Cuando Guns N’ Roses apareció en escena, le dio un lavado de cara al hard rock. Por aquel entonces, a mediados de los 80, la música de guitarras estaba sufriendo grandes cambios con la aparición de nuevos instrumentos y propuestas que se distanciaban de la extravagancia del glam rock. Guns N’ Roses vino a reivindicar el salvajismo de este estilo, pero con recursos, buenas canciones y una actitud clara.
Parte del éxito de la banda de Los Ángeles se debió a la frescura de su propuesta y a su constante contraposición con lo que proponían grupos contemporáneos que todavía enarbolaban la bandera del glam y la ostentación. Uno de ellos era Poison, la banda de Pensilvania liderada por Bret Michaels, a la que el propio Axl Rose llegó a culpar por el declive del género, diciendo que “arruinaron” el hard rock.
Por qué odiaba a Poison
Aunque Poison estaba lejos de ser de las peores bandas de aquel entonces, no pasaba desapercibida nunca. Con sus cabellos largos, indumentaria llamativa y actitud de estrellas, cautivaban la atención de cualquiera, con motivos que excedían o no tenían mucho que ver con su música. Los Guns querían ser la antítesis de todo eso.
En una ocasión, Rose llegó a declarar que Poison era todo lo que no quería ser. “Ésta -haciendo referencia a su propio grupo- es la única verdadera banda de rock and roll que ha salido en los últimos diez años. Van Halen fue la última. Poison lo arruinó para todos nosotros. Dijeron que todos estaban siguiendo una tendencia”, expresó el líder y vocalista.
Las peleas entre ambas bandas continuaron con el paso de los años. Axl siguió llamando a los miembros de Poison “un montón de posers”, mientras que ellos se vengaron en una fiesta organizada por Mötley Crüe, arrojándole cerveza y un cubo lleno de agua helada a Bryn Bridenthal, la publicista de Guns N’ Roses y el grupo fundado por Nikki Sixx y Tommy Lee.