Alguna vez en otro especial presentamos “Los 16 discos ideales para escuchar en verano.” La elección seguía una lógica subjetiva y sumamente caprichosa… en otras palabras, no seguía ninguna lógica en particular más que la dictada por la percepción, a través de la música y de las imágenes que podía evocar. Es difícil escuchar algo y no pensar en momentos que podrían coincidir con lo que suena. La relación que tenemos con la música se resignifica continuamente y los significantes que antes nos comunicaban algo más tarde pueden relacionarse con cosas que ni sospechábamos. La música no cambia: los que cambiamos somos nosotros.
A continuación compartimos una selección de discos que recomendamos escuchar en otoño. ¿Por qué estos y no otros? No hay por qué. En este arriesgado listado, sin jerarquía alguna ni patrón temporal, dejando a un lado los estilos y haciendo de la arbitrariedad una bandera, presentamos 13 álbumes que responden más a un sentimiento otoñal que a cualquier otra razón.
Yo La Tengo – I Can Hear the Heart Beating as One
1997 – Matador
El sexto álbum de Yo La Tengo es otoñal, nocturno e ideal para escucharlo manejando con los vidrios semi bajos, por pueblos fantasmas como el de la película La ley de la calle –joyita en blanco y negro de 1983 de F. F. Coppola– o por rutas infinitas iluminadas solo por las luces del coche como las que adora David Lynch. El disco mantiene una coherencia a lo largo de sus temas que te envuelve en un estadio onírico. Ningún tema logra sobresaltar demasiado tu atención, siempre atenta en el volante y en el camino, ni genera un tedio que pueda adormilarte. I Can Hear the Heart Beating as One es un compañero ideal para una larga travesía, donde lo importante no es llegar sino el viaje en sí. Canción más otoñal del disco: “Autumn Sweater”.
Boom Boom Kid – El disco del otoño
2017 – Ugly
El otoño no es solo una estación caracterizada por la melancolía y la reflexión. Hay días en donde no podemos sentarnos a meditar sobre el sentido de la vida o sobre por qué la adaptación de la película de Los Simpson fue tan mala. A veces necesitamos activar y necesitamos algo bien arriba, canciones que nos movilicen, que nos llenen de adrenalina. En ese marco, el aporte hard rock y punk pop de Boom Boom Kid es funcional. Canciones a la velocidad de los Ramones y energía para todo el día. Ideal para escuchar un sábado después de volver del supermercado, mientras nos sacamos el abrigo y la bufanda y nos ponemos a ordenar lo poco que pudimos comprar mientras agarramos la escoba para barrer los pelos del gato que están por todo el living. Canción más otoñal del disco: “A el Sandro de Zárate”.
Love – Forever Changes
1967 – Elektra
El tercer álbum de los californianos resume un fresco adorable acompañado por un sol en la cara, el punto justo para sacarte la piel de gallina sin derretirte. Forever Changes es un disco psicodélicamente templado, con canciones inolvidables que por mucho que pase el tiempo, no parecen tener fecha de vencimiento. La remasterización del 2015 permite disfrutar de cada instrumento con una autonomía que quizás en la edición original no lograba a percibirse. Magnífico para disfrutar de la voz de Arthur Lee caminando por una calle de un barrio suburbano, bajo el sol de las cuatro de la tarde, pisando las hojas secas, sintiendo como crujen bajo las zapatillas, llegando a la casa de esa persona tan especial para merendar juntos. Canción más otoñal del disco: “The Good Humor Man He Sees Everything Like This”.
Travis – The Invisible Band
2001 – Independiente
El tercer álbum de la banda escocesa en una oda al otoño. Ya desde la portada, la música nos invita a sumergirnos en una nostalgia difícil de salir. Es poner play y ver cómo las hojas caen en la ventana. Melancolía, sentimientos encontrados, pesares, angustias, todo eso tiene la poesía de sus canciones. No nos olvidemos que Travis fue una de las bandas que supo capitalizar los restos del brit pop y convertir su alegría, colores y desparpajo en una obra introspectiva, sepia y reservada. (Radiohead lo llevará a la perfección, pero para eso tendremos que hablar de discos de invierno). The Invisible Band es para escuchar en el jardín sin plantas de tu tía Fátima, esa que vive en Burzaco, que rara vez vas a visitar y que disfruta contando recuerdos de sus días más felices. Canción más otoñal del disco: “Flowers in the Window”.
Beck – Sea Change
2002 – Geffen
El otoño tiene una paleta de colores muy particular y distintiva: ocres, amarillos, rojos, marrones y violetas. Las canciones del quinto disco de Beck parecen salidas más de un pintor que de un músico. Es un disco netamente atmosférico, donde cada pieza construye con una notable gravedad un mundo hermoso pero decadente. Es un disco existencial, y tratándose de Beck eso lo hace una perla irregular. Ideal para poner de mañana, mientras desayunamos y vemos cómo el viento mueve los árboles y arrastra hojas vencidas. Otra opción: a la tarde, a un volumen no tan alto, mientras uno lee un libro, no una revista, un libro que demande una inmersión importante. Si nos compenetramos con la trama, sin darnos cuenta, también estaremos nadando con el güero. Canción más otoñal del disco: “Lost Cause”.
