Un profesor de matemáticas llega a un pequeño poblado de la Rusia de posguerra buscando un lugar donde alojarse. La casa elegida es la de Matriona, allí tiene todo lo que necesita: un catre, un escritorio y dos platos de comida por día. Matriona es una mujer vieja y excesivamente buena. Tan solidaria entre sus vecinos que esa actitud la transforma en la tonta de la aldea.
Los acontecimientos se desencadenan rápidamente anticipando el final.
Mientras la tragedia es el telón de fondo, la escritura se llena de aspereza, como si Solzhenitsyn quisiera apaciguar con palabras la crueldad sistemática con la que puede jugar el Estado.
Originalmente el título era Sin el justo no se tendrá la aldea, una frase lo suficientemente clarificadora que su autor decide dejar dentro de la crónica.
Este relato, el primero del libro, encierra en su recorrido características verídicas protagonizadas por el mismo Solzhenitsyn en 1956.
El libro finaliza con Incidente en la estación de Kochetovka, ambientado en una estación de trenes en la segunda guerra mundial.
Allí, lejos del campo de batalla, el teniente Zotov controla el tránsito de convoyes.
Zotov espera con anhelo que el combate se traslade más cerca para poder convertirse en un héroe, mientras sus días pasan entre tareas administrativas y la lectura de El Capital de Marx.
Perseguido por la policía Estalinista y luego por la de Jrushchov a causa de sus manifestaciones anti – comunistas, Solzhenitsyn pasó ocho años encerrado en un campo de trabajo.
En 1970 se le concedió el nobel de literatura, pero no fue a recibirlo por miedo a no poder a regresar a su país. Murió en el 2008 a los 89 años.
Alexandr Solzhenitsyn
La casa de Matriona; seguido de Incidente en la estación de Kochetovka.
1ra. Edición Buenos Aires -Tusquets Editores, 2011.