The Kooks vuelve a Buenos Aires y los amantes del indie rock están de festejo. Han pasado 18 años desde que la banda de Brighton, Inglaterra, irrumpió en la escena con su disco Inside In / Inside Out, una obra de catorce hits ininterrumpidos con una identidad muy sólida que se fue afianzando a medida que los álbumes fueron pasando.
Mucho ha sucedido en este tiempo: cambiaron de integrantes, se alejaron de los escenarios, volvieron y dejaron de ser unos jovencitos para pasar a ser hombres de familia. Entre las muchas montañas rusas que atraviesa cualquier banda, una de las aventuras que el grupo superó con éxito fue el desafío de trascender generaciones para perdurar en el tiempo y ampliar su audiencia.
En 2018, cuando sacaron su cuarto disco titulado Let’s Go Sunshine, volvieron a encontrarse liderando la lista de festivales de Europa por una extraña razón. Gracias al streaming, muchos jóvenes los estaban descubriendo y enamorándose de su sonido. Esta experiencia no pasó de lado para el grupo que hoy conforman Luke Pritchard -voz principal y guitarra-, Hugh Harris -guitarra y teclados-, Alexis Nuñez -batería- y Peter Denton -bajo- y aprovecharon el envión juvenil para renovarse y experimentar nuevos sonidos.
En 2022, de la mano del productor alemán Tobias Kuhn, la banda se instaló en Berlín y grabó lo que es su último trabajo titulado 10 Tracks to Echo in the Dark, un álbum con un sonido más electrónico. En conversación con Indie Hoy, Luke Pritchard habló sobre cómo la capital alemana y el techno influyó en la banda inglesa y cómo ha evolucionado su proceso compositivo.
Su último disco, 10 Tracks to Echo in the Dark, contiene muchos más elementos electrónicos que en los anteriores. ¿Cómo influyó en el sonido trabajar con un productor alemán como Tobias Kuhn?
Pasé mucho tiempo en Berlín escuchando esa música alemana que tiene como una onda “new wave” y de alguna manera se me fue filtrando. Son sonidos que nunca había apreciado en profundidad y es muy interesante porque cuando crecés con ciertas ideas fijas en tu cabeza, como puede ser la paleta musical de lo que te gusta, ir al ambiente adecuado puede ayudar a descubrirla. Se necesita de otra paciencia para descubrir nueva música y cuando empezás a sentirla en distintos ambientes, entendés por qué a la gente le gusta tanto. También sentí que era el momento adecuado para intentar algo un poco diferente para la banda. Siempre estamos en un viaje y saliendo de nuestra zona de confort. Sé que si me quedo en mi zona de confort, puede que esté contento con la composición, pero ya no me emociona tanto. Así fue, por ejemplo, en nuestro cuarto álbum, Listen, que me metí en un terreno nuevo y eso me inspiró.
¿Sentís que volviste a meterte en un universo totalmente nuevo trabajando en este disco?
Sí, intentaba hacer eso, meterme en algo que no entendía en absoluto y jugar a ser un niño con un sonido nuevo y experimentar sin perder mis raíces de composición, y eso es lo que hicimos. Hay momentos realmente geniales en el disco, como “Jesse James“, que me encanta. Otra cosa que intentamos fue simplificar todo un poco y lograr un sonido más definido y creo que lo logramos, así que estoy muy contento con ese álbum. Además encontré un buen amigo en Toby.
¿Saliste a algunos clubes en Berlín para escuchar techno?
Sí, fui a Berghain. Eso es exactamente a lo que me refiero en la experimentación porque no es mi escena. Yo soy más de los pubs, me gusta hablar. Prefiero estar ahí tomando algo y charlando, así que cuando la música está demasiado fuerte… No sé, nunca entendí muy bien los clubes… pero cuando voy, sin embargo, es como si fuera más una sensación que algo musical. Todo ese proceso me enseñó a dejar de pensar tanto en la música como música en sí, y a verla más como un sentimiento de lo que intentás transmitir. Creo que podés dar con esa sensación ¡y a veces puede ser tan simple! Incluso algunas de mis canciones favoritas de otros artistas tienen solo cuatro líneas de letra. Cuando lográs captar lo que la persona intentaba decir a través de la sensación, ya está. Y eso es lo que entendés cuando vas a estos clubes. Tienen lugares bastante locos en Berlín, incluso hay muchas casas donde la gente arma pequeños clubes y cosas así. También dejé de consumir drogas y quizás eso también tenga algo que ver con la percepción. Estar sin consumir nada en ese ambiente te permite tener otra perspectiva.
En esta ocasión trabajaron Tobias, pero en general, ¿cómo eligen a los productores con los que trabajan cada álbum?
