Griselda García (Buenos Aires, 1979) es escritora y editora. Publicó los siguientes libros: Alucinaciones en la alfalfa (2000), El arte de caer (2001), La ruta de las arañas (2005), El ojo del que mira (2009), Hallucinations in the Alfalfa and other poems (traductor: Hugh Hazelton, Wolsak y Wynn, Canadá, 2010), La madre del universo, (relatos, 2012), Mi pequeño acto privado (2015), Ahora (2016) y Bouquet Garní + SPAM (2017). Se dedica al dictado de talleres de escritura creativa y al seguimiento de obras literarias en progreso. Se desempeñó como editora en La carta de Oliver y Ediciones Del Dock y en la actualidad dirige su sello, Griselda García Editora.
I
“Si no fuera por la poesía, tomaría rumbos un poco peligrosos” me dice por WhatsApp Griselda García. “Siento que la escritura es una herramienta que siempre tuve cerca para encauzar el volcán que llevo adentro, una intensidad que me desborda” sigue sonando la voz de Griselda. Apago el celular, el artefacto que guarda las conversaciones que tuve con Griselda en relación a la poesía en general y a la suya en particular.
Vuelvo a leer Ahora, pero no retomo desde el principio, sino que releo “Modelo en estudio de pintor”:
“Ansío el roce del lápiz contra el papel (…)” dice el primer verso, y en ese instante la poesía se transforma en un gesto físico, mínimo, pero físico, ¿será eso la poesía?: “(…) la caricia del pulgar que esfuma el trazo.”
Pero pasemos en limpio, en limpio, todo junto y apartado.
Así:
“Ansío el roce del lápiz contra el papel
la caricia del pulgar que esfuma el trazo.”
II
“Las grandes aguas” quizás sea el poema que me haya leído y releído en este último tiempo, en los últimos meses, en el último año, ahora, a quién le puede importar que yo lea o relea como un enfermo.
Este poema no solo es el hit que clausura el libro, sino también el que en los recitales logra mayor identificación entre las oyentes: “Yo pasé por una historia similar” le dijo alguna vez una chica a Griselda, otra le confesó: “Vos le pusiste palabras a algo que yo alguna vez sentí”. ¿Será para eso la poesía?
Ahora es cuando.
Cuándo es ahora.
Ahora es el poema de Las grandes aguas.
¿El viaje melanco hacia ese dolor irrepetible?
Sí por favor, que no se repita.
Ahora es el tiempo de los ríos sagrados, ahora es cuando.
Los ríos que bajan del cielo, cruzan los techos y los patios
para venir a buscarnos.
Ahora, un huracán desata ceremonias de fuego y barro.
Como decía ese poema: nosotros los de entonces ya no somos los mismos.
III
Trato de olvidar a los tripulantes muertos
los crímenes del mar se juzgan en el mar.
(La cura)
IV
Puedo escribir los versos más sórdidos esta noche.
Escribir: se me nota el peronismo a la legua
en la calle sólo me gritan obreros o mecánicos.
(A la manera de un poeta de los 90)
IV
Voy a dejar de escribir, voy a parar acá, ya está bien.
Como dice Griselda:
Vuelvo a mi vida habitual
a la calma monótona que necesito
para transformar la mierda en oro.
V
Griselda García recomienda Fata Morgana, de Faran Ensemble.