Luego de haber publicado un álbum mítico para la historia del rock como lo fue Highway To Hell (1979), parecía que nada podía frenar a aquella locomotora que iba a toda velocidad en búsqueda de la majestuosa gloria empedernida; pero el destino le jugó una mala pasada a AC/DC, una tragedia que cambió el rumbo del grupo y puso en peligro su continuidad.
El 19 de febrero de 1980, el cantante Bon Scott fue hallado agonizando en la parte trasera de un auto. Horas después, los médicos del hospital King College dieron la triste noticia de su fallecimiento a sus 33 años de edad causado por asfixia provocada por una intoxicación etílica. Con el resto del grupo devastado por la fatal pérdida, los rumores acerca de su separación eran ineludibles y los pensamientos de los demás integrantes confirmarían el miedo de los fanáticos de que AC/DC se disuelva dejando un contundente legado de seis discos que arderían para siempre en las llamas de la historia. Pero para su suerte, con un desgraciado infierno voraz cargando sobre sus espaldas, ni la más remota catástrofe pudo apaciguar el fuego. Así que cinco meses después del infortunio, el grupo originario de Sídney saldría de la oscuridad de los lamentos con un álbum que rompería con todas las expectativas y encendería nuevamente el motor para que AC/DC conozca la cima de su cielo. Back in Black (1980) fue el disco que no dejó vacilar a nadie sobre su vigencia absoluta y explosiva.
Tras la continua insistencia de sus managers y un pedido especial del padre de Bon Scott en su funeral, los hermanos Angus y Malcom Young se pondrían en campaña de encontrar a su nuevo vocalista. Hubo varios nombres que resonaron como posible reemplazo de Scott en AC/DC: Terry Wilson, vocalista de Back Street Crawler; Jimmy Barnes, cantante de The Starfighters, grupo del sobrino de los Young y actual miembro de AC/DC Stevie Young; Gary Holton, de Heavy Metal Kids; o Allan Fryer, de Fat Lip. Pero ninguno de estos tuvo chance contra Brian Johnson, un cantante que el mismo Scott mencionó como un engranaje que se ensamblaría perfectamente a la propuesta del grupo. Scott había conocido a su sucesor cuando su banda anterior, Fraternity, teloneó un show en Londres de Geordie, el grupo de hard rock británico que tenía como líder al excéntrico Johnson, quien lo había dejado anonadado por su increíble voz, su presencia escénica y su ímpetu de rockstar destructor. Luego de ponerlo a prueba en una serie de ensayos, el productor Robert Lange, quien ya había trabajado en Highway to Hell, y los demás integrantes no dudaron en que Johnson sería el nuevo cantante de AC/DC y que ya estaban preparados para iniciar la grabación de su nuevo disco.
La grabación de Back in Black fue un arduo proceso que sus integrantes tuvieron que sufrir más que disfrutar. En un principio iba a ser grabado en Londres en los E-Zee Hire Studios, pero en su preparación surgió una propuesta que llamó mucho más la atención de sus miembros: grabar en las Bahamas en un estudio llamado Compass Point Studios fundado por Chris Blackwell, reconocido en el ámbito musical por ser el descubridor de nada más y nada menos que Bob Marley. Pero lo que al principio sonó como un plan estupendo, desencadenó una serie de eventos desafortunados e impensados. Furiosos huracanes, tormentas devastadoras e inundaciones típicas de la geografía de la zona, complicarían la estadía de la banda y el desenvolvimiento propicio que habían imaginado. La situación dificultaría aún más la posición del nuevo vocalista, ya que era la primera vez que iba a grabar con AC/DC y los nervios y la ansiedad podían ser más brutales que cualquier tipo de desastre natural. Sin embargo, una vez asimilada esta mala experiencia, el árbol comenzó a dar frutos y la banda supo aprovechar las calamidades para plasmarlas en sus canciones incorporando los percances que los rodeaban y ese aura estruendoso a las letras.
Teniendo como premisa homenajear a Scott, la idea del luto no era sinónimo de angustia y sofocación para AC/DC. Por el contrario, la banda se las ingenió para darle vida a un disco enérgico y vigoroso que convertía las lágrimas de dolor en granizo de tormenta. La conmemoración de Bon Scott elevó a AC/DC a lo más alto, algo que no sucede muy a menudo con este tipo de acontecimientos desgraciados capaces de llevar a grandes artistas al abismo. Con Back in Black, Johnson le mostraría al mundo entero su talento en un álbum que contendría algunas de las canciones más exitosas y relevantes de AC/DC. Desde su título y su arte de tapa austero, Back in Black simbolizó la aflicción que conllevaría un cambio de era no solo para el grupo, sino para el metal y el hard rock en general. A pesar de su estética minimalista, la portada del disco llegó a ser una de las más icónicas del género como modelo de transición y el renacimiento victorioso de un ave fénix.
El disco comienza con las campanadas lúgubres de “Hells Bells”, cargando el inicio de una melancolía poética. La grabación de estas campanas se volvió toda una odisea que llevó a que el ingeniero de sonido Tony Platt compre su propia campana gigante que luego de la grabación formaría parte de sus giras en vivo. “Hells Bells” y la estrepitosa “Shoot to Thrill” se convirtieron inmediatamente en clásicos de la banda por su potente impronta, su riff feroz y su extasiada agresividad para abrir el icónico álbum.
La canción que da nombre al disco fue un verdadero grito de guerra del heavy metal, con un riff de guitarra que posiblemente sea reconocido en todas partes del planeta. Otra de las joyas irrefutables de Back in Black es “You Shook Me All Night Long”, un tema que confunde con sus primeros acordes que simulan ser una melodía lenta, hasta que la sorpresiva batería cambia su dirección hacia una pulsión sexual que se destila en cada estrofa y un solo de guitarra descomunal. También “Have a Drink On Me” causó grandes repercusiones, ya que con su título es difícil no pensar en la muerte de Scott. Pero se trate de un guiño o no, este tema electrizante conjuga a la perfección el poder de la banda y los alaridos de Johnson.
Back in Black es apreciado como una especie de grandes éxitos de AC/DC por su tenaz conexión entre canción y canción. Consiguió ser el disco con mayor cantidad de ventas en la trayectoria del grupo y ser uno de los álbumes más vendidos en la historia, superado solamente por Thriller de Michael Jackson. Pasaron 40 años de su publicación y sigue siendo hasta el día de hoy uno de los hechos más virtuosos del rock que atravesó las distintas generaciones.
Con el tiempo, AC/DC y sus seguidores tuvieron que soportar nuevos contratiempos con el correr de los años. En 2014, el guitarrista fundador Malcom Young abandonó el grupo tras padecer demencia senil y murió en 2017. Un año antes de su deceso, Johnson también abandonó AC/DC en plena gira por el riesgo a quedar sordo. Axl Rose tomó su lugar para completar la serie de shows, lo que provocó múltiples comentarios de sus fans divididos entre los que odiaban la decisión y los que se emocionaban por la incorporación del frontman de Guns N’ Roses. Pero el milagro finalmente ocurrió: estas semanas se confirmó la noticia de que el nuevo disco de AC/DC ya está grabado y que su publicación se tuvo que posponer por el coronavirus. Será también el cierre final de la banda, su trabajo de despedida. Mientras tanto, escuchar una y otra vez Back in Black sirve para rendirle veneración y culto a uno de los grupos más trascendentales del siglo XX.