Sol del Rio es una artista multidisciplinaria que lleva a la práctica la combinación de música y visuales. Empezó su carrera en 2011 presentándose en el festival Mutek de Canadá, y desde entonces estuvo interesada en trabajar con distintos formatos como el video, la pintura, la animación y la performance, combinados con una exploración de pasajes electrónicos que ponen al cuerpo en movimiento. Hablamos con ella sobre su proceso creativo y los planes de una artista que no teme romper las estructuras que se le anteponen en su camino.
Vas a estar presentándote en la primera edición del festival Escuchar [Sonidos visuales]. ¿Cómo te preparás?
Conozco el trabajo de Jorge Haro y de Leandro Frías como curadores del ciclo, nos hemos encontrado con ellos en diferentes festivales. Era como una cuenta pendiente compartir en el festival un poco de mi música y visuales.
¿Tenés alguna premisa a la hora de fusionar sonidos con imágenes?
En realidad va variando, depende un poco del momento que esté produciendo. Hay veces que prima lo que es el sonido y eso me lleva a generar las visuales, y después la mezcla entre las dos cosas. Otras veces va siendo como en paralelo. En 2016, por ejemplo, estuve abocada mucho a lo que fue la edición de Resonancia, que fue un álbum de ocho tracks. Esa etapa fue muy musical, muy sonora primero y cuando ya tenía la mitad de los tracks producidos o un poco más, ahí empecé con las nuevas visuales. Voy modificando mi set a partir de los tracks y las visuales que voy generando.
¿Alguna vez trabajaste al revés? ¿Produciendo música a partir de una imagen?
A veces sí, quizás un grupo de imágenes que estoy trabajando las utilizo para determinada parte de un set.
¿Y en cuánto a la combinación de géneros que elegís?
No es algo tan a consciencia, es algo como ya innato en mi música y creo que tiene una identidad sonora. Es como una conjunción de estilos que al menos puedo identificar. Hay un poco de minimal, techno, cierta reminiscencia al punk. En vivo se transforma una cosa sonora de planteo de set, se desarma un poco la idea de track o aparece por momentos. Por ejemplo, Luminar, que es un EP que saqué después del disco, es súper techno y no tiene voces.
Después de Luminar sacaste otro EP titulado Screenshot. ¿Estos son lanzamientos aislados o adelantos de un nuevo disco?
Creo que salieron así porque me dieron ganas de que sucedan de esa forma. Después también existe mi última producción que se llama d construct, que está solamente en mi canal de YouTube. Esa ahora es para mí muy importante porque tuvo todo un desarrollo de obra plástica en pinturas y en piezas de madera ensambladas en instalaciones de muro.
¿De dónde surgió eso?
Es algo que se dio naturalmente, el sonido lo fui armando así, y quizás por gustos, obviamente, dentro de la música electrónica que tiene esos géneros que te nombraba. Como también otros géneros que vinieron antes que también experimenté cuando tenía una banda que tocaba la guitarra, o en otra cantaba, y hacía otro tipo de música, hasta que me puse a producir en digital que eso fue en el año 2011.
¿Cómo fue ese cambio?
Dejé de hacer música un tiempo largo y empecé a experimentar mucho con las visuales en vivo para otros músicos. Todavía no hacía visuales y empecé con eso muy fuerte, que se fue trasladando a todos los espacios de mi obra. Una vez que eso llegó a una especie de auge, al menos personal, de sensación, inconscientemente me sentí con ganas de experimentar el sonido de nuevo, pero desde un lugar de elección propia del momento que fueron los sonidos digitales dentro de la música electrónica.
En tus shows en vivo, ¿cuánto hay de planeamiento y cuánto de azar? ¿Sos de fijarte en las reacciones del público y permitir que eso varíe el set?
Quizás si estoy en una situación más de club me permito un poco más eso. Pero es diferente en una fecha como la del museo, que el horario es acotado y dentro de una programación. Aparte la tensión está puesta diferente, porque es en el auditorio y la gente está predispuesta de otra forma. Por eso ahí me parece que está bueno tener toda una guía de lo que fui ensayando y quiero proponer para esa fecha. Pero en general todos los sets que yo planteo tienen una improvisación dentro del live, porque por algo los estoy ejecutando en vivo y es lo que me gusta. Hay cosas que sé que van a suceder de determinada manera y otras que las dejo al juego y al azar de lo que sienta en el momento y de lo que me surja o también de lo que veo en el público. Pero más o menos uno siempre tiene una idea del público que se encuentra en un museo o que se encuentra en un club, o en un centro cultural, o cuando trabajás con una marca por ejemplo.
Tenés diferentes facetas que te permiten presentarte en estructuras diferentes y tenés un formato que puede ir adaptándose al lugar. ¿Cómo trabajaste eso?
Es lo que me gusta hacer, ir explorando un poco eso. En ese sentido, por ejemplo cuando trabajo con una marca, está bueno en ese punto, como que tengo que pensar más dentro de qué contexto va a estar funcionando. Igual nunca trabajo con algo que no sienta que esté en sincro con lo que hago. Siempre me gusta que mi obra funcione dentro de contextos que me parecen en los que va, hablando un idioma que permita el diálogo entre una cosa y la otra.
¿Cómo ves la escena electrónica contemporánea local?
Para empezar, comenzó a haber más espacios de festivales con más convocatorias, con más propuestas. Cuando yo comencé en el 2011 no había muchos artistas experimentando, éramos muy pocos. Ahora veo un auge súper fuerte de artistas audiovisuales o que forman duplas para presentarse en vivo. Productores y productoras nuevos. En el sentido artístico creció un montón, pero no sé si están todos los espacios preparados para que esto suceda de una forma feliz.
Comenzaste tu carrera en 2011 presentándote en el festival Mutek en Canadá. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue una experiencia muy importante porque marcó un antes y un después de mi carrera, arrancar así es bastante significativo. Es un festival muy importante que funciona hace muchos años allá y que ahora está por cumplir veinte años. Fue fantástico. En el line up estaba Modeselektor, Amob Tobin, Murcof, Four Tet, Pole, me encontré compartiendo con artistas muy buenos. El festival funciona increíble. Y tuve la oportunidad de también estar en el Mutek México, que tiene muchos años ahí y en el de Tokio, que es más nuevo, pero que para nosotros que estamos en esta parte del mundo Tokio es una revelación.
¿En qué estás trabajando ahora?
Ahora estoy muy focalizada en tocar en vivo el material que vengo produciendo. Ya son casi ocho años de producir música y estoy en un momento de meterme mucho adentro de los sonidos y llevarlo al extremo, explorarlos y volverlos a trabajar, ponerles un efecto o agregarles voces donde no había. Cambiar el beat o retocarle cosas nuevas al set, como tomar otras anteriores. Voy cambiando mucho mis presentaciones en vivo, al principio era laptop y no había voces. Después apareció el micrófono más presente y todos esos cambios ayudan a pensar más el vivo. Estoy muy enganchada con el trabajo del set.
Sol del Rio se presentará el domingo 25 de agosto a las 19:30 h en el festival Escuchar [Sonidos visuales] del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Av. San Juan 350, CABA).