Los libros que se publican son el espejo de una sociedad: que existan esas lecturas habla de nosotros. Por eso, la innovación y la resiliencia trazan el recorrido del universo editorial argentino de este 2023, un año donde la exploración narrativa y sus lazos con la coyuntura convivieron con la inestabilidad de los costos y las limitaciones del papel. A pesar de la reducción de lanzamientos, la actividad feriante y los colectivos editoriales independientes vigorizan la vitalidad de publicación, que se corresponde con la oleada de autores jóvenes que desde las provincias expresan la intensidad del vínculo entre lenguaje y territorio.
En tiempos de lo efímero y la sobreestimulación, leer continúa representando un incómodo placer de conectarse -exclusivamente y por unas horas- con una identidad nacional construida en base a la tradición y la adrenalina. A través de la experimentación novelística, la precisión de las antologías, la sensibilidad poética y el compromiso de la no ficción, el ecosistema del libro argentino continuará influyendo y cautivando, más allá de las tendencias estéticas o el escepticismo de los ansiosos.
En Indie Hoy, seleccionamos diez de los tantos libros nacionales que recuperamos durante todo el 2023, otro año en donde la narrativa argentina se ubicó como una de las más trascendentes del idioma castellano.
La paciencia del agua sobre cada piedra de Alejandra Kamiya
Eterna Cadencia
El escenario narrativo que propone Alejandra Kamiya nos introduce a nuevas dimensiones de la asociación entre sensibilidad y lenguaje. Mientras desmaterializa lugares comunes, avanza en las emociones como territorios para habitar y descubrir las tensiones que nos transforman. Los cuentos publicados por Eterna Cadencia encuentran armonía en la transparencia y detectan cómo circula la herencia de las disputas y los amores que pasaron por nuestro cotidiano.
La antología La paciencia del agua sobre cada piedra se lanzó en febrero y llegó a su quinta edición en el cierre de año. Los lectores detectaron en su melancolía luminosa la vitalidad que implica transitar la muerte, pero también se abren a la existencia de las posibilidades de resurrección. En la era del fingir demencia, la autora aprieta en las gestualidades de la intimidad, construyendo un álbum de fotos de nuestras alegrías y vacíos para poder tener una conversación calma con lo sensible. Sus personajes humanos se dicen sin hablar, mientras que los animales obtienen voz con el mismo objetivo: hallar en lo genuino de los sentimientos algo en que creer.
Las niñas del naranjel de Gabriela Cabezón Cámara
Random House
Gabriela Cabezón Cámara suma una pieza más en su constelación queer selvática, en territorios que trazan una Latinoamérica en común desde su origen bastardo y colonial, con resistencias y complicidades. Las niñas del naranjel inicia con la voz de un caballero español, que en su aventura retrata la implosión civilizatoria que representó la llegada del hombre blanco. El protagonista desprecia las costumbres de más bajo linaje, pero no puede evitar la conexión con lo auténtico y voraz que le propone el monte sudaca.
Como parte de sus publicaciones en Random House, la autora experimenta narrativamente entre un monólogo epistolar y el mestizaje de las lenguas, entre un castellano imperialista y un guaraní insurrecto. En el relato conviven, además, el contacto de los cuerpos como escenarios de esfuerzos tortuosos con divinidades que no aceptaban la existencia de sus almas nativas. Sin prescindir de los sistemas comunitarios que garantizaban el desarrollo antes del genocidio, Cabezón Cámara dota de latidos a los biomas originarios, que persisten como refugios de mitologías y tradiciones que aún hoy nos muestran quiénes fuimos y quiénes podemos ser.
Una lectora de provincia de María Teresa Andruetto
Ampersand
Una biblioteca es un registro de vida y “un germen de imprevisibles futuros”. Las lecturas pueden determinar rumbos. Eso ocurrió con María Teresa Andruetto, que tiene grabado el catálogo de títulos que la condujeron a un destino literario. Una lectora de provincia es un relato biográfico enternecedor de una hija de inmigrantes que se abrió paso desde un pueblo cordobés con las historias que le contaba su madre; que hizo de la lectura su profesión; que padeció la censura por los libros prohibidos que elegía; que entendió lo mágico de encontrarse con alguien que, en otro tiempo y otro lugar del mundo, había sido atravesado por el mismo texto.
Es por eso que la editorial Ampersand se decidió por una narrativa infinita en su colección Lector&s. Porque permiten tomar consciencia del valor del conocimiento y de las transformaciones que provoca comenzar a leer. Porque son un enlace con tradiciones, con historias familiares y con personajes de otros mundos. Porque facilitan el proceso de comprender y ser crítico en lo justo. Porque son patrimonio, uno que no se puede cotizar porque construye memoria. Porque uno, finalmente, es lo que lee. Un yo que solo puede modificarse con una nueva lectura por venir.
