La amistad entre Tom Petty y el baterista Stan Lynch era una peculiar. “Stan y yo siempre tuvimos una relación turbulenta -contó Petty a la Rolling Stone en 2015-. Era parte de nuestra magia como banda”. Full Moon Fever (1989) fue el quiebre definitivo entre ambos: el debut de Petty como solista no contó con las baquetas de quien lo había acompañado como integrante de The Heartbreakers desde su formación original en 1976. El disco contaba con la significativa presencia del guitarrista Mike Campbell y pequeños aportes de demás miembros de la banda, pero esta vez el líder de la agrupación quería evitar otro álbum de Tom Petty & The Heartbreakers.
Las tensiones persistieron cuando Petty propuso interpretar temas de Full Moon Fever en la siguiente gira junto a los Heartbreakers, la Strange Behaviour Tour de 1989. Ninguno de los integrantes de la banda estuvo del todo conforme, pero eventualmente aceptaron. Tiempo después, Lynch expresó su disgusto: “fue la primera vez que una gira se sintió como un trabajo para mí. Nunca quise sentir que soy parte de una banda de cóvers“. Su insatisfacción tampoco cesó con la grabación de Into The Great Wide Open (1991), el octavo LP del conjunto.
Dos años después, la banda regresó al estudio para la grabación de dos nuevos singles: “Mary Jane’s Last Dance” (1993) y “Somethin’ In The Air” (1994), destinados contractualmente a aparecer en un próximo “grandes éxitos”. Con el tiempo el recopilatorio y “Mary Jane” fueron un éxito rotundo en ventas. Pero también, sin querer queriendo, fue el último material en el que el nombre de Stan Lynch fue acreditado.
Un esperable final
En 1994, Petty estaba decidido a publicar un nuevo trabajo en solitario, compuesto por material con el que venía trabajando desde hacía dos años. Inevitablemente, una cuenta regresiva se inició entre él y Lynch. El baterista, como en 1988, tampoco participó de estas sesiones. Desde Full Moon Fever que no estaba a gusto con las canciones y el sonido que el líder de la banda pretendía.
Pero, nobleza obliga, la obstinación por un trabajo solista no era un mero capricho para Petty: más bien era una disposición artística. El cantautor buscaba descontracturar el formato de sexteto que lo acompañaba desde hacía más de una década, y arrojarse a una nueva aventura. Sobre todo, cuando los demás Heartbreakers ya contaban con otras participaciones en distintos proyectos, a excepción de Petty quien se mantuvo exclusivo a su banda a lo largo de esos años.
En septiembre de 1994, el grupo realizó una aparición televisiva para presentar el primer adelanto del nuevo trabajo en cuestión titulado Wildflowers (1994), segundo LP en solitario de Petty. En el video de la presentación podemos ver a un indolente Lynch ubicado detrás de su instrumento durante “You Don’t Know How It Feels”, totalmente alejado de su otrora histrionismo característico.
Al mes siguiente se lleva a cabo el Festival de Bridge School, un evento a beneficio organizado por Neil Young, que la banda encabezó junto a Pearl Jam. Esta fue la última aparición de Lynch como miembro de Tom Petty & The Heartbreakers. Días después dijo “adiós” definitivamente, poniendo fin a 20 años de música.
Un renacer musical
En simultáneo a estos sucesos, Dave Grohl había vuelto a despertar como músico. Pasados seis duros meses luego de la trágica muerte de Kurt Cobain en abril de 1994, Grohl se internó por una semana en los estudios Robert Lang —donde Nirvana había hecho su última grabación— para dar forma a material de su completa autoría. Mientras tanto, la banda liderada por Petty quedaba con un último compromiso para ese año: una presentación en el programa televisivo Saturday Night Live. Pero había un inconveniente: no tenían baterísta.
