La improvisación es un misterio no hecho para ser resuelto. Muchos de los artistas que recurren a este método para hacer música lo hacen buscando aportar algo de espontaneidad a su sonido, o evitar que se sienta demasiado premeditado; pero lo cierto es que nadie puede predecir su resultado. De hecho, podríamos decir que el resultado no es tan importante como las enseñanzas que deja el mismo proceso.
Y ahí está su fuerte: la improvisación permite quitarse a uno mismo del proceso, dejar los prejuicios y pretensiones afuera. Algunos con una postura más espiritual lo describen como una forma de canalizar una fuerza superior, otros simplemente como una forma de frenar el pensamiento, por lo menos por unos minutos, y dejar que una intuición menos mental tome el comando.
A continuación, en Indie Hoy elegimos tres nuevos discos de artistas argentinos que dejan que esta intuición guíe sus exploraciones en el ambient y la música electrónica experimental.
Ela Suárez – Por si me buscan
Bruma del sur
Improvisar puede sentirse parecido a entrar en un estado de trance. El mundo parece aquietarse, las distracciones desaparecen, y por un momento todo encuentra un orden, como si las cosas siguieran un movimiento interno. Una experiencia similar induce Por si me buscan, el más reciente EP de la música y productora Ela Suárez.
Ela (por Manuela) viene de publicar su primer disco, Murmurio (2013), una especie de carta de presentación para la artista nacida en Buenos Aires -en ese momento instalada en Bariloche- que reunía distintas grabaciones de piano y guitarra. Sin embargo, Por si me buscan cambia esa sensibilidad acústica por una búsqueda de texturas electrónicas, construidas a partir de pequeños samples vocales en loop que crean una gran marea en la que uno puede desanclar y dejarse llevar.
“Por si me buscan nace de empezar a aprender a jugar con los samples -cuenta Ela en conversación con Indie Hoy-. Un día agarré un pedacito de una canción que había grabado en Bariloche, y empecé a jugar y agregar delays. Todo fue muy en la marcha, de ir probando cositas y texturas. Siento que así descubrí una forma de hacer música y comunicar cosas sin necesidad de ser tan pretenciosa o tan virtuosa”.
El álbum está compuesto por tres tracks -“Primer contacto”, “Segundo con tacto” y “Tercer impacto”- que se sienten como escalones cada vez más profundos hacia una emoción en bruto. “Es un disco de sensaciones -admite Ela-. Es más, creo que tiene más de sensación que de música en sí. Es al día de hoy que lo toco en vivo y me mueve un montón de cosas, me pone en una energía que tengo que estar preparada para afrontar”.
Si Murmurio era un disco con una fuerte carga de melancolía, Por si me buscan pone el foco en la contemplación y el ensueño. Es música guiada por la curiosidad y el hallazgo. “Me enseñó a ser más abierta y más paciente hacia mi propio proceso -cuenta Ela-, a no ser tan ambiciosa de querer cosas grandes, sino de buscar algo chiquito que ocupe todo el territorio. Todo el disco nace de un sonidito, una vocesita, pero de repente ocupa toda la habitación”.
Hacia el último track del disco, el sample que originalmente venía de una voz ya se siente irreconocible, una textura abstracta con la textura rugosa de un violonchelo. Incluso el arte de tapa de Por si me buscan remite a un ejercicio similar: el de tomar una foto o una grabación y ampliarla hasta convertirla en un espacio que se puede habitar.
“Creo que si hay algo que une a mis dos discos es la nostalgia -concluye Ela-. Hay algo sublime en la nostalgia que me encanta, me gusta generar eso. Es como ese abrazo después de llorar mucho, como un descanso”.
Escuchá Por si me buscan en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal).
Koiwa – Live at MACBA
Puddle Label
Hay en el yoga una serie de posturas, o asanas, que se llaman “invertidas”, en las que el pecho se mantiene por encima de la línea de la cabeza. Muchas de estas posturas también implican cierto equilibrio y producen un estado de concentración, como un restart mental.
Una de estas posiciones -sirshasana, o paro de cabeza- es la que vemos hacer a Cristián García Laborde en las portadas de los dos discos en vivo que publicó este año con su alias Koiwa. “Estas posturas llevan más sangre a la cabeza, al chakra que tenemos en el entrecejo -explica en conversación con Indie Hoy-. Así se vitaliza el cerebro, se activa mucho la lucidez mental, empieza a tener más presencia la intuición más que los pensamientos, las emociones o las sensaciones físicas”.