Uno no decide lo que ama de Ignacio Veliz
Blatt & Ríos
Un grupo de jóvenes que se organizan en el tercer cordón del AMBA movilizados por la mística peronista y las demandas de sus impulsos, liderados por un profesor-puntero con arraigo católico y académico. Ese es el universo en el que nos envuelve Uno no decide lo que ama, una historia que cruza la épica juvenil, la líbido justicialista y la adrenalina del despertar homoerótico. El repaso de las distintas etapas de la euforia por el compromiso social se reúnen con la iniciación adolescente, en donde la fragilidad convive con la intransigencia de las convicciones: les cargan responsabilidades, pero siguen siendo pibes. Todo parece ser una actuación que se interpreta prescindiendo de las horas de sueño.
En su primera novela, Ignacio Veliz irrumpe con una voz arraigada en la hibridación, que incluye formación de unidad básica, sensibilidad de la geografía conurbana y estética urbana de los 2000. Esa armonía en los detalles de una reunión de rosca o de escenas de sexo en público identifican a este libro con el catálogo de la editorial Blatt & Ríos. La narración fluye sin prejuicios para acoplar el dramatismo de los primeros deseos con las premisas del activismo regional que aparentan haber quedado en desuso, pero dialogan con esta actualidad por urgencia histórica y por la poesía que determina el accionar militante. De alguna manera, representa una lección para la política: lo más importante es la construcción y la gestión de poder, pero finalmente todo se trata de sentimiento y de comunidad.
Criaturas fenomenales. Antología de nuevas cronistas hispanoamericanas de María Angulo Egea y Marcela Aguilar Guzmán
Marea
Dentro de América Latina laten historias que expresan su origen común. La construcción de resistencias comunitarias es uno de los puentes que une a sus naciones, desde el orgullo en sostener ritos e identidad y la euforia con la que se desenvuelven las revoluciones. Existe otra tradición regional: la del periodismo narrativo o las crónicas de no ficción, un género que retrata cómo los gestos cotidianos sintetizan el espíritu de los procesos históricos. En Criaturas fenomenales esas narraciones convergen con la movilización de colectivos de mujeres de las últimas décadas, para poder debatir cómo irrumpen nuevos cuerpos, voces y demandas ya no solo en el escenario político, sino también en el territorio de los sentidos.
Con dos décadas de publicaciones, la editorial Marea consolidó en su colección Ficciones Reales un listado de publicaciones de crónica narrativa a la que este año incorporó una compilación de textos de autoras latinoamericanas nacidas desde 1980 que se reúnen para “rescatar, rescatarnos y escribir contra el poder”. Desde el Ni Una Menos hasta la participación de los reggaetoneros puertorriqueños en la destitución de un gobernador, atravesando la negación de los problemas familiares y la confrontación a las enfermedades políticas: las autoras mujeres corrompieron el tangible desplazamiento del periodismo de investigación y pudieron ponerle palabras a la culpa y el dolor para exaltar la organización y la tenacidad. Tejiendo sus propios circuitos de encuentro colectivo atravesaron la insistencia del mercado por exhibir su supuesto descubrimiento. El resultado es este libro de referencia, ya no solo del periodismo ni del feminismo, sino del cambio de época.
Sangría de Martín Gambarotta
Rapallo
Una voz reapareció en la escena poética nacional: la de Martín Gambarotta, que irrumpió en los 90 con una obra experimental y transgresora. Un cuarto de siglo después, la construcción de su imaginario narrativo -nihilista pero sensible, crudo pero cercano- continúa removiendo las fibras de la emocionalidad de una época donde la sensación de soledad convive con la ansiedad de salvación individual; en el que hegemoniza un grupo donde “saben que nunca serás uno de ellos” pero “quieren que quieras estar sentado a esa mesa”.
La editorial Rapallo publicó esta sinfonía de amenaza permanente, donde la esperanza le delega al miedo el motor del cotidiano pero aún así encuentra poesía en un presente que se escapa y un futuro que solo proyecta distopía. En Sangría, su autor nos abre las puertas a sus obsesiones y nos recuerda que nuestras excitaciones y sueños más anhelados vienen prefabricados. Pero el lenguaje fluye y ofrece resguardos: no amerita nuestra ansiedad la proyección de una vida ajena. Nuestros procesos no se condicen con las estaciones del año y nuestros raptos de inestabilidad no solo habilitarán a la creación, sino que además nos permitirán encontrarnos con nuestros pares y nuestro genuino disfrute.
Las indignas de Agustina Bazterrica
Alfaguara
El desarrollo de una voz narradora identificable y que deja huellas en la memoria: esa representa una de las consolidaciones de una autora. Agustina Bazterrica ya lo alcanzó y lo vuelve a mostrar en Las indignas, con virtuosismo en las descripciones y sin pudor para escribir sobre el dolor, sobre las torturas y la saña. En su nueva novela, publicada en Alfaguara, construye una civilización que perturba y acorrala, donde la condición de género y las desigualdades en los vínculos son el motor de una trama donde el sufrimiento se transforma en una herida del lector.