Todo se trata de química, es como una cita. A veces alguien te recomienda a alguien y hay algo de química en eso. Con Tobias, ambos teníamos grandes ideas: queríamos divertirnos y ser artísticos. Probablemente fue eso lo me atrajo a él porque no estaba en eso de hacer hits, aunque es irónico porque él tiene grandes hits, pero fue justamente lo que encontré refrescante. Su conocimiento musical es increíble y me educó mucho en eso. Creo que las relaciones entre artistas se tratan de educarse mutuamente. A veces solo querés a alguien que ponga los micrófonos y lo haga sonar bien, pero otras veces es una colaboración un poco más filosófica. Ahora, de hecho, el próximo álbum podría producirlo yo mismo porque siento que he aprendido suficiente y estoy listo para intentarlo por mi cuenta, pero depende del viaje que busquemos.
Con casi 20 años de carrera, ¿ha cambiado la forma en la que componés las canciones?
La creación musical, especialmente vinculada con la industria, no ha cambiado demasiado. Puede pasar que estés componiendo y que suene bien en ese momento pero luego no, y eso crea complicaciones. Generalmente compongo con una guitarra o un piano y con eso le doy forma. Luego voy al estudio con el productor, y cuando la tocás ahí ya suena como un disco. Pero en general, el proceso es siempre igual, es como un círculo: comenzás y en algún momento volvés al mismo punto. Las cosas siempre regresan y se generan a partir de querer copiar a otra cosa. Si te ponés a pensar, The Beatles querían ser Chuck Berry o Eddie Cochran, pero no podían porque eran unos tipos de Liverpool y sin querer crearon algo nuevo. Un mejor ejemplo serían los Rolling Stones, que básicamente crearon el rock and roll tratando de hacer blues.
También está pasando que han trascendido muy bien a generaciones jóvenes y hoy en día los centennials escuchan a The Kooks…
Es cierto, pero es algo difícil de analizar. Creo tiene que ver con nuestra energía, que es algo que todavía tenemos y eso les atrae. Nos hemos adaptado al mundo moderno, o sea, ¡hasta hice TikToks! Hay que aceptar lo nuevo y no ser tan terco. Nosotros intentamos evolucionar y no tomárnoslo demasiado en serio. En esta era hay mucha superficialidad, pero también los algoritmos te pueden ayudar a encontrar cualquier cosa que quieras. Incluso cosas bellas, profundas, están ahí a mano. Quizás logramos mantener algo fresco porque siempre hemos abrazado el cambio y eso es saludable. Quedarse atrapado en una fórmula puede hacer que llenes estadios, pero no significa que seas influyente. Creo que tenemos mucho por hacer y apenas hemos empezado. También pienso, que es curioso, que tenemos algo de cursilería en nuestra música y eso le gusta a todos en la familia. Hace poco hablaba con uno de los chicos de Fontaines D.C. y me decía que amaba nuestra música porque podía ir con su abuelo a un show y ambos lo disfrutaban. ¿Cuándo pasa eso? Cosas así son las que nos hacen conectar con generaciones, aunque no sé bien por qué, pero me encanta.
¿Todavía buscás el hit que define a cada álbum o componés con libertad musical?
Siempre trato de tener una o dos canciones que me gusten mucho y construyo el álbum alrededor de eso. Cuando hablás de hits, ni siquiera sé lo que es un hit. Yo no quería poner “Naive” en el primer álbum y mirá lo que pasó. Es algo natural o es un cliché, no sé. Solo sé que tenés que hacer lo que amás y eso fluye naturalmente. Y eso también lo vinculo con la idea de lo que es la industria ahora: ¿qué es un hit? Solo son canciones que la gente ama.
¿Qué tiene que esperar el público argentino de su próximo show?
Tocaremos canciones del nuevo álbum, algo que a la gente a veces le gusta y otras veces no. Gritan: “Tocá una que sepamos todos” y es gracioso, pero sabemos que tenemos un gran apoyo en Argentina y es un lugar especial para nosotros. Estoy emocionado por conectar con ustedes otra vez. Es como una mini gira y espero que el próximo año podamos regresar para hacer más fechas. Nos encanta la vibra de Argentina, así que vamos con nueva música y con ganas de pasarla bien. ¡Estoy en forma, así que estoy listo para moverme por el escenario y manejar toda esa energía argentina!
The Kooks se presenta el miércoles 13 de noviembre a las 20 h en Groove (Av. Santa Fe 4389, CABA). Entradas disponibles a través de CoolCo, con 25% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.
Escuchá 10 Tracks to Echo in the Dark en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).