A cuatro años de la temprana muerte de Gabo Ferro, un nuevo libro recorre la vida y obra del gran cantautor porteño. Los periodistas Lalo Ugarte y Sergio Sánchez publicaron recientemente, a través de Marea Editorial, Un tornado dulce, el resultado de su exhaustivo trabajo de investigación sobre el músico.
Las más de trescientas páginas del libro se dividen en nueve capítulos que recorren cronológicamente la vida y obra de Ferro, desde su nacimiento en el barrio porteño de Mataderos hasta su muerte en 2020 a manos de un cáncer no detectado a tiempo, y los homenajes que florecieron a raíz de su partida.
Un tornado dulce cuenta la historia detrás de cada álbum en el que participó Gabo, desde sus inicios en el hardcore con la banda Porco, su abandono de la música y posterior regreso como solista y reinvención folk -es notable la historia coral que cuentan Flopa Lestani, Ariel Minimal y Hernán sobre la previa al lanzamiento de Canciones que un hombre no debería cantar en 2005-, los que hizo en colaboración -como El veneno de los milagros con Luciana Jury e Historias de pescadores y ladrones de la pampa argentina con Sergio Ch de Los Natas– y Loca, el disco que fue editado de manera póstuma. En el medio: su carrera como historiador, su militancia, el sello Costurera Carpintero, y el amor.
Entre los entrevistados aparecen Lisandro Aristimuño, su viudo Silvio Fariña, Félix Bunge, Marcia Schvartz, Luciana Jury, Liliana Vitale, Fernando Noy, además de los mencionados Lestani y Minimal, entre otrxs. Sergio Pujol firma el prólogo titulado “La canción insumisa”.
El mito detrás del último show de Porco
Ugarte y Sánchez se toman un capítulo del libro para desmitificar el último show de Porco, que tuvo lugar en el Bauen en 1998 y que tomó estatus de leyenda porque Ferro se habría quedado sin voz en pleno show. Tras el incidente, la anécdota cuenta que Gabo decidió abandonar la sala, corriendo entre el público, dándole el punto final a la trayectoria del grupo que, por ese entonces, tenía editado el debut homónimo de 1994 y un segundo disco cajoneado. Gabo Ferro empezaría su carrera como historiador y volvería a la música recién una década después.
“Por empezar, siempre la pifian por un año. Ponen en el 97 pero fue en el 98″, precisa Sergio Álvarez, guitarrista de Porco, en el libro. Ugarte y Sánchez continúan: “El show fue el 1° de abril de 1998 en el Bauen. Era una fecha compartida con la ascendente Jaime Sin Tierra. La fecha la cerraba Porco, que esta vez se presentaba sin bajista. Iba a ser un show breve y sencillo, con un repertorio de diez temas, sin escenografía ni puestas especiales. En el sexto tema, ‘Biografía de un tiro’, a Gabo le empieza a fallar la voz. La mayoría del público había ido a ver Jaime Sin Tierra y se estaba yendo. Gabo dejó el micrófono y se fue a los camarines. El resto de la banda terminó el tema y saludó. Fue el último show de Porco y el comienzo del mito“.
“Le explotó la cabeza y en la mitad del tema dejó de cantar. No se quedó mudo”, dice Álvarez. “Fuimos al camarín y nos dijo que se sentía mal, le dijimos ‘cuidate, hablemos, todo ok’. Fue raro. Ahí fue a buscar el micrófono, lo guardó en el bolso, el mismo en el que había traído la guitarrita cuando lo conocí. Fuimos hasta la puerta, lo saludamos y se fue por Callao”, recuerda el guitarrista.
“¿Qué pasó esa noche en el Bauen?”, le preguntó Martín Graziano para una entrevista publicada en Página/12 en 2005. “Estaba cansado –respondió Gabo–. La banda se había metido dentro de toda esa vorágine que no funcionaba. Hablo de tener que estar todo un año sin hacer un disco porque ya había salido uno en el 96, de no poder hacer nuevas canciones porque no se podían tocar ni se podían grabar, de tener que tocar en tal sitio y que cada vez fuera menos gente a vernos… Los tiempos del mercado no tienen nada que ver con los tiempos del artista”, concluyó.
En otra entrevista con Página/12, esta vez en diálogo con Luis Paz, comentó: “El camino de una banda es: disco, meterte en agencias, contratos con sellos multinacionales, festivales esponsoreados. Cuando vi todo eso, vi que no tenía nada que ver con lo que imagino que es música, dije ‘entonces no quiero’. No sentía que eso tuviera que ver conmigo, hasta desde la cuestión laboral, donde la música se entiende como el lugar de la independencia. No quise ser un empleado de un sello donde tenés que ir adonde te mandan, te manosean el orden de los temas, la tapa del disco, cuándo sale, quién te saca las fotos. Eso no tiene nada que ver con el ámbito de libertad creativa en el que creo“.
Finalmente, Álvarez recuerda en Un tornado dulce: “El segundo disco no se lo encajamos a nadie y estábamos convocando poca gente. Creo que el final de Porco, en parte, se dio por algo que en definitiva era la fuerza de la banda y principalmente la fuerza de Gabo: la búsqueda del amor y la manifestación del desprecio“.
Un tornado dulce está disponible en librerías y será presentado el jueves 10 de octubre a las 19 h en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, CABA).