Grabar un álbum de estudio no es una tarea sencilla y mucho menos económica. Más allá del talento y la creatividad, la producción musical implica una serie de gastos técnicos y logísticos que pueden dispararse rápidamente y muchas veces no pueden evitarse. Desde el alquiler de estudios de grabación hasta los honorarios de ingenieros de sonido, técnicos y músicos de sesión, el proceso está lleno de gastos inevitables.
Según estimaciones del 2021, producir un álbum profesional puede costar entre 6 y 30 mil dólares, obviamente dependiendo del presupuesto, alcance y la calidad deseada. Sin embargo, para algunos artistas esas cifras apenas representan el punto de partida. En el ámbito del rock, algunos de los discos más icónicos de la historia fueron acompañados por facturas astronómicas, ya sea producto de grabaciones extensas, experimentación sonora o, en algunos casos, malos manejos financieros.
A continuación, recopilamos 5 de los discos más caros de la historia.
The Beatles – Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (£25,000 en 1967)
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band es considerado por muchos fanáticos de los Beatles como el mejor de su discografía, compitiendo con The White Album, Revolver y Abbey Road. Más allá de eso, no se puede negar el atrevimiento de la banda de Liverpool por romper esquemas y presentar una obra conceptual, influenciada en gran medida por la experimentación tanto en el estudio como con las drogas psicodélicas.
Lamentablemente para sus contadores, la innovación no fue nada barata. Por sí sola, la icónica portada del disco costó unas £3 mil libras, unas 60 veces más que una obra de arte promedio en aquella época. El costo total del álbum fue de alrededor de £25 mil libras, convirtiéndolo en uno de los más caros de aquellos años sin ninguna duda.
Queen – A Night At The Opera (£40,000 en 1975)
Para A Night At The Opera, Queen usó técnicas de grabación modernas, como cintas de 24 pistas, e instrumentos nuevos para ellos, como el contrabajo y un piano eléctrico Wurlitzer. El disco terminó costándole a EMI £40 mil libras, lo que ajustado por inflación hoy serían alrededor de £295 a £386 mil libras.
AC/DC – For Those About To Rock (We Salute You) ($1.000.000)
Ya con Brian Johnson como el nuevo vocalista de AC/DC, la banda sorprendió a todos con Back in Black en 1980. Un año después lanzaron el esperado For Those About to Rock (We Salute You) que vendió siete millones de copias y logró un número uno en EE. UU. Sin embargo, la grabación de este disco fue todo menos placentera.
En una ocasión, el guitarrista Malcolm Young describió las sesiones como “una pérdida de tiempo”, ya que el productor Mutt Lange se pasó los primeros diez días de grabación buscando el sonido perfecto para el redoblante de la batería. Las demoras hicieron que el costo del álbum se disparara cerca del millón de dólares, y la situación empeoró cuando Lange ordenó trasladar un estudio portátil de Londres a París.
Foo Fighters – One By One ($1.000.000)
Para su cuarto álbum de estudio, los Foo Fighters se demoraron tres largos años después de un proceso tedioso y de poca inspiración para la banda, influenciado por tensiones y cambios en la formación. En One by One, la banda grabó por separado en Los Ángeles y en el estudio de Dave Grohl en Virginia, utilizando Pro Tools para ensamblar las demos. Sin embargo, 10 canciones terminadas fueron desechadas por no ser lo suficientemente buenas. En el documental Back & Forth, el propio Grohl llegó a describir estos demos como “una mierda”.
Para aquel entonces, ya habían gastado mucho dinero, cerca de 1 millón de dólares entre grabaciones y sesiones, lo que hizo que esos demos fueran posteriormente conocidos como los “demos de un millón de dólares”. Finalmente, y después de superar tiempos difíciles, los miembros de la banda volvieron al estudio para regrabar las canciones, añadieron algunas nuevas (una de ellas “Times Like These”), dando como resultado One by One.
Guns N’ Roses – Chinese Democracy ($13.000.000)
Chinese Democracy de Guns N’ Roses debía salir en 1999, pero las diferencias creativas separaron a la banda, dejando a Axl Rose como único miembro. Después vinieron retrasos, cambios de formación y regrabaciones, con Geffen Records muy molesto. Axl no lograba centrarse, intentando sin éxito generar nuevas ideas para el álbum y, extrañamente, le pidió a su nueva formación regrabar Appetite for Destruction para “ponerse al día”, lo que fue más dinero echado a la basura. Finalmente, tras nueve años, Chinese Democracy costó 13 millones de dólares, convirtiéndose en el álbum de rock más caro de la historia.