A lo largo de la historia de la música hubo cientos de grandes bandas y artistas con discos memorables. Sin embargo, más allá del gusto de cada persona, son contados los álbumes que pueden considerarse “perfectos”. En la mayoría de los casos, siempre hay una canción que dista del resto y suele pasar desapercibida o ser perdonada por los fanáticos.
Ya sea porque al artista le sobraban minutos en el estudio o porque necesitaba llenar espacio en la cinta, son incontables los casos en los que bandas y músicos reconocidos se tomaron el atrevimiento de incluir alguna canción “innecesaria”, que bien podría no estar. A continuación recopilamos cinco canciones malas incluidas en grandes discos (vía Rolling Stone).
The Beatles – “Maxwell’s Silver Hammer” (Abbey Road)
¿Qué se puede decir de Abbey Road que no se haya dicho antes? Un disco esencial de la historia del rock mundial, con los Beatles en la etapa final de su carrera como banda, con canciones increíbles de John Lennon, Paul McCartney y hasta George Harrison, que aportó dos de las mejores del disco: “Something” y “Here Comes The Sun”.
Es por ese mismo motivo que parece mentira que decidieran incluir “Maxwell’s Silver Hammer”, una canción sobre un estudiante llamado Maxwell Edison que mata a compañeros de clase, a un maestro y a un juez con un martillo de plata, en lugar de “All Things Must Pass”.
David Bowie – “It Ain’t Easy” (The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars)
Si bien el concepto detrás de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars es conocido (la historia de Ziggy Stardust, una estrella de rock extraterrestre y andrógina que se convierte en un salvador para la humanidad en un mundo al borde del colapso), su narrativa se rompe solo al quinto tema, “It Ain’t Easy”.
Este es un cover en clave glam del tema homónimo de Ron Davies. Bowie la grabó mucho antes que el resto de las canciones de Ziggy, no tiene ninguna relación con la historia, es la única pista del álbum que no escribió él mismo y no tiene razón de estar ahí.
Guns N’ Roses – “My World” (Use Your Illusion 2)
Parece increíble que el mismo disco que incluye canciones como “Civil War”, “Estranged”, “You Could Be Mine”, “Don’t Cry” y la hermosa versión de “Knocking On Heaven’s Door” de Dylan concluye con un Axl Rose rapeando sobre una base industrial. “Ni siquiera sabía que estaba en el disco hasta que salió”, le dijo el guitarrista Izzy Stradlin a la revista Rolling Stone en 1992. “La escuché y pensé: ‘¿Qué carajo es esto?’”. Todos nos preguntamos lo mismo.
Black Sabbath – “FX” (Vol. 4)
Entre los pasajes más extraños y accidentales de la historia de Black Sabbath se encuentra “FX”, un interludio de Vol. 4 que bien podría haber sido descartado de no ser por el desenfreno y la atmósfera caótica que reinaban en la banda durante la grabación del disco.
En 1972, Sabbath se encontraba en los Record Plant de Los Ángeles, sumergidos en una vorágine de consumo desenfrenado de cocaína. En una de esas noches de delirio, tras horas de grabación, los miembros del grupo se entregaron a un frenesí que los llevó a arrancarse la ropa y comenzar a bailar en el estudio.
En medio de esa escena surrealista, un detalle aparentemente insignificante dio origen a “FX”: la cruz que Tony Iommi llevaba al cuello rozó accidentalmente una cuerda de su guitarra, emitiendo un sonido peculiar. “Entonces, todos empezaron a bailar alrededor de la guitarra, golpeándola”, recordó Iommi en su autobiografía Iron Man.
The Police – “Mother” (Synchronicity)
Al igual que el resto de las canciones en esta lista, resulta difícil comprender cómo The Police incluyó “Mother” en Synchronicity, donde hay grandes temas como “King of Pain”, “Every Breath You Take” y “Murder by Numbers”.
La canción, como su título indica, es una especie de homenaje a la madre de Andy Summers, quien confesó haber sido “el nene de mamá” y sentir mucha presión de su parte cuando comenzó a tener éxito con la banda.
“El teléfono está sonando / ¿Es mi madre al otro lado de la línea? / Bueno, cada chica con la que salgo / Se convierte en mi madre al final” suena más a una confesión de terapia que a la letra de una canción en uno de los mejores discos de The Police.