Cantante. Ilustradora. Poeta. Música. Conductora radial. Lo complejo de encasillar siempre porta un atractivo y Paula Maffia no lo esconde: es una activa jugadora que busca abarcar todos los terrenos de la cultura y se transforma naturalmente en el indetenible devenir que demandan estos tiempos. Después de La Cosa Nostra y Las Taradas, fue por la carrera solista y logró consolidar dos álbumes de estudio y una serie de singles.
En 2023, se para desde una etapa inédita, donde conoce un nuevo vértigo: el de la maternidad. “Ahora que soy madre la idea del tiempo está totalmente abolida -cuenta en conversación con Indie Hoy-. Estoy reinterpretando la vida, el tiempo, la energía y dormir”. A ello le sumó el lanzamiento del proyecto que la vuelve a reunir con Lucy Patané, Lesbiandrama, un álbum de cuatro canciones que se sensibilizan con la desmesura de la pasión.
“El debut fue una maravilla -cuenta sobre la reciente presentación en vivo del proyecto-. No cabía ni un alfiler más y nos trajo recuerdos de nuestras épocas más pogueras juntas. Si lo volveremos a hacer lo ignoro, pero es algo ya iniciado. Surgió de la idea de que la banda no tenga una exigencia en el vivo ni de iniciar un camino con postas y con metas que ya estén predigitadas, sino poder sacar este disco e ir probando más material a modo de capricho o de chivo expiatorio de momentos creativos. Es una especie de burla a la agenda impuesta”,
Aparentada con el universo editorial a partir de la publicación de su libro de poesías Verso (Emecé, 2021), Maffia pone en diálogo permanente su obra musical e ilustrada con distintas constelaciones narrativas. Eso se expresa en sus diálogos radiales en el programa Espejos rotos de AM Radio Provincia, pero también en su proceso creativo. “Me gusta salir del lugar de artista que es una especie de cerebro que ve una diana adelante y va hacia ella -admite-. A veces es más lúdico, más torpe y a veces hay cosas que son por necesidad. Son misteriosos los caminos de la creación”.
Teniendo en mente su labor tanto de cantautora como escritora, le pedimos que elija 4 libros que resonaron en ella recientemente.
La estructura de las revoluciones científicas de Thomas Kuhn
Para mí, es una guía práctica de la vida. El tipo es un físico que nos cuenta la vida y muerte de las teorías científicas desde que comienza un poco el pensamiento científico. Algo del relato que hace de los paradigmas que arman la fe científica, por más que suene un oxímoron, toman forma y se expanden dentro las comunidades hasta que empiezan a mostrar grietas y generan crisis interna dentro de las comunidades científicas. Esa crisis se emparchan en general por teorías que combaten esa teoría reinante hasta que aparece nuevamente un horizonte.
Hay algo de esa honestidad cíclica de cómo se pasa de un paradigma al otro y de cómo hay que buscar parches que es muy claro verlo en la ciencia y me reverbera fuertemente en cómo las personas permanentemente dudan de ellas mismas a lo largo de toda su vida. Leer este libro y pasar por la historia de las teorías científicas un poco me depuran las crisis personales. Es un libro al que vuelvo muchísimo.
Fuegos de Marguerite Yourcenar
Es un libro que me formó un montón, de una autora con una pluma muy clásica y masculina. Ella trabaja mucho con la ficción histórica y se permite mezclar el ensayo sobre las pasiones humanas referidas a grandes situaciones de la historia de la literatura. Se refiere a personajes clásicos y mezcla estos ensayos pesados con pequeños aforismos muy personales y patéticos. La mezcla genera un poco de humor y el libro es maravilloso.
Hay algo en esa mezcla de un material muy densos con esos aforismos tan ligeros, casi como borracha, más todo el blanqueamiento que hizo en el prólogo que ella escribió explicando que hizo el libro saliendo de un gran amor, que me resulta muy convocante. Lo leí a los 15 años y vuelvo a él hace 25 años.
Método para leer y escribir música a partir de la percepción de María del Carmen Aguilar
Es muy lindo de leer. Me gusta mucho esa de cosa de diseñar por venganza. Ella es arquitecta y está muy formada musicalmente, así que era como una doble agente. Encontró que había agujeros en común entre la arquitectura y la teoría musical, entonces creó un método propio que es mucho más intuitivo y hoy por hoy es uno de los mejores métodos que una puede optar para aprender.
Por ejemplo, le da espacio al cuerpo, a las frases populares, a los versos, a las rimas y a las intenciones. Habilita un montón de lugares que son parte de la música. Hoy ya están subsanadas un montón de discusiones, pero sobreviven métodos vetustos y la música muchas veces se aprenden a los golpes. Es muy desafortunado eso porque te genera heridas que hacen que te alejes de la música, y para mí no es así, no tiene que sobrevivir el más fuerte.
Al filo de la visión de Alex Zani
A la poesía contemporánea la quiero leer, pero también la voy a ver en persona. Con la poesía contemporánea me refiero a la que está muy viva y se está produciendo ahora. Tenemos la suerte de que hay una camada muy buena de poetas que saben ponerle la voz a sus poesías o textos verticales. La virtud de esta nueva camada es que incluyen al cuerpo e incluyen la voz como parte del poema, porque son importantes. Me cansé de escuchar a personas con poemarios increíbles pero a la hora de declamarlos se traban con su voz, y pensaba: “Qué lástima prescindir de ese dispositivo que es la lectura, si tengo la posibilidad de ver a esta persona en vivo”. Tampoco la poesía está obligada a ser un arte escénico pero hay algo maravilloso en esta nueva escenas de poetas.
Ahora estoy leyendo lo último de Alex Zani, que es una amiga poeta que quiero mucho; me llegaron los poemarios de Michelle Lacroix [El pez por la boca muere], muy hermosos también. Hay próceres que caminan entre nosotros, como Francisco Garamona. También hay letristas que sigo escuchando y me parece que están muy cerca de la poesía.