Niños que desaparecen misteriosamente en una ciudad sin nombre, niños que para escapar de ese destino están condenados a viajar de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, los únicos lugares donde no corren peligro. Narrado con la voz de Fermín, un chico que integra el obstinado grupo que lleva adelante la difícil tarea de traer a los niños de regreso, el relato atraviesa el suspenso y la fantasía con igual rigurosidad.
Es entonces que los chicos encuentran en “El principio de la herencia”, un texto que escribió Goran, uno de los tantos niños desparecidos, en Harry Potter y en Las crónicas de Narnia, las pistas donde buscar a sus compañeros, el lugar donde sus amigos pueden estar esperándolos a ser rescatados, el lugar donde la ficción salva al mundo de la realidad.
La búsqueda es interminable, y solo encuentran huellas que llevan a otras huellas, interminables. Sin rumbo pero valientes, al igual que Cháves Castañeda, que en los momentos más adversos se permite jugar con el lenguaje: “La familia de cada desaparecido llora desolada, o sea, sin sol, pero nunca desesperanzada”
Severiana es una isla construida por un grupo de amigos, un recoveco donde inventar palabras, un sueño utópico y mortificante en un mundo que, implacablemente, se devora a si mismo.
Severiana
Ricardo Chávez Castañeda
Fondo de Cultura Económica – México 2010