La fama puede ser un arma de doble filo. Mientras que la popularidad de un artista le permite ejercer su pasión en su esplendor, también suele venir acompañada de exigencias e imposiciones de la industria y de una gran expectativa de parte del público.
Esta es una contradicción total con el espíritu rebelde del rock, por lo que muchos artistas y bandas han renegado de su fama y la forma de expresarlo ha sido a través de álbumes que conscientemente hicieron para “desagradar”.
A continuación, cinco discos que enojaron a los fans:
Nirvana – In Utero (1993)
Nirvana se volvió un fenómeno mundial gracias a Nevermind, aunque sus integrantes -sobre todo Kurt Cobain- renegaron de su éxito masivo. Por eso, el siguiente y último disco de estudio de la banda fue por un camino más crudo, con menos canciones que fueran potenciales hits. Sin dudas, In Utero logró el cometido de menor popularidad luego de su segundo álbum.
Radiohead – Kid A (2000)
Un caso similar es el de Radiohead y su rebelde Kid A. Luego del gran éxito de OK Computer y la popularidad que ganó la banda, Thom Yorke y compañía decidieron responderse a sí mismos con un disco sumamente ligado al mundo de las computadoras y la música electrónica, alejado del rock. Con el comienzo del nuevo milenio, la banda puso a prueba a sus fans con un disco sin destellos comerciales, con elementos surrealistas y contestario frente a la música popular tradicional.
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MGMT – Congratulations (2010)
El dúo estadounidense explotó en la escena indie en 2007 cuando estrenaron Oracular Spectacular, un disco sumamente popular que contiene tres grandes éxitos: “Time to Pretend,” “Kids,” y “Electric Feel”. Luego de las intensas demandas de la fama, MGMT quiso dar una vuelta creativa con su disco Congratulations y dejar asentado que no eran una banda comercial. De todos modos, esto derivó en una respuesta menos entusiasta de parte del público.
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Bob Dylan – Self Portrait (1970)
En una entrevista de 1984 con Rolling Stone, el famoso cantautor reveló que compuso este disco con la idea de desprenderse de su figura y alejarse de su apabullante fama: “Desearía que esta gente se olvidara de mí. Quiero hacer algo que no les pueda gustar de ningún modo, algo con lo que no se puedan relacionar. Lo verán, lo escucharán y dirán, ‘Bueno, sigamos con la próxima persona. Él ya no nos da lo que queremos'”.
Lo cierto es que lo logró parcialmente, porque si bien hasta la actualidad sigue siendo un disco incomprendido y está lejos de encontrarse entre las placas más populares de Bob Dylan, logró ser el disco más vendido de Reino Unido ese año y ocupó el cuatro en la lista estadounidense Billboard 200. De todos modos, recibió críticas negativas, sobre todo por incluir una gran cantidad de covers.
Lou Reed – Metal Machine Music (1975)
Los años 70 fueron una etapa más que prolífica en la carrera de Lou Reed. En ese momento, se consagró con el clásico Transformer y, a mediados de la década, The Velvet Underground comenzó a ser revalorizada. Sin embargo, en 1975 el músico optó por ir contra la corriente con el disco noise Metal Machine Music que descolocó a sus fans y sobre el que él mismo expresó: “A la mayoría de ustedes no les va a gustar esto, y no los culpo en absoluto. No está pensado para ustedes”. Una de las teorías sobre este extraño álbum que no está compuesto de canciones sino de cuatro partes de 15 minutos es que fue una venganza contra su manager o un acto de rebeldía para romper su contrato con RCA.