El mató a un policía motorizado nunca detuvo su movimiento ni su escalada ascendente: Violencia es la última pruba de esa inquietud que los mantiene todavía firmes como un referente para colegas y seguidores del grupo. Durante julio la banda cerró un ciclo de cuatro presentaciones en Niceto y este sábado 3 de septiembre se presentan en Groove, otro escenario en el que ya sienten jugar de locales. Mientras tanto, la banda se encuentra trabajando en un nuevo material, el cual esperan que vea la luz a comienzos del año que viene. Santiago Motorizado contó acerca de los shows, los planes de grabación del disco nuevo, la gira y de los próximos movimientos, tanto de de Él mató como de su proyecto solista.
¿Como percibís la actualidad de Él mató? Estuvieron presentándose con un ciclo en julio en Niceto, y ahora tocan el sábado en Groove.
Pasa algo que está bueno, cuando promedia esta época del año que la banda acumula varias fechas y empieza a sonar todo más ajustado, todo más potente, estamos más seguros arriba del escenario… es entrar en calor con el correr de los meses. El jueves armamos un show diferente en Mar del Plata, yo toqué la guitarra, Chatrán pasó del teclado al bajo y Morita (de 107 Faunos) tocó el teclado como invitada. Estuvo bueno, hicimos un ensayo para tocar las canciones de otra manera y lo vamos a repetir en algun momento.
¿Qué repercusión ves de Violencia? ¿Como sentís que funciona con el público este simple que tiene algo de cambio, de transición?
Nunca espero nada de nadie. Espero que la situación me sorprenda, no me cargo de expectativas, ya sea para cuando tocamos las canciones en vivo o cuando viajamos y tocamos en algún lugar nuevo. Uno nunca tiene por qué presuponer nada. Por suerte las sorpresas suelen ser gratas, estoy contento.
¿Están preparando canciones para un nuevo disco más largo?
El año pasado arrancamos a grabar, y de ahí salió la idea de Violencia, porque sentíamos que por ahí esos temas no encajaban tanto en la idea de lo que estábamos haciendo; pero eran canciones que nos gustaban, tenían un espíritu más autónomo. Por ahí desde la forma es más parecido a lo que veníamos haciendo, pero el modo de producción lo encaramos de una manera diferente. Las canciones del próximo disco, ya desde la forma, van para otro lado y eso es lo que me parece que está bueno: seguir abordando todo ese grupo de canciones de otra manera, habiendo separado Violencia en otro conjunto autónomo, para continuar encarando el resto de las canciones de una forma nueva para el disco.
¿En qué estado de producción está el nuvo material?
Estamos grabando maquetas, ensayamos, regrabamos, las escuchamos, le damos vuelta si no nos convence. Ya tenemos más o menos 14 canciones bastante terminadas. La idea es llegar a 18, 20 canciones y luego ir a grabar a un estudio de Estados Unidos que nos recomendaron, Sonic Ranch. Ya fueron varias bandas argentinas a grabar, como por ejemplo Utopians. Nuestro productor Eduardo Bergallo fue a grabar varias veces y el costo del estudio es accesible, está igual que un estudio de acá. Para nosotros está caro por tener que viajar, pero el estudio está buenisimo, tienen todo. Lo que a Bergallo le entusiasma es que está en medio del desierto, como que no hay nada: para estar estar bien concentrados, enfocados en el disco. Suena divertido.
¿En comparación, el proceso de discos anteriores fue más fragmentario?
Violencia lo grabamos igual que Dinastía Scorpio: las bases en ION y despues volviamos a grabar guitarras, voces posteriormente cuando pudieramos, que según los tiempos de cada uno está bien, es lo que podemos hacer, y según nuestro presupuesto también. Con las maquetas bien terminadas y ensayadas el plan es ir 21 días a grabar, va a ser una experiencia nueva de hacer todo ahí, esperemos que sea divertido. También vamos a aprovechar para tocar.
¿Cómo se viene la gira de Violencia?
Ahora el mes que viene vamos a Brasil, a San Pablo y Belo Horizonte. Después vamos a ir a Montevideo y a fin de año casi seguro a Chile y a Perú. Después en Argentina vamos a estar por Córdoba y Rosario, vamos a ir a Salta, Tucumán, Catamarca, Mendoza, San Juan, también en Tandil. Tendremos también fechas en Buenos Aires y seguramente por La Plata. En octubre tocamos en el Festival BUE y también vamos a tener el Festilaptra a fin de año en el Konex, seguramente por noviembre.
A muchos de esos lugares ya están volviendo. ¿Qué te genera que las canciones lleguen a lugares tan diversos? ¿Cuál es el contraste respecto a tocar en La Plata, que es su ciudad?
Cuando tocás en un lugar bien lejano es muy loco, lo normal es que no te conozca nadie pero cuando ves que las canciones llegan… Me acuerdo que el año pasado fuimos a Costa Rica por primera vez y cerrábamos, era el último concierto del festival y eso nos daba un poco de miedo y cuando tocamos la gente estaba re eufórica y esperando que toquemos. Para nosotros fue increíble. En muchos lugares no sabés que puede pasar. Siempre más allá de lo que pase lo bueno es la aventura, hacer tu música donde sea; pero te sorprendés con esas cosas.
