Cada tantos años, la literatura norteamericana tiene un destello de autores que intentan escribir “la gran novela” del género. Así lo han logrado Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner, Harper Lee, J.D. Salinger, Truman Capote, Jack Kerouac, David Foster Wallace, Phillip Roth, entre otros. En esa búsqueda se encamina A lo lejos.
Si bien Hernán Díaz nació en nuestro país, fue criado en Estocolmo y luego regresó a la Argentina, donde estudió Letras, dio clases y finalmente se estableció en Nueva York, donde actualmente trabaja de periodista y editor. Originalmente escrita en inglés, A lo lejos fue su primera novela y recibió la atención de la crítica al ser galardonada con numerosos reconocimientos y premios, entre ellos ser una de las tres finalistas del Premio Pulitzer.
A simple vista, el libro podría parecer un western, pero no hay vaqueros, ni vacas, ni cercos. Alejado de los clichés, reinventa el género al estilo de Cormac McCarthy o Thomas Pynchon hasta convertirlo más bien en un antiwestern. Håkan Söderström, un adolescente sueco, llega por error a la California en plena Fiebre del Oro y, a contramano de todos los aventureros que se establecen allí, decide partir hacia Nueva York en busca de su hermano mayor Linus – su referente y guía- convirtiéndose en el camino en una leyenda para una nación que aún se está conformando.
En su peregrinaje de oeste a este, Håkan se topa con praderas, desiertos, cañones; caballos, trenes, barcos; una caravana de colonos, un sheriff sádico, un naturalista. Se gana el apodo de “El Halcón”, por su similitud con su nombre, además de crecer en estatura -su cuerpo se vuelve gigantesco- y en su desprecio por la civilización moderna. Hay una intención por indagar en la formación de la sociedad estadounidense: el individualismo, la masculinidad, el fetichismo con las armas, el exterminio tanto de la naturaleza como de las diferentes etnias, la obsesión por el dinero y la propiedad privada. Pero, tal como se titula la novela, todo eso pasa más allá del protagonista, que se sumerge en sus reflexiones, por momentos filosóficas.
Díaz retoma la gran tradición estadounidense de narrar las soledades, vivencias, miedos y libertades de convivir en naturaleza, como ya lo han registrado magistralmente Jack London, David Thoreau o Herman Melville. Y no sólo en lo referido a la naturaleza silvestre sino, sobre todo, a la humana. Por momentos lenta, de a ratos galopante, A lo lejos es una incursión a una experiencia literaria fuera de lo común.