Una tarde en la plaza, una película, los animales del zoológico y sangría para tomar. Así de simple y así de perfecto. Lou Reed canta en "Perfect Day” con una serenidad casi ingenua, como si estuviera narrando un capítulo perdido de una comedia romántica. "Oh, it’s such a perfect day / I’m glad I spent it with you”, repite con voz grave e impasible. Pero bajo la superficie de esta aparente postal de amor, se esconde algo más turbio, más profundo, más Reed.
¿De qué trata realmente "Perfect Day" de Lou Reed?
Incluida en Transformer (1972), el disco que produjo David Bowie con arreglos de Mick Ronson, "Perfect Day” es uno de los momentos más ambiguos y desconcertantes de la carrera del exlíder de The Velvet Underground. Lo que parece ser una celebración de la vida y del amor, se revela como una confesión introspectiva, una súplica envuelta en melancolía. El quiebre llega sin aviso, casi al final: "You made me forget myself / I thought I was / Someone else, someone good". Ahí la imagen idílica se resquebraja. Ya no hay plaza, ni película, ni compañía: solamente un hombre enfrentando su propia sombra.
Según la biografía Transformer: The Lou Reed Story de Victor Bockris, la letra alude tanto a la relación de Reed con Bettye Kronstad -su primera esposa- como a sus conflictos internos: su sexualidad, el uso de drogas y su relación con la fama y el ego. Sin embargo, el propio Reed rechazó siempre la lectura de que “Perfect Day” fuera una metáfora sobre la heroína. "Es una canción hermosa. Describe una relación muy simple”, declaró en 1973 a NME. Pero en Lou Reed lo simple nunca es solo simple.
El cierre de la canción -una repetición inquietante del versículo bíblico "Cosecharás lo que siembras” (Gálatas 6:7)- introduce una nota de fatalismo que contrasta con la ligereza y la ingenuidad inicial. Se constituye como un recordatorio sombrío. Reed no necesita levantar la voz para advertirnos que la amenaza está en la calma.
Una versión colaborativa a beneficio
Veinticinco años después, en 1997, "Perfect Day” revivió con una versión coral organizada por la BBC a beneficio de Children In Need. Reed fue el anfitrión de un elenco tan ecléctico como impresionante: Bowie, Elton John, Suzanne Vega, Bono, Emmylou Harris, Shane MacGowan, Tom Jones, Laurie Anderson y muchos más prestaron sus voces en una interpretación colectiva que recorrió todos los matices emocionales del tema. Fue número uno durante tres semanas en el Reino Unido y recaudó más de dos millones de libras para la causa.
"Perfect Day” es una trampa dulce. Su melodía y su candidez son solo la fachada de un drama existencial encapsulado en tres minutos de belleza escondida. Es una canción que dice una cosa y murmura otra, que finge simpleza para hablar de la pérdida, el deseo y la redención imposible. En el universo de Reed, hasta el día más perfecto tiene una sombra al acecho.