Es casi imposible pertenecer a la industria musical mainstream y no haber sido criticado por Liam Gallagher. De hecho, esto terminó convirtiéndose casi en un símbolo de éxito artístico. Aunque con los años el vocalista ha suavizado su tono, sigue rechazando bandas que amenacen el legado de Oasis.
En los años 90, Liam y su hermano Noel fueron los reyes del rock británico, disputando su legado con Blur. Sin embargo, en los 2000, el público buscó voces más matizadas, dejando atrás el estilo rugiente que Gallagher defendía como el único válido.
Ese espacio lo ocupó otra banda inglesa: Arctic Monkeys, con Alex Turner al frente del grupo. Sin embargo, hubo una antes que no solo fue una gran inspiración para el conjunto de Sheffield, sino también parte fundamental de la revitalización del rock como género: The Strokes.

Con Is This It (2001), su álbum debut, el grupo neoyorkino encabezado por Julian Casablancas revolucionó el indie con su estilo lo-fi y guitarras entrelazadas, creando un sonido que atrajo miles de fanáticos a lo largo del mundo.
Liam no ocultó su desdén por la banda: “La única razón por la que The Strokes hacen un maldito video en blanco y negro es porque parecen un montón de pequeños idiotas con acné en color”, dijo en una entrevista con MTV en 2002.
Aun así, ambos grupos marcaron un antes y un después en la historia del rock, con The Strokes marcando el inicio de una nueva era indie y Oasis consolidando su legado como uno de los grandes referentes del rock británico.