. El flamenco es, como se dice aquí, un plato de puchero, es la cocina de la abuela, es una cosa que nunca se puede perder. Los tangueros también defienden eso. También es una defensa del amor y de la vida. Eso me encanta, creo que los tangueros tienen esa cosa en común con los flamencos. Me parece precioso, la lucha, la celebración del lamento. Hay una cuestión en la que celebras el lamento y la pena porque es tuya, y la vives de esa manera. Me parece muy sabio.
Hay algo muy nostálgico en lo que decís y se refleja en los paisajes subjetivos delineados por tus canciones, ¿hacia dónde te remiten estas coplas?
Es mi infancia, un lugar donde he sido feliz, el refugio. Es calma, es un abrazo y es permitirme poder llorar todo lo que siento. Porque también es verdad que se trata de una música de clase trabajadora, una música que viene del que ha migrado, que viene de abajo.
Esta amalgama de géneros antes era impensada, ¿por qué creés que ahora cambió?
Lo tengo tan integrado en mi ADN, en mi música y en mi forma de componer que llevo muchos años teniéndolo ahí. Entonces, de una forma u otra sale. De hecho, si quiero hacer un tema electrónico, sin darme cuenta siempre hay melismas, fórmulas o escalas que forman parte del flamenco. Creo que se trata de eso, de mi educación, de mi contexto familiar o sociocultural en el que me he criado. Ya estamos en eso, no nos da miedo mezclar, siempre y cuando lo hagamos desde el amor y el respeto.
¿Y cuál es la percepción de las antiguas generaciones flamencas al encontrarse con alguien que está expandiendo el sonido hacia nuevos territorios?
La gente que ya tiene varios años haciendo esto siento que están aceptando cada vez más lo que está sucediendo. Al final no te queda otra, es aceptarlo o morir, porque el mundo va a seguir evolucionando. Yo tengo la suerte de que se me ha respetado muchísimo, ya que yo también lo he respetado muchísimo. Es un partido de ping pong, se da y se recibe todo el rato.
“Vendavales” es la canción que cierra la trilogía de singles que publicaste el año pasado. ¿Qué nos podés contar sobre ella?
Lo empecé a componer en Granada, Andalucía, y allí lo hice a guitarra y voz. Era precioso y sentí que lo estaba llevando a un punto más electrónico, pero luego me di cuenta de que no. Ese tema lo que me pedía era un bolero, simplemente hacer clásico. Si no permitía que fuera orgánico, me iba a defraudar, porque era un guiño a todo lo que había hecho anteriormente. Yo siempre voy a hacer ese salto entre lo actual y lo orgánico. Necesitaba encontrar ese sonido de bolero clásico, tiene ese guiño. Entonces, la pasé brutal e hice honestamente lo que mi corazón sentía. Por eso pienso que soy feliz como artista haciendo lo que dicta mi corazón, no lo que se supone que tengo que hacer.
¿Cómo definirías esa búsqueda que prosiguió al lanzamiento del disco en esas tres canciones del 2022?
Siento que todo lo que hago es una continuidad. Puedo desarrollarlo hacia un punto o hacia otro. Es verdad que “Blade” ha sido lo electrónico más oscuro, o con sonidos más estridentes que he sacado hasta el momento. El LP que voy a publicar en unos meses tiene un punto más electrónico que antes no había explotado tanto. Creo que esos tres temas fueron ese enlace de poder hacer un bolero clásico cien por cien, poder hacer un tema electrónico cien por cien, poder hacer un reggaetón súper cute, y seguir siendo yo misma. El hilo conductor soy yo, la voz soy yo, la historia soy yo. La gente quiere a Lahoz, pero hay muchas Queralt dentro de mí. Una persona no es siempre un ser inmutable que pasa por lugares siendo la misma. Una persona es muchas personalidades suyas conviviendo dentro. Por eso te puedes permitir que salgan y que se conozcan, o puedes reprimir toda esa visión para que la gente te tenga en una casilla metida y te logren describir. Sé que describirme es difícil, pero eso es Queralt Lahoz, un abanico de posibilidades muy grande.
¿Cuándo fue ese punto de quiebre en el que te diste cuenta que podías hacer lo que quieras sin pudor a los prejuicios?
Al principio tenía miedo de cómo me iban a encasillar, qué me van a decir, porque claro, es complejo. Pero luego me di cuenta de que eso me hacía ser yo misma. No mentir con nada de eso, y hacer lo que verdaderamente a mí me gusta. Ahora si yo salgo a hacer dos o tres estilos, en plan “esto es mi sonido y punto, no hay más”, y siempre hiciese eso, estaría impostando a alguien que no soy. He navegado por muchas músicas, he tenido muchos proyectos, pero al hacer quiero hacerlo libre. Estoy apostando e invirtiendo en mí, y el camino ya es suficientemente difícil como para tener que limitarte a algo. Prefiero disfrutar. Para mí, el disfrute es lo ecléctico, subir al escenario y mostrar todo eso.
Al escuchar tu obra completa se puede apreciar esa idea de siempre dar un paso más, de nunca estancarse, ¿sos muy autoexigente con estas intenciones musicales?
Soy muy autoexigente, soy una persona que nunca me conformo con nada. Siempre busco más y más. Pero claro, es más más más con un equipo a tu lado. Yo voy a un ritmo de trabajo de darlo todo, y mi equipo tiene que seguirme el ritmo, y eso a veces es un poco difícil. Sin embargo luego pasan cosas tan interesantes como el directo, que para mí incluso es lo más importante. Porque es ahí donde ves al artista real cien por cien, con todas esas posibilidades y como se hilan. Cuando tu directo tiene coherencia, está bien hecho y se muestra tu visión artística, ahí no hay discusión.
Además, tus canciones evidencian una escritura muy fina que desbordan meramente lo musical, ¿qué otras artes inspiran tu forma de componer?
La poesía. Me encanta Cristina Peri Rossi, es una exiliada uruguaya en España. Cortázar es otro que me encanta. Mario Benedetti también. Toda la vida me ha gustado mucho imaginarme esos submundos dentro de la novela y de la poesía. Es un universo que me inspira muchísimo, porque hay una profundidad y una sensibilidad inmensa, y la poesía es cruda y tierna al mismo tiempo. A mí me encanta donde hay fuego y agua, donde existe ese arañazo, esa cosa bien fuerte, pero también una tirita para salvarnos. Me parece algo muy necesario en la vida como para ser abiertos y libres.
Queralt Lahoz se presenta el miércoles 15 de marzo a las 20 h en La Tangente (Honduras 5317, CABA), entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Pureza en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).