¿Te influye a la hora de componer las canciones el tema de la recepción, el ida y vuelta con el público? Teniendo en cuenta que no en muchas bandas se da ese nivel de convocatoria, ni de fervor con el que la gente canta las canciones…
A la hora de componer, no de una manera directa; sí me motiva y me carga de energía para seguir haciéndolo. Sin eso, sería como al principio; uno hace las canciones igualmente más allá de la respuesta pero cuando genera tanto te motiva.
Contame de El mató como proyecto más allá de la música, a nivel de gestión y de proyecto cultural más amplio, que implica también el sello Laptra y los Festilaptra. ¿Qué rol ocupan para la banda?
Sé que para muchos es una especie de influencia desde ese costado. Que se pueda abrir el espacio independiente, que cuando nosotros empezamos era la nada misma. Ahora hay ciclos, festivales, eso está buenísimo. No sé cuánto ni si tuvo qué ver El mató, ojalá que sí y si fue así, genial. Es un trabajo que hay que hacerlo constantemente.
En sus fechas convocan siempre bandas nuevas para que participen, compartan o no el sonido del sello.
Es algo que nos gusta, tocamos con bandas que nos gustan. Compartimos con ellas porque son bandas que admiramos y siempre es divertido, después nos hacemos amigos y todo va yendo para ese lado. Con Laptra me gustaría estar creciendo, salieron discos nuevos como el de Atrás hay truenos y Reno. Al principio las bandas editaban su disco y Laptra era el colectivo que las reunía. En los últimos discos Laptra ya aportaba la mitad de la producción, y ahora Bronce, de Atrás hay truenos, lo editamos 100% con Laptra. Ver ese camino es genial y nos pone muy contentos. A veces siento que no tengo tiempo y que me gustaría dedicarme de lleno en Laptra y no puedo. El día que me quede sordo me dedicaré 100% a Laptra. Queremos además sumar gente al sello, ampliar la familia y ayudar a que las bandas sigan existiendo.
¿Cuáles son los próximos pasos de la banda?
El plan sería grabar el disco entre enero y febrero, tocar en México y Estados Unidos y volver por lo menos con un adelanto, un simple.
En cuanto a tu proyecto solista, ¿tenés planes de tocar y grabar pronto?
Me gustaría grabar las canciones, alguien armó un disco virtual de mis canciones, grabadas yo solo con la guitarra, que le fui pasando a amigos por messenger y alguien las recopiló y publicó. Muchos piensan que ese es el disco, y no es el oficial; igual está buenísimo que exista. Al principio no las quería mostrar así y después vi todo lo que generó. Pero me gustaría grabarlas como yo las imaginaba.
¿Como llevás la convivencia entre tu proyecto solista y un proyecto más grande como El mató? ¿Qué criterio usás para discernir qué material sirve para cado uno?
En realidad no compongo pensando en eso, sino que hago las canciones y después veo. Quizás las canciones solistas tienen otro tono, más humor, son más irónicas y propias, ese es el principal rasgo por el cual las separo. Igual hay canciones que pasan de un repertorio a otro, por ejemplo una que se llama “Ahora imagino cosas” que a los chicos les gustó y la estamos ensayando, la dejé de tocar solista. Pasé también canciones de El mató para mi repertorio solista si sentía que no enganchaban. Después trato que las canciones de El mató tengan de alguna manera las letras que traten de representar a todos, cosas que vivimos nosotros o experiencias de alguno de los chicos que las tomo y las hago letra, o temas que hablamos siempre, sobre todo en la época de la trilogía, cosas que nos gustaba hablar entre todos. Después solista trato de hacer cosas que dentro de El mató por ahí no tienen tanto espacio. Entre los dos proyectos, lo divertido es complementar por ese lado.
¿Ya tenés idea del arte del disco, del trabajo visual que justo es una veta tuya importante?
Tengo algunas ideas básicas pero que todavía están todas en mi cabeza, quiero que sea alguna foto pero medio mezclado con collages.
¿Hay un hilo conductor que reuna las canciones, por ejemplo a través de las letras?
Hay algo, pero no tan fuerte como en la trilogía, quizás más a la manera de la Dinastía Scorpio. A algunas canciones también les falta letra, eso me está preocupando un poco. Íbamos a grabar el disco en noviembre pero al final lo pasamos a enero y eso me dio un respiro.
¿Qué es lo que podés sintetizar de ésta etapa de Violencia? ¿Qué es lo que pensás que generó y que puede seguir generando?
La verdad es que generó más de lo esperamos, porque era un simple y tuvo mucha repercusión. No fue pensado pero también es cierto que cambió mucho la forma de hacer música. Se vuelve a eso de la canción como la unidad principal de la música, aunque nos encantan los discos y somos fanáticos, como idea conceptual. Pero ahora se vuelve mucho a la canción, como en las primeras épocas del rock, con los simples como más importantes que el disco. No sé si está bueno o no, pero son cosas que están pasando. Lo importante son las canciones.