A pocos días de la celebración por el décimo aniversario del sello Triple RRR, hablamos con Nicolás Kosinski, guitarrista de Valentín y los Volcanes, quien desmiente los rumores de separación, considera que la banda ya cumplió sus objetivos y promete una extensa lista de temas para el 14 de diciembre en El Emergente.
Estuvieron circulando rumores que hablan sobre la separación de la banda… ¿qué tan ciertos son?
Lo que pasó fue un poco raro porque en algún momento quisimos dejar la banda, pero la banda no nos dejó a nosotros. A fines de 2017 estábamos cansados de tanto tocar y la verdad es que desde la salida de Una comedia romántica nos estábamos llevando bastante mal. Por eso decidimos frenar, aunque en las juntadas nadie se animaba a decir “hasta acá llegamos, no nos vemos más.” Entre otras cosas porque somos muy amigos y compartimos la vida. La primera mitad de 2018 estuvimos separados, sin vernos, sin tocar.
¿Cómo volvieron a conectar?
A mediados de 2018 empezamos a recibir devoluciones muy positivas de gente muy entusiasmada con el disco. Otros querían escucharlo en vivo y sumado eso, hubo un recambio de personas que nunca nos habían ido a ver. De a poco, en las charlas cotidianas volvieron a aparecer las ganas. En el aire todavía flotaba la idea de que teníamos que parar. Finalmente dos amigas productoras nos propusieron hacer dos shows, que fueron los que dimos el año pasado: uno en La Plata y otro en Chacarita [el 18 de agosto en La Confitería y el 29 de septiembre en Guajira].
¿Cómo vivieron esos shows?
Fueron buenísimos. Se llenó de gente. Sentimos que el haber parado un tiempo reforzó algo misterioso entre la gente que nos escucha y nosotros, y quedamos con mucha energía pero sin saber qué queríamos.
¿Lograron saberlo?
Lo único certero era bajarnos un poco de la carrera de estar todos los fines de semana, en todas las fechas, en todas las invitaciones. Nos quisimos correr un poco de la escena.
¿Cómo encararon el 2019?
Este año nos propusimos hacer canciones nuevas y grabarlas y no hicimos nada de eso [Risas]. Nos tomamos demasiado en serio la idea de borrarnos del mapa.
Pero quieran o no siguen estando vigentes y mucha gente espera con ansias cada recital…
Es como te decía antes, la banda no nos dejó a nosotros porque humildemente nos pasa que la gente nos invita a todos lados a tocar, nos escriben, sabemos que los discos se escuchan y nos cuesta acabar con este proyecto.
Además de tener la banda en stand by, ¿estuviste abocado a otros proyectos artísticos?
Yo no armé nada estable, algunos proyectos con amigos y amigas que duraron uno o dos fines de semana. Pero los demás sí: José [Goyeneche] está trabajando en cine, escribiendo una película y participando en algunas producciones independientes. Fico [Baigorri] tuvo su proyecto personal Acampe y estrenó su primer largometraje [En busca del muñeco perdido, 2016], además de tener su serie online. Pancho [Francisco de la Canal] también estuvo tocando en algunos proyectos [Fiebre y Borrego].
Una comedia romántica salió en diciembre de 2015. En retrospectiva, ¿qué satisfacciones les trajo y qué aportó a la discografía de la banda?
Es un disco que nos gusta mucho. Fue una apuesta y una necesidad. Queríamos hacer algo más despojado, más clásico. Tiene mucho más espacio, un piano casi como protagonista y un audio muy hi-fi. Como siempre, los álbumes nuevos son un poco resistidos y nos gusta que eso ocurra, es gracioso lo de “se pusieron re caretas.” Pero en el fondo, siempre están las canciones y las terminan queriendo. Fue una buena aventura grabar en estudios de Primera A [Estudio El Pie] y que nos respeten por los estribillos y las melodías y no por tener las mejores guitarras o los mejores amplificadores.
La banda ya cumplió más de diez años y tiene un largo camino recorrido. Sienten que todavía son subestimados en la escena musical independiente, como si todavía tuvieran algo que demostrar?
Bueno, eso pasa siempre, ahora estamos un poco afuera de la carrera de la re-legitimación permanente. Nos gusta la comunión que quedo instalada con la gente que escucha las canciones y también nos gusta que los discos vayan pasando de generación o camada. Igual, siempre fuimos muy rústicos, a pesar de haber tocado en lugares como el Pepsi Music, el Quilmes, el Cosquín, Music Wins, nuestro lugar natural es el recital chico, apretado y caluroso, entre amigos. Está bien que nos tengan desconfianza.
