Una absurda anécdota casi adolescente lleva a la protagonista de Presa puta y puta presa a ser perseguida por la policía en su estadía en la ciudad de Nueva York. Pero esa será solo una de las tantas peripecias en las que nos sumergirá la sagaz, interesante, contemporánea y sincera novela autobiográfica de Mariana Berstein.
Se trata de un libro en el que abundan las imágenes, imágenes de fiestas, de atentados en Nueva York que marcan un antes y un después en la historia, y también de fragmentos de vida que marcan la vida de nuestra protagonista. Las imágenes nos inundan porque su escritora es fotógrafa. “Todo lo que hago tiene siempre una imagen visual -cuenta Berstein en conversación con Indie Hoy-. A veces aparece primero la imagen y después la historia. Presa puta y puta presa es un libro que está plagado de imágenes. Es a través de ideas que va apareciendo lo visual. La idea que tenemos de Nueva York, la idea que tenemos de Madrid, de Buenos Aires, etc.”.
En este juego con los estereotipos y las imágenes es difícil no percibir una crítica al ambiente artístico en cada uno de los bien logrados capítulos de esta narración extraordinaria pero realista. “Sí creo que es un libro que habla desde un lugar muy honesto -admite la autora-. El mundo del arte tiende a ser bastante pretencioso y nunca mostrar las debilidades y las falencias, y existe un tono burlón con respecto a esas poses del mundo del arte”.
Una particularidad que tienen las historias de Presa puta y puta presa es que pueden leerse de forma individual. El libro puede arrancar donde uno quiera, “no posee un tiempo lineal sino que las historias van y vienen en el tiempo, las épocas, los espacios”, como explica la escritora. Es sin duda una novela aguda que podríamos vincular con la categoría de la literatura experimental. Sin embargo, esto no es suficiente para definir su particular forma de escritura. El mundo en el que transita Mariana, esos tiempos vertiginosos en que es madre, modelo, fotógrafa o presa, está empapado de una creatividad de mujer/artista tiempo completo.
También hay que destacar su afán por repasar y sostener el lugar que ocupa una mujer artista en la virtualidad. ”No creo que la virtualidad modifique el lugar de la mujer artista, es un medio -aclara Berstein-. En ese sentido, me parece que no afecta de ningún modo el lugar de la mujer que tiene que ser cada vez más preponderante, ya que estuvimos muchísimo tiempo en un segundo plano y tenemos que estar en primer plano”.
Se enrollan y se desarrollan en diferentes sentido -pero con un hilo conductor de acciones en flashback y vividas en varios tiempos- experiencias relacionadas con la construcción de una artista, la falsedad, la creación, la maternidad, la pérdida y los vínculos. Berstein hace foco y zoom en una historia de vida donde el champagne, el chori, Almodóvar, Bush y el sentimiento de ser siempre una extranjera se encuentran, creando un texto atractivo, raro, vertiginoso y particularmente bello.
Presa puta y puta presa está disponible en librerías.