En 1993, Mazzy Star era un grupo desconectado, casi inalcanzable para los medios. Esto no se debía a un retiro espiritual de la cantante y poeta Hope Sandoval y el guitarrista y productor David Roback, sino a una sustancial timidez.
Su primer disco, She Hangs Brightly, había salido en mayo de 1990 a través del sello inglés Rough Trade. Se trataba de un debut luminoso y oscuro en iguales proporciones, producto directo de la imaginación, las influencias y la experiencia de bandas previas en las cuales formaron parte tanto Sandoval como Roback -quien estuvo en la formación de lo que fue el grupo Rain Parade- antes de formar el que se volvería uno de los grupos más influyentes de la década de los 90. El disco obtuvo cierto éxito entre la escena independiente y alternativa, aunque no trascendió lo suficiente como para salvar a la discográfica, que declaró bancarrota y se disolvió.
No sería alocado pensar en un parentesco entre Mazzy Star y el legendario grupo escocés Cocteau Twins: una voz femenina, un sonido espacial que más tarde sería descrito como “dream pop”, letras que deambulan entre la imaginería poética surrealista y el romanticismo alemán -más precisamente el movimiento literario Sturm und Drang-, y proporciones artísticas como el aturdimiento, lo irracional y el dominio de la emoción.
Cocteau Twins ya había publicado ocho discos de estudio cuando Mazzy Star se preparaba para publicar su segundo, por eso resulta curioso escuchar a Roback decir que sus mayores influencias eran John Lennon y Elton John. En especial cuando se intenta encontrar una explicación que nos lleve a al origen de ese sonido etéreo que parecen habitar un bosque, pero un bosque oscuro y voluminoso donde los árboles permiten a penas la filtración de la luz solar.
En So Tonight That I Might See encontramos canciones acústicas, acompañadas de una simple pandereta que marca el tiempo con desinterés. Sin embargo, en un simple rasgueo y un ritmo básico de percusión, escuchamos explosiones oníricas, guiadas por la espectral voz de Sandoval que narra desventuras y amores que llueven sobre serenatas de cinco cuerdas. El centro del sonido de Mazzy Starr se encuentra en la relación entre Sandoval y Roback, quienes dijeron en incontables ocasiones que su única guía a la hora de componer es la intuición. Esa intuición, que nace de la nada, que simplemente existe o no, para siempre fue algo básico y natural.
El disco abre con “Fade Into You“, sin dudas la canción más importante en la historia del grupo. De ahí en adelante, ya estamos dentro del sueño. “Fade Into You” incluso sigue siendo relevante hoy, 30 años después, en innumerables bandas rioplatenses que basan su identidad en el dream pop, un género que quiso ser olvidado pero que no pudo con su propia fuerza y atractivo.
Este primer y casi que único hit hizo que So Tonight That I Might See se convirtiera en platino en 1995, abriéndole las puertas al grupo a presentarse en vivo en innumerables ciudades y festivales del mundo. Esto aportó aún más al mito Mazzy Star: sus presentaciones en vivo estáticas y estoicas, con una Sandoval clavada frente al micrófono, mirando el piso o de ojos cerrados, cubriendo parcialmente su rostro con el pelo largo y oscuro, y un Roback visto casi siempre de Ray Bans oscuras, tocando su guitarra sentado y con la mirada puesta en el horizonte, depositada en la nada.
Esa misteriosa identidad que el grupo mantuvo es un compendio de sus grabaciones y presentaciones en vivo. Canciones que no se alejan casi nunca de las baladas románticas, lentas y bajo control. Un sonido que suena atado a su condición y que no parece poder desatarse nunca de su eje. Y sin embargo, vuela libremente por el ambiente, devorando la suspicacia y tiñendo el aire de un color desconocido.
Tal vez ambos confiaban en el inevitable éxito que tendrían con sus habilidades creativas, quizás por eso decidieron que la música hablase por ellos. Tal vez sea ese el por qué de sus presentaciones fantasmagóricas y tímidas, quizás esto explique por qué Mazzy Star suena como una banda con una identidad propia, que resuena hasta el día de hoy, demostrándose renovada e influyente como el primer día en el que vio la luz.