Siempre es bueno recordar a un grande, y qué mejor oportunidad que cuando un disco como el mítico Transformer cumple 40 años. Dos años después de dejar The Velvet Underground, y con un fracaso con el disco que abrío su carrera solista, Lou Reed se juntó con David Bowie para traernos al gran Transformer. Era increíble imaginar dos figuras tan relevantes en esa época trabajando juntas.
Lou Reed, había ganado mucha importancia después de sus andanzas con Warhol y su “Factory” (y Velvet Underground obviamente) y David Bowie, el rey del glam, se encontraba en su plenitud, año después de sacar su quinto disco, uno de los discos conceptuales más importantes de la historia: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars.
Sólo se podía esperar grandeza, y así fue. Transformer fue un hito en su época desde el momento en que salió y la trascendencia que logró en estos 40 años es imposible de ser resumida en un simple texto.
El mismo David Bowie dijo que “Lou trajo el rock al Avant Garde”, y lo había admirado desde la emergencia de Velvet Underground, por eso cuando vió la oportunidad de ayudar a Reed a en la producción uno de sus trabajos, no la dejó pasar. Bowie co-produjo el disco con Mick Ronson.
El aporte de Bowie se siente, el disco es mucho más prolijo y “glam” que los trabajos anteriores de Reed. Guitarras limpias, voces claras, coros con un sesgo “popero” y melodías pegajosas. Pero es a través de Reed, su esencia, su inevitable oscuridad y atormentadas líricas que el disco llega a ser lo que es.
Si alguien estuvo inmerso en la locura del “under” de New York de los 70, fue Lou Reed. Perdido en una adicción a la heroína y el vértigo de un mundo tan cambiante, Reed siempre supo canalizar todos sus sentimientos en las fuertes letras que acompañan sus trabajos. Hoy, mucho tiempo pasó de esa realidad sórdida, marginal, corrupta y candente que Transformer relata fervientemente, y aún así no podemos dejar de imaginarla. Y es que así se siente, como un relato de sus andanzas en ese clima tan sombrío y visceral. Con un particular énfasis en los detalles y en la descripción de cada personaje, Reed nos encamina en este viaje por el vertiginoso under newyorkino, nos invita a “caminar por el lado salvaje”.
Todo comienza con “Vicious” y nada podía ser más preciso. El disco se abre con una potente melodía y guitarras desprolijas que podrían recordar a los tiempos de Velvet Underground pero sin embargo no lo hacen. El cambio es evidente en el momento en que la canción comenzó. Reed sigue tratando un tópico habitual de sus trabajos: los vicios. “Andy´s Chest” , la segunda canción, comienza en un tono bajo, casi como si nos la estuviera susurrando, hasta estallar al cabo de un minuto en un cálido y amigable clima acompañado de melódicos coros. Con una letra surrealista nos cuenta una inentendible historia eficazmente acompañada por la música. Sin más preludios viene “Perfect Day” y lo amigable se vuelve sombrío, triste y sin embargo hermoso. Originalmente la canción fue grabada en una guitarra en un demo muy desprolijo que Reed le acercó a Bowie. Fue él quien sugirió hacerla en piano y nos brindó una de las más lindas canciones jamás hechas. “Perfect Day” también es recordada por muchos por la banda sonora de Trainspotting de Danny Boyle, musicalizando una de las escenas más épicas de la película. “Hanging Round” nos vuelve a la realidad después de que fuimos absorbidos por su predecesora, y de repente llega “Walk on The Wild Side”, probablemente uno de los “himnos” de Lou Reed. Incontables bandas hicieron covers de ésta canción, pero… ¡cómo no hacerlo! Simplemente inspira grandeza. Tan simple y conmovedora, tan caricaturezca y feliz. Uno de los aportes más grandes de Transformer. Tal vez otra canción imposible de olvidar sea “Satellite of Love”, con una hermosa melodía de pianos y una gran lírica, es otro punto insoslayable del disco. Cual pieza teatral, el disco cierra con “Goodnight Ladies” , una canción muy pintoresca acompañada elegantemente por instrumentos de viento.
Resultaría inadecuado no reconocerle a Transformer la grandeza que conlleva. Es un trabajo impecable que va a marcar la carrera solista de Lou Reed por siempre, y es un constante recordatorio de la importancia que tuvo este artista en todo lo que lo sucedió. Es que Lou Reed, como todo genio, siempre fue un adelantado en su tiempo, y su trascendencia se siente aún más con el correr de los años.
Lou Reed – Transformer
1972 – RCA Records
01. Vicious
02. Andy’s Chest
03. Perfect Day
04. Hangin’ ‘Round
05. Walk On The Wild Side
06. Make Up
07. Satellite Of Love
08. Wagon Wheel
09. New York Telephon Conversation
10. I’m So Free
11. Goodnight Ladies