Si hay un ejemplo de resiliencia dentro del mundo de la música, ese es Dave Grohl, quien en diversas oportunidades tuvo que lidiar con pérdidas sumamente importantes, no solo en su vida profesional sino también sentimental. El ejemplo más reciente es la muerte de Taylor Hawkins, el baterista de Foo Fighters que falleció en marzo del 2022, pero a mediados de la década de los 90 Grohl tuvo que hacerle frente a otro gran y triste suceso en su vida: el suicidio de Kurt Cobain.
Después de compartir años como parte de Nirvana, la muerte del ícono del grunge dejó totalmente atónito a Grohl y lo llevó a alejarse de la música. “Durante un tiempo después de la muerte de Kurt, ni siquiera podía escuchar música”, admitió en una entrevista con NME. “Odiaba encender la radio por miedo a escuchar una canción de Nirvana o cualquier tipo de música triste. Cualquier cosa melancólica me deprimía mucho. Escuchaba cosas como Ace Of Base. ¡Me metí realmente en eso! Estaba escuchando mierda realmente ridícula”.
Sin embargo, supo encontrar otros conjuntos que facilitaron su proceso de enamoramiento con el cuarto arte. “Tenía un disco llamado A National Healthcare de la banda The Voluptuous Horror Of Karen Black que recuerdo particularmente”, dijo. “Eran una especie de grupo de arte escénico de Nueva York y eran geniales. Recuerdo que Teenager Of The Year de Frank Black salió ese año por esa época y fue algo realmente genial. El LP Orange de Jon Spencer Blues Explosion se publicó casi al mismo tiempo. Ese fue otro gran proyecto”.
Hacer canciones fue su cura
“Ese fue un momento divertido para mí musicalmente porque realmente no quería escuchar nada”, continuó. “Entonces me di cuenta: ‘Es la música la que me va a curar’. ¿Qué estoy haciendo? Debería estar escuchándola. Debería hacer nuevas canciones que me hagan sentir mejor’. Y así fue”. Grohl no solo pudo salir del pozo depresivo sino que también supo reinventarse y creó Foo Fighters, banda para la que grabó su disco debut homónimo a mediados de los 90. Para ello comenzó con tres pistas: “Oh, George”, “This Is a Call” y “I’ll Stick Around”.
Sobre “This Is a Call” dijo: “Es como un pequeño saludo para todas las personas con las que alguna vez toqué música, de las que fui amigo, todas mis relaciones, mi familia. Es un saludo y, en cierto modo, un agradecimiento”. Por otro lado, al hablar en 2009 sobre “I’ll Stick Around” con el biógrafo Paul Brannigan, Grohl confesó: “No creo que sea ningún secreto que se trata sobre Courtney [Love, la viuda de Cobain que en su momento trató de limitar los derechos de la música de Nirvana]. Lo negué durante 15 años, pero finalmente salgo y lo digo. ¡Solo lee las malditas palabras!”.