Mi Amigo Invencible – La Nostalgia Soundsystem
2013 – Fuego Amigo Discos
Para muchos, el otoño es la estación de la nostalgia por excelencia. La Nostalgia Soundsystem amanece con una fina garúa y de a poco va entrando en calor. Es un disco ciclotímico tal como el otoño. Soleado, pero fresco, ventoso. Nos sitúa automáticamente en el medio de una naturaleza virgen, casi hostil. Las canciones hablan de algo perdido, de un momento que ya no volverá. El arte de tapa nos muestra una ciudad post apocalíptica dominada solo por animales (como en la película 12 monos). El hombre ha perdido todo: su modo de vida, su planeta, incluso su existencia. El disco invita a entrecerrar los ojos y disfrutar del espectáculo de la naturaleza, mientras nos balanceamos en una hamaca paraguaya colgada de una palmera y pensamos en el errático comportamiento humano que no se detiene en su sed de destrucción. Canción más otoñal del disco: “La Nostalgia Soundsystem”.
Placebo – Without You I’m Nothing
1998 – Hut
Llueve. Hace frío. No tenés ganas de salir ese sábado, pero algo en vos dice que te estás enamorando, que vale la pena, que no dejes de intentarlo. A los 10 minutos de salir recibís un mensaje en donde la otra persona no solo corta la incipiente relación, sino que te pide que no le vuelvas a escribir más. Te dejás caer en el sillón. La angustia te sobrepasa. Empezás a llorar. Entonces es un buen momento para este discazo de Placebo. Oscuro, triste, taciturno, lleno de momentos que te dejarán congelado en ese sillón hasta que termine. Canciones como “My Sweet Prince” o “Burger Queen” son imposibles de pensar en un estado de euforia o en la playa comiendo churros, simplemente no funcionarían. Canción más otoñal del disco: “Without You I’m Nothing”.
Antolín – El susurro de las estrellas
2017 – Uva Robot
Según algunos lingüistas, la palabra “otoño” tendría una raíz etrusca: “autu” refiere al paso del tiempo, y que fue adoptada por los romanos quienes la transformaron en “autumnus”. ¿Acaso hay alguien que le cante mejor al paso del tiempo y que lo sufra mejor que Antolín? El artista platense, que canta como pidiendo permiso, presenta en esta placa nueve canciones hermosas donde el yo lírico se encuentra incómodo desde su piel de adulto. El viento del otoño se escucha claramente en “Mini-Holywood” y las letras expresan las fantasías de un Peter Pan que se identifica con el cine de Wes Anderson. La distancia entre el mundo y una juventud que no terminó de madurar es una constante que se aprecia bien en “Juventud y soledad”. Ideal para escuchar caminando, con auriculares, un domingo a la tarde, a la hora en que los locales empiezan a cerrar marcando el fin del fin de semana. Canción más otoñal del disco: “Un hogar lejos del hogar”.
The Smashing Pumpkins – Adore
1998 – Virgin
Adore es un disco que muchos fanáticos de las distorsiones de los primeros discos de The Smashing Pumkins no le perdonaron a Billy Corgan. Para otros es una joya, un álbum conceptual que demuestra el talento de maestro de ceremonias que es el pelado con sonrisa siniestra. Así como el otoño es la estación donde las hojas caen y el paisaje parece mudar de piel y calzarse un traje amarillento, Adore es un disco ciclotímico que acompaña ese paso del tiempo y alterna momentos cálidos (“Perfect”) con momentos muy fríos (“Blank Page”). Como esos días cuyas mañanas demandan una campera pero que con el paso de las horas la temperatura sube irremediablemente. Canciones como “For Martha” hacen que el disco comulgue bien luego de regresar de un funeral, entendiendo la finitud de lo que nos rodea. Canción más otoñal del disco: “Annie-Dog”.
Adrián Juárez – Marimba
2012 – Luscina
El otoño no tiene que ser necesariamente triste y apagado: para muchos es una estación llena de vitalidad. El platense Adrián Juárez -en una línea entre Antolín (pero un poco más tecno) y Gepe-, propone en 20 minutos una serie de canciones luminosas, inocentes y optimistas que se pueden traducir en un sábado de almuerzo en familia o una merienda entre mates, facturas y lectura de poesías. La portada está llena de gorros abrigados para protegerse de la nieve, pero la calidez de las canciones logra derretir esa idea previa. Se puede disfrutar una mañana de sol, mientras preparás el desayuno y te quedás colgado pensando si a la tostada le vas a poner dulce de leche o mermelada. Canción más otoñal del disco: “Decimos te extraño”.