Entretanto Grohl se dedicaba a la post-producción de lo que luego conoceríamos como Foo Fighters (1995), recibió una llamada inimaginable: Tom Petty quería tocar con él. El músico de veinticinco años, anonadado, se preguntó por qué lo estaba llamando habiendo bateristas mejores, pero no lo dudó un segundo. Para la generación del autor de “Everlong”, el rubio de Florida era una innegable influencia.
Pero la admiración era correspondida. En ese entonces, Nirvana se encontraba entre las bandas favoritas de Tom Petty. “Nirvana para mí fue lo más significativo salido desde los Beatles -dijo a MTV-. Kurt me encantaba. Era asombroso. Tenía una visión muy poderosa. Había honestidad y talento en ellos”, manifestó el músico.
Cercana la fecha, ensayos se llevaron a cabo y durante una semana de noviembre Grohl fue un miembro más de Tom Petty & The Heartbreakers. La presentación fue incendiaria. Dos tracks de Wildflowers fueron los elegidos esa noche: “You Don’t Know How It Feels” y “Honey Bee”. En esta última, el desempeño de Grohl fue arrebatador: con el correr de los primeros compases marcados por el genial riff a cargo de Petty, Grohl entró descomunalmente en los tambores dando una de sus mejores performances.
Ese día fue un hito para el joven músico. Fue su primera presentación pública luego de la muerte de su amigo, y la primera vez que volvió a sentirse cómodo detrás del instrumento que lo alzó a la fama. La llamada de Petty significó ese impulso, esa motivación, esa cuota de seguridad y autoestima que necesitaba para encarar una nueva etapa en su vida.
Petty quedó más que conforme: “[Dave Grohl] es de otro mundo. Es tan buen músico. Nunca toqué con nadie que tocara la batería así”, comentó poco después de aquella presentación. Y surgió otra invitación: Petty quería que Dave Grohl se uniera como nuevo baterista de los Heartbreakers.
Fue difícil decirle que no, pero el músico de Washington tenía otros planes. “Volver como baterista de una banda iba a ser triste para mí, personalmente, luego de haber estado en Nirvana”, dijo años después a una radio norteamericana. “No creo que hubiera estado del todo feliz estando con veteranos como nosotros -confesó Petty en 2012-. Me dijo que tenía hecho este álbum llamado Foo Fighters donde él había interpretado todo. Así que la idea de estar en una banda realmente lo atraía. Y le dije: ‘nunca vas a estar feliz conmigo si dejás eso’. Cuando tenés la oportunidad para tu propia carrera, tenés que aprovecharla”.
Una entrañable despedida
Nuevos tiempos se abrían para ambos músicos. Dave Grohl había fundado definitivamente Foo Fighters. Por otra parte, los Heartbreakers finalmente consiguieron un baterista fijo y era el mismo que dispuso sus baquetas en Wildflowers, Steve Ferrone. El lazo de cariño y admiración entre estos dos artistas se mantuvo inconmovible desde aquella llamada. Grohl compartió escenario varias veces como músico invitado de Tom Petty & The Heartbreakers, y estos aparecieron en el documental Sound City (2013) dirigido por el ex-Nirvana.
Con el correr de los años, Petty dijo de su amigo a la revista MOJO: “se ha convertido en su propia fuerza natural con su banda. Tiene una tremenda energía, es poderoso. Canta con mucho poder. Es un músico que se hizo tocando en vivo y podés darte cuenta que realmente conoce sus trucos”. En septiembre de 2017, el cantante de Foo Fighters estuvo presente en el último recital brindado por la legendaria banda de California en el Hollywood Bowl. Fue la última vez que vio a su ídolo con vida; Thomas Earl Petty moriría una semana después a sus 66 años de edad.
Foo Fighters versionó canciones del fallecido músico en vivo en numerosas giras, transformándose en un segmento homenaje a Petty luego de su inesperada muerte. Recientemente, versionaron con mucho afecto y precisión una de las canciones con las que supimos que Dave Grohl fue alguna vez un Heartbreaker.