Hay decenas de canciones de Pink Floyd que con el correr del tiempo se convirtieron en himnos de la música. Sin embargo, hay una de las creaciones del conjunto británico a la que el mismísimo David Gilmour llamó “una obra maestra”. El virtuoso cantautor y guitarrista brindó una entrevista para el medio Guitar World en 1993 en la que le tiró flores a “Echoes”, el track que cierra Meddle, el sexto álbum del grupo.
El tema tiene una duración de 23:20 minutos y es uno de los más destacados de la discografía de Pink Floyd, por lo que también se convirtió en un clásico de los shows en vivo. “Creo que ‘Echoes’ es la obra maestra del álbum, en el que todos estábamos descubriendo de qué se trata Pink Floyd”, afirmó Gilmour. “’One Of These Days’ [la canción que abre el LP] es una pequeña pieza subsidiaria que surgió del trabajo en ‘Echoes'”.
Acto seguido, Gilmour continuó: “Siempre me encantó. Es seminal, supongo, sí. […] Meddle es realmente el álbum en el que los cuatro estábamos encontrando nuestros pies, la forma en que queríamos que fuera Pink Floyd. Mucho más que en Ummagumma o Atom Heart Mother”. “Echoes” también es el track preferido de Gilmour para tocar en vivo.