Sonic Youth – Murray Street
2002 – DGC
Dice la leyenda que los neyorquinos estaban en el estudio grabando un disco y en ese momento los aviones impactaron contra las torres gemelas, ubicadas a pocas cuadras de donde ellos se encontraban. Marcados por ese terrible acontecimiento, dejaron ese proyecto en stand by y elaboraron un nuevo disco en respuesta a ese sentido de pérdida, a esa sensación de desamparo. Murray Street es un disco compuesto en pleno otoño estadounidense que busca respuestas y alza la voz sobre la metamorfosis de una ciudad que pasó de ser invencible a vulnerada. Enojo e ira en las canciones finales, reflexión e incertidumbre en las primeras. Un disco breve pero imprescindible para escuchar en momentos de gran confusión, antes de tomar una decisión que puede ser trascendental. Sonic Youth no proporciona respuestas, pero pueden indagar en lo más profundo de tu ser. Canción más otoñal del disco: “Rain On Tim”.
Atrás Hay Truenos – Bronce
2016 – Laptra
Bronce es un disco lleno de fantasmas. Algunos del pasado pero la mayoría del presente. ¿Qué quieren? Redención. Son un instante de equilibrio en la incesante lucha de fuerzas entre la oscuridad y la luz. En Bronce gana la primera y encuentra en el otoño el momento preciso para esa transición. Siendo un disco nocturno, las canciones iluminan por dentro, por fuera son sombras. Quizás haya un chispazo de humanidad con la presencia de Rosario Bléfari en “Euro, el reino de tu amor”. A los neuquinos les bastó solamente 32 minutos para exorcizar sus traumas en complejas canciones que depuran soledades, extensas latitudes incomprensibles y vientos patagónicos. Un disco para escuchar atrapado en un ascensor, sentado, en silencio, sin pedir ayuda, sintiendo cómo el cuerpo empieza a entumecerse y cómo la canción “Interminable” empieza a generar un vuelo a otro estadio de la mente. Canción más otoñal del disco: “Río Negro”.
The Cure – Disintegration
1989 – Fiction
A nivel simbólico, el otoño se asocia en repetidas ocasiones a la madurez o al ocaso de la vida. Luego de Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987) donde la banda había virado hacia un lugar más festivo y recorrido un camino irregular alternando buenas producciones con otras regulares, The Cure sacó su obra maestra, su trabajo discográfico de mayor madurez. Disintegration es el octavo disco y el momento de mayor lucidez: la prueba está en que ninguna de las placas posteriores pudo superarlo. El título alude al paso destructivo del tiempo y ese concepto de renovación supone un afán otoñal. Recuperaron el sonido gótico, volvieron a las raíces más oscuras y dejaron hits inmortales como “Lovesong”. Disintegration es ideal para escuchar bien entrada la noche, preferiblemente un viernes, después de cenar, con luces bajas, un sahumerio de sándalo prendido, con una copa de alguna bebida espirituosa en una mano y un gato dormido en la otra. Canción más otoñal del disco: “Lullaby”.
Lou Reed – Transformer
1972 – RCA
Podemos pensar al otoño como una simple estación del año comprendida entre su equinoccio y el solsticio de invierno, pero también es tiempo de cambio, y así lo habrá sentido Lou Reed en la búsqueda de su metamorfosis perfecta. Transformer fue el disco más importante de su carrera y las canciones están cruzadas por los recuerdos de la época al frente de la Velvet (“Walk On the Wild Side”) y por nuevos vientos de cambio (“I’m So Free”). La canción “Perfect Day”, catapultada por la escena de Trainspotting, despierta una belleza triste como esos domingos algo nublados en donde debemos salir muy abrigados. Es imposible no pensar en las calles desiertas de Edimburgo, mientras Renton, inconsciente, es conducido a la guardia de un hospital. La producción de Bowie le otorgó al viejo lobo de Nueva York un manual para poder prepararse para todos los otoños de su vida. La ciclotimia de la estación comulga muy bien con un artista que nunca quiso ser encasillado. Canción más otoñal del disco: “Perfect Day”.
Los Heladeros del Tiempo – Otoño
2018 – Los Heladeros del Tiempo
Frankie Langdom es un músico que entendió desde muy joven que crecer era una trampa. ¿Cuál es su antídoto ante lo inevitable? Hacer música. Desde que estaba en Don Adams, crea canciones como fotos que buscan capturar lo imposible e inmortalizan el tiempo. ¿Quién más podría haber hecho una canción dedicada al Ital Park? En este EP canta con gran optimismo pop que es otoño todo el año. Independientemente de estas dos canciones, toda la discografía de Los Heladeros del Tiempo está teñida en un otoño permanente, incluso el disco Mundial (2014) compuesta por canciones alegóricas al Mundial de Brasil, tienen un dejo afligido; luego de la derrota en la final con Alemania, el disco cobra un matiz todavía más apagado. Canción más otoñal del disco: “Canción de otoño”.