Hay canciones que requieren un esfuerzo impresionante de parte de sus intérpretes para poder ser terminadas. Esto le ocurrió a Kurt Cobain cuando se dispuso a grabar la voz para el track “Lithium” de Nirvana.
El fallecido músico se destacaba por volcar toda su pasión en cada letra, no solo a la hora de escribirla sino también de cantarla, por lo que dependiendo de su estado de ánimo podía susurrar o gritar a más no poder.
En el caso del tema que formó parte del disco Nevermind, la exigencia fue tanta que terminó dañando la voz de Cobain. Según el propio Butch Vig, productor del aclamado álbum, la voz de Cobain estaba tan dañada después de la sesión que tuvieron que frenar todo:
“Se le apagó la voz al cuarto o quinto día, cantaba muy fuerte. Creo que fue en ‘Lithium’. Básicamente tuvimos que cerrar la grabación”.