Glam, incendios y brillos son solo algunos de los elementos que podemos encontrar en El incendio que hicimos en tu casa (Textos Intrusos, 2018), la original propuesta de Flavia Calise, una poeta y curadora de encuentros literarios que lleva la experimentación como bandera.
Existe en los poemas un vocabulario perteneciente al mundo digital, de la tecnología. ¿Cómo se inserta este glosario tecnológico en tu poesía?
La tecnología es algo que utilizo para escribir y trabajar todos los días, ya sea el celular o la computadora. En el libro, aparece como una crítica hacia el uso constante de lo virtual, y esto lo digo siendo también consumidora. Creo que es un modo de revisar aquello que nos quita tiempo de conexión real. Si bien aparece constantemente en el libro, no es un enamoramiento con la tecnología, sino todo lo contrario, ya que es una herramienta que está buena, pero que es agotadora.
Contame acerca del aire “slamero” que brota de tus poemas y que describe Gabriela Borrelli Azara en el prólogo.
Es algo inconsciente, no lo tengo tan presente. Supongo que devino de lecturas en vivo, de ir a escuchar poesía y quizás tenga que ver con lo actual de los poemas. Al nombrar tanto lo cotidiano y utilizar la repetición, lo slamero aparece. La poesía clásica no es lo que leo en el cotidiano y eso se ve reflejado en el libro.
La muerte es un perfume universal
voy a destruir el tiempo
de golpe todo junto
voy a pasar por un jean
una calle y un cuerpo
pasaré por las drogas
apegada al efecto
de la decepción del retorno
se secará lo radiante
el ardor será más chico al idealizar
al fuego
provocamos a la muerte
para que no sorprenda:
la violencia es un momento
después de otros momentos más
ya no estamos fascinados por el mal
ni tampoco enamorados
voy a intervenir sobre lo sutil
fatal magnate poético
ahora sólo esperás
que dios te arrobe
antes de que los demás
despierten
¿Cómo se combina tu actividad como gestora cultura con tu actividad como escritora?
Estas dos actividades me permiten estar en ambos lados. La gente que invito a mis ciclos es gente que admiro como autor/a, que me gusta lo que hace. Me entusiasma crear una especie de ritmo del ciclo, de ambiente temático, ya sea con escenografía o con música. En cada uno de ellos se fue armando un ambiente distinto. Lo primero que me divierte es la diferencia entre ambos ciclos (“La leyenda del vampiro floral” y “¡¿querés que llore?!”), ya que cada uno tiene su estilo.También que en ambos se van mezclando autorxs que no esperaría escuchar recitar en una misma fecha, y en cómo queda esa mezcla de voces potentes juntas. Como autora, me sirve muchísimo. Es una experiencia hermosa.
En este poemario hay un peso importante de la descripción y de la adjetivación…
La descripción es la primera herramienta que utilicé para empezar a escribir. Me ayudó mucho arrancar desde ahí. Después aprendí ciertas herramientas para seguir ampliándola. La adjetivación la uso bastante y tiene que ver con el golpe de la palabra, cómo suena y con el ritmo de lo que estoy diciendo. La idea es que con mucho trabajo, eso acompañe un estilo. Pero eso lleva tiempo y laburo.
¿Cómo sería tu vida si no existiese la poesía?
Nunca hice el ejercicio de imaginar mi vida sin la poesía. Pienso que sería bastante más triste. Tal vez me volvería más violenta. La tristeza mal dirigida, es enojo. Sería más violenta, pero no necesariamente contra otrxs. Me imagino hablando más fuerte, apretando botones, mordiendo cosas, rompiendo toda una calle.
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Flavia Calise recomienda:
La dicha en movimiento (1983) de Los Twist. Lo recomiendo porque además de querer mucho a Los Twist, en este momento tan triste, este disco en particulartal vez nos ayude a bailar mientras podamos.