Es curioso que uno de los géneros más festivos dentro del amplio espectro del rock y sus fusiones se llame funk. Sin embargo, el término elegido para categorizarlo tiene origenes y significados muy diferentes al espíritu que subyace en su música. De hecho, el significado de diccionario de “funk” es canguelo, temor, miedo. En el siglo XVI y hasta comienzos del XX, se utilizaba para describir a un “olor nauseabundo” provocado, puntualmente, por un mal aroma derivado del tabaco.
En el mismo sentido, durante la primera mitad del siglo XX, el adjetivo “funky” pasó a identificar los locales desagradables y malolientes. Por caso: uno de los más afamados de Nueva Orleans, donde solía tocar Buddy Bolden -uno de los pioneros del jazz- a comienzos de 1900, se llamaba Funky Butt Hall.
A partir de 1950, se empezó a utilizar el término para describir a un tipo de jazz -el funky jazz-, y desde finales de los 60 tomó ya el significado que hoy conocemos: líneas de bajo al frente, con mucho groove, slapping, popping, ritmos sincopados, cortes, fraseos con instrumentos de vientos al unísono y guitarras rítmicas en semicorcheas.
Con todo, tanto para quienes incursionar en el género, aquellos que estén ávidos de incorporar nuevos descubrimientos, o para los que están avezados en la materia y busquen debatir sobre arbitrariedades, en Indie Hoy elegimos estos 10 discos de funk esenciales.
Sly & The Family Stone – Stand!
1969 – Epic Records
Sly & The Family Stone fue una de las bandas más originales de la historia más allá del funk. Su formación clásica integraba miembros blancos y negros por igual, y mujeres en misma cantidad que hombres. Su bajista, Larry Graham, fue el creador del “thumpin’ and pluckin'”, técnica mejor conocida como slapping. La irrupción de la banda comandada por Sylvester Stewart en el festival de Woodstock en 1969 dejó sorprendidos a productores, colegas y el público. Ese mismo año publicaron Stand!, su tercer disco y el más popular de Sly y compañía, con más de 3 millones de copias vendidas. Aunque no por eso es esencial: se sostiene por su versatilidad, su psicodelia, sus melodías expresadas en canciones como “Stand!“,“ I Want to Take Your Higher“ y “Everyday People“.
Tower of Power – Tower of Power
1973 – Warner Bros. Records
El homónimo de Tower of Power es un disco con mucho funk y del bueno: muy preciso para quienes se están iniciando en el género. No obstante, hay algo de lugar para el soul y alguna balada de medio tiempo, además de melodías atractivas, sostenidas de manera brillante por su cantante Lenny Williams. También se destacan el ritmo sincopado de su baterista David Garibaldi y el saxo barítono tan personal de Emilio Castillo. Un dato de color es que a Luis Miguel le gustaba mucho Tower Power en su adolescencia. El mexicano incluso reclutaría a los saxofonistas Stephen Kupka y Emilio Castillo para grabar “Qué nivel de mujer“, basada en su tema “Attitude Dance” del disco Monster of a Leash (1991).
Earth, Wind & Fire – The Best of Earth, Wind & Fire Vol. 1
1978 – ARC/Columbia Records
8Si bien es un compilado, The Best of Earth, Wind & Fire Vol. 1 amerita su inclusión por varios motivos. En principio, porque la banda comandada por Maurice White y compañía no es puramente funk, y en este disco se aglutinan varias canciones destacados del género. En segundo lugar, porque tiene tres temas inéditos y uno de ellos es una versión inmejorable de “Got to Get You into My Life” de The Beatles. De hecho, en manos de los estadounidenses, el tema que los Fab Four publicaron en Revolver se convierte en una máquina de funk que mantiene la melodía intacta del original. Esta reversión fue el primer single del disco e incluso ganó un Grammy.
Red Hot Chili Peppers – Blood Sugar Sex Magik
1991 – Warner Bros. Records
Muchos discos de los Red Hot Chili Peppers podrían ingresar en una lista de funk –Stadium Arcadium (2006), I’m With You (2011)-, pero elegimos el quinto de sus trabajos porque es el que mostró a la banda incursionando en el género por primera vez. Blood Sugar Sex Magik es también uno de los mejores álbumes de la banda californiana; no solo porque es un trabajo que rebalza de funky, si no por cómo lo mixturan con el rap, el hard rock y baladas como “Under the Bridge“. El disco producido por el legendario Rick Rubin ostenta tantos inolvidables riffs de guitarra de John Frusciante como virtuosas líneas de bajo de Flea, en composiciones que exploran temáticas arriesgadas para la época.