Bazterrica experimenta a través del diario de su protagonista, que registra un futuro que se asemeja como apocalíptico pero parece alcanzable: la tecnología desborda a los usuarios, las personas entran en conflicto por la escasez de agua, el cambio climático solo permite pensar en sobrevivir y el patriarcado despliega sus ataduras de forma omnipresente. Así se estructura la figura de “Él”, el creador de una secta con connotaciones religiosas que garantiza la vigilancia y la agonía de las mujeres, que establecieron castas y enemistades furtivas. El sometimiento garantiza el orden. Sin embargo, siempre habita el germen de la disrupción, tan necesaria en la ficción y por fuera de sus límites.
Al taco. Historia del rock argentino hecho por mujeres (1954-1999) de Carolina Santos, Gabriela Cei y Silvina Arcidiacono
Gourmet Musical
Documentales, bibliotecas, listas de discos: la vastedad de las producciones que revisan la historia de nuestro rock reiteran -casi siempre- el sesgo inexplicable de eludir el protagonismo femenino desde la primera hora. En el último tiempo, la recuperación de estas voces protagónicas de los años pioneros de “la nueva ola” de la segunda mitad del siglo XX completaron las piezas que se requerían para trazar la historia del rock argentino. Así se pudo comprobar que los bailes que habilitaban la demandada liberación de los cuerpos y la búsqueda de alternativas adolescentes por su necesidad de sinceramiento tenían de fondo una canción cantada por una mujer.
El valor de Al taco, publicada por la editorial especializada en música Gourmet Musical, trasciende el énfasis en la resistencia histórica de las mujeres de la escena, su motor de inspiración creativa y sus herramientas de organización. El libro ancla al desarrollo artístico femenino en el proceso de expansión del acceso a la educación y de la demanda de profesionales técnicas en el mundo laboral. Todo esto desde la década del 50, mucho antes que “La balsa” de Los Gatos. Así logra desentrañar archivos que siempre estuvieron allí pero nadie intentó ver, para descubrir en forma cronológica medio siglo de rockeras -muchas de ellas no vinculadas al género- y detallar cómo la disrupción del hogar y la vestimenta sustentaron las bases de la liberación y el under que conformó la épica del rock nacional. Uno que, sin mujeres, no habría conocido su primer acorde.
Las afueras del mundo de María Negroni y Fidel Sclavo
interZona
“¿Hay algo más ruin que frecuentar la literatura con moderación?”. La poética de María Negroni y las ilustraciones de Fidel Sclavo bien pueden ser imágenes escritas o narración gráfica pero, esencialmente, proponen un recorrido sin número de páginas para desanestesiar el tránsito por la estética y por la soledad que nos rodea. En el desierto, ambos autores encuentran un rumbo. Y la edición de interZona termina por abrir los puntos de fuga a la vigilancia de un porvenir impreciso pero deseoso de colores y de nuevos horizontes de palabras.
La particularidad de Las afueras del mundo es que no propone una lectura, sino una contemplación. La experiencia implica releer cada frase, pensar qué resonancia tienen con el texto, vivenciar la actividad de los personajes ilustrados y aventurarse en las analogías del collage. La sensación que queda al cerrar el libro es el avasallamiento de preguntas. Su fin es un punto de partida para pensar qué pertenencia tenemos en lo que nos rodea.
El parche caliente de Fabián Casas
Emecé
Además de un catálogo lleno de autores consagrados y revelaciones literarias nacionales, Emecé publicó este año el regreso a la novela de Fabián Casas después de una década. El parche caliente referencia a una autolesión que se provocan los perros y es precisamente uno de ellos -entre el surrealismo y una envergadura imponente- el que protagoniza la historia junto a un comandante tan aguerrido como extravagante. El ánimo animal se combina con el salvajismo humano en un universo que, aunque cercano y posible, es insólito y burlón.
La construcción de detalles vívidos y escenarios de alcohol y peleas configuran esta historia como un testimonio de la Patagonia argentina durante el siglo XIX, un territorio de aventuras donde todo era posible, incluso héroes sanguinarios alabados por su falta de pudor. “¿Cómo se ponen todos de acuerdo y delimitan un territorio?”, es la pregunta que determina la actitud de los sujetos movilizados por el destino y un horizonte de oportunidades, tanto para terratenientes y generales argentinos como para naturistas y comerciantes extranjeros. El autor reconvirtió un guion de cine en una novela y delineó un mundo que abstrae para ayudar a comprender la esencia del hombre, con sus conflictos de intereses, debilidades por el vicio y obstinación por el poder.