¿Están cómodos con el lugar que ocupan?
Sí, nos gusta hoy ser una banda que puede tocar cuando quiere y en donde quiere y nos bancan y nos quieren. Eso lo logramos con trabajo y haciendo los discos que tuvimos ganas y con un poco de suerte también. Pero es cierto que el trabajo en el under puede volver loco a mucha gente.
¿Sienten que Valentín y los Volcanes cumplió sus objetivos como banda?
Sí, pero nos gustaría hacer discos nuevos y viajar. Hay muchas canciones que quedaron afuera de las grabaciones y nos gustaría retomar. La etapa de armado de un repertorio nuevo es la que más nos vuelve locos, pero también la que más disfrutamos, volver a ese estado de confusión y búsqueda es lo que siempre queremos volver a hacer.
En una entrevista a José el año pasado, él dijo que vos eras una especie de “editor en el sentido literario.” ¿Podés explayarte un poco sobre tu rol en la composición y reformulación de las letras?
Simplemente soy el que más se interesa en las palabras después de José. Me gusta que los versos queden como tienen que quedar, musicales, emotivos y acertados. Pero la poesía es toda de José, son pequeñísimas correcciones.
En base a tu labor literaria, si Valentín y los Volcanes fuera un libro de la literatura, ¿cuál sería y por qué?
El barón rampante de Italo Calvino, mezclado con la Conjura de los necios o algo así. ¡Leanlos!
La canción “Sonámbulos” tiene más de medio millón de reproducciones en Spotify. ¿Cómo te llevás con las plataformas de streaming? ¿Estás pendiente de eso?
No, no las miramos mucho en realidad. Sí nos sorprende cada tanto ver que en YouTube un disco tiene 200 mil reproducciones y cosas así. También es divertido buscar cóvers, hay un montón, eso es un flash.
¿Considerás que esta nueva manera de consumir música en las plataformas de streaming atenta contra la obra tal como el artista la concibe?
Bueno, al principio todos nos dedicamos a hacer teorías sobre el empobrecimiento de “la obra.” Nosotros, como muchos, insistimos en hacer álbumes largos, con arte de tapa y edición física y encontraron una buena manera de convivir con las nuevas formas de reproducción. Creo que en definitiva potencia la experiencia, suma nuevas formas y a los que les gusta disfrutar un disco entero y entenderlo como obra, siempre lo terminan haciendo.
Hablando de Spotify, no está disponible el álbum en vivo en el Centro Cultural Malvinas, que contiene el único registro de “Un ataúd de flores” y “El desierto”, pero sí en Bandcamp…
Es verdad, tal vez porque nos parece muy de la primera época. Tocábamos muy mal, no sé. Pero esta bueno, ¿no? “Un ataúd de flores” es un tema que me encanta, lo quise grabar en todos los discos de estudio pero no tuve apoyo de la banda.
En la fecha de celebración de los diez años del sello van a compartir el escenario con Viva Elástico y Ministerio de la Nueva Alianza. ¿Existe en Triple RRR una camaradería o cada una tiene una dinámica independiente respecto de las otras?
Con Viva y varias más del sello compartimos mucha ruta, giras, grandes anécdotas. Ahora cada uno ha seguido su camino. Pero nos queremos y bancamos para siempre.
¿Cómo va a ser el show del 14 de diciembre en El Emergente?
Bueno, tenemos una lista larga. No va a haber sutilezas. La idea es tocar muchas canciones, cantar y sacarnos las ganas todxs juntos. Vamos a tratar de meter todo lo que queremos tocar y disfrutarlo.
¿Qué proyectos tienen para después del recital en El emergente?
Después de esta fecha vamos a estar un par de meses sin hacer nada. José va a seguir trabajando con sus películas, yo me voy de viaje… pero definitivamente espero que este nuevo regreso sea la piedra angular de una vuelta definitiva.
Valentín y los Volcanes se presenta el sábado 14 de diciembre en el El Emergente Bar (Acuña de Figueroa 1030, CABA), junto a Viva Elástico y Ministerio de la Nueva Alianza. Entradas disponibles a través de Eventbrite. Su disco de 2010, Play al viejo walkman blanco, fue recientemente incluido en nuestra lista de los mejores discos argentinos de la década.