James Brown – James Brown’s Funky People
1986 – People Records
El Ministro del Nuevo Funk tenía que estar en una lista de discos del género que se precie de tal, aunque evitaremos caer en lugares comunes eligiendo otro álbum compilado. Hay argumentos para hacerlo: las recopilaciones clásicas de R&B en los años 80 fueron muy destacadas, pero la mejor de la época fue Funky People. Sobre todo porque es una selección de James Brown que arrojó luz sobre las producciones de otros artistas de People Records, el sello que dirigió entre 1971 y 1976, y publicó a destacados músicos como los J.B.’s, Lyn Collins, Fred Wesley y Maceo and the Macks.
Betty Davis – Betty Davis
1973 – Just Sunshine Records
El disco debut de Betty Davis es un desparramo de funk salvaje, tal como era su espíritu libre la cantautora nacida en Carolina del Norte. Su nombre de nacimiento era Betty Gray Mabry, pero adoptó el apellido de Miles Davis cuando se casaron. La pareja solo duró dos años a finales de la década de los 60, pero quedó una buena relación entre ambos. De hecho, juntos luego compusieron “You And I” para tercer el disco de la primera modelo profesional negra. Asimismo, si bien Betty ya componía para los Chambers Brothers, su vínculo con el trompetista la estimulo aún más y la animaría a cantar. Dejó solo tres álbumes (y un cuarto inédito de los 70 publicado recién en 2009) y ninguno tiene desperdicio, aunque el más funk es el primero. La banda del disco -integrada por el bajista Larry Graham y el baterista Greg Errico de Sly & the Family Stone– genera una atmósfera pesada de puro funk fusionado con el rock de las guitarras reiterativos y la voz rabiosa de Betty.
Funkadelic – One Nation Under a Groove
1978 – Warner Bros. Records
Tal como su título lo indica, ingresar en la escucha del décimo álbum de los Funkadelic es inmiscuirse en un universo de puro funk, pero con leyes propias: canciones extensas, con riff reiterados, aunque con pasajes muy versátiles dentro del mismo tema. One Nation Under a Groove es un disco en el que priman las melodías sexy -elemento inherente al funk-, la psicodelia y el rupturismo muy propio de la banda comandada por George Clinton. Insoslayable álbum del género.
Ohio Players – Skin Tight
1974 – Mercury Records
El origen de Ohio Players data de 1959, aunque tuvieron dos etapas iniciales: la primera hasta 1970 y luego siguieron con nuevos músicos hasta el presente. Skin Tight es su quinto disco y el segundo disco de la historia en ser anunciados como un lanzamiento cuadrafónico (estéreo de cuatro canales). Contiene solo seis canciones, pero muy efectivas con alto contenido de funk cruzado con jazz (como un adelanto de lo que sería el acid jazz). Su portada es una de tantas en las que una banda presenta a una mujer semidesnuda en poses sensuales. Sin embargo, lo que hoy podría interpretarse como cosificación, en aquel entonces buscaba representar a una mujer negra como símbolo de liberación frente a la opresión que sufrían los afroamericanos en Estados Unidos. Dato no menor: R.E.M. interpretó la canción “Skin Tight” en su gira Green en 1989.
The Isley Brothers – Get into Something
1970 – T-Neck Records
The Isley Brothers es la banda más antigua de las seleccionadas en esta lista. De hecho, comenzaron en 1954 como un trío vocal en Cincinnati, Estados Unidos, conformado por los hermanos O’Kelly Isley Jr., Rudolph Isley y Ronald Isley. Su octavo disco se publicó en 1970 y se destaca por tener varias joyas del funk, como “Keepin On Doin’“, el primer single del disco y una pieza en la que hacen gala de sus dotes vocales. Y como para ratificar que es una gema del género, el disco arranca con el tema que le da nombre a la placa que en su versión completa -de casi 8 minutos- tiene todos los elementos para convertirse en una canción perfecta.
Prince – Prince
1979 – Warner Bros. Records
El segundo disco de Prince es una máquina funk de melodías irresistibles y entradoras con clásicos como “I Wanna Be Your Lover“. Como sucedió con su álbum debut, el artista oriundo de Mineápolis se encargó de la composición, producción y ejecución de casi todos los instrumentos, a excepción de la intervención del bajista André Cymone y el baterista Bobby Z, a quienes describió como “ayudantes enviados del cielo”. Rogers Nelson hizo muchas canciones del género, pero este material es el que ostenta su groove más puro. Otro dato a tener en cuenta es que en octubre de 2019 se publicó una reedicción por los 40 años del disco que contiene una versión acústica de “I Feel for You”.