Para Cristián, quien en el pasado fue instructor de yoga y el presente lo encuentra explorando el drone y el ambient, la improvisación es un punto de encuentro entre la música y su práctica espiritual. “Hay una práctica en el yoga que es el uso de mantras, que pueden tener varias maneras -cuenta-. Repitiendo una om por ejemplo, se genera una saturación de la actividad mental y empieza a fluir la intuición”.
Toda la música de Koiwa parte de este impulso libre, tanto la que graba en su dormitorio con su pequeño sintetizador OP1, como la que improvisa en vivo, en solitario o acompañado. “Nunca toco con una idea previa -cuenta el músico argentino-. Tampoco mirando una pantalla. No creo en la canción con un Ableton, en la canción con una lógica musical. En el momento de creación no estoy pensando, no pienso en lo que se viene. Voy dibujando en el momento”.
Esa simbiosis entre su forma de componer y de tocar en vivo lo llevó a publicar discos con registros de sus presentaciones, como Unexpected, grabado en un concierto junto al productor electrónico Sksss, y Peña, de un concierto en un sótano de Recoleta que solía funcionar como galería de arte. Publicado en febrero de este año, Live at MACBA trata de la música que tocó en un evento de la muestra “Montes no visibles” del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.
Koiwa abrió la presentación con su postura de sirshana y luego siguió con sus largas texturas de sintetizadores como zumbidos de una flota de jets sobrevolando el aire, alcanzando momentos tanto de planicie como de turbulencia (Cristián trabajó en una compañía aérea durante años). El final del disco contiene dos tracks que llevan el nombre de la muestra, y un emocionante final titulado “Inner Strength” que alcanza niveles impactantes de épica.
Escuchá Live at MACBA en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).
Germán Leonel – La brisa entre los crespones en flor
Bruma del sur
La improvisación tiene algo para enseñarnos acerca de la confianza. Improvisando uno no piensa en el después o en corregir algo que ya sucedió. Es un estado en continuo tiempo presente, que demanda confiar en lo que simplemente está sucediendo, en lo que carga con la fuerza de lo inmediato. El músico bonaerense Germán Leonel lo describe como un “éxtasis amable, un movimiento de inspiración” que lo llevó a grabar y finalizar un disco en tres días de enero.
El primer día, grabó con el piano que se encuentra en la Casa Cultura y Arte de Malvinas Argentinas, el espacio cultural del barrio de Los Polvorines en donde trabaja. El segundo día, salió a grabar los pájaros del jardín de su casa, las chicharras del verano y el sonido del viento entre los árboles. El tercer día, mezcló todas las grabaciones y terminó de producir el disco que tituló Las brisas entre los crespones en flor.
“Después le pasé el álbum a Lumtz, que siempre confía y me acompaña con su escucha y diálogo -cuenta Germán sobre el artista de Bariloche y creador del sello Bruma del sur, que editó el disco en cassette-. A los pocos días, lo publicamos con ese mismo espíritu de arrebato, con sinceridad y sin tanta publicidad, por así decirlo”.
Sin embargo, Germán no asocia la rapidez del proceso con un deseo de ser eficiente o productivo. “Creo que a la hora de publicar una obra como un álbum, no se trata tanto de ser productivos sino de compartir y de regalar algo -cuenta el también guitarrista de la banda de post rock Elhombreanormal-. Tiendo a comprender el tiempo como espacioso, que si se quiere es una idea muy cercana a la gran etiqueta que es el ambient. Cada vez soy más consciente o más creativo en torno a ese concepto”.
Esa paciencia se escucha en los silencios que separan las majestuosas líneas de piano de La brisa…, cuando Germán parece detenerse a escuchar el canto de un pájaro o la resonancia de su instrumento. “El piano es un mundo en sí mismo -reflexiona-. Lo que más cautivó mi oído fueron las resonancias naturales, la afinación y armonía propia de ese cuerpo. El piano es un mundo, realmente es un mundo”.
Cuatro años distancian a La brisa… del anterior disco de Germán, Sucede que los oídos no tienen párpados, una obra inspirada en nuestro vínculo con los dispositivos que nos rodean y sus interfaces, así como las superficies de nuestros cuerpos y sus interiores. Ahora, el interés de Germán está en los afueras: La brisa… es un disco de paisajes y barrios, o como él describe, de “pasear, caminar o andar en bici por el corredor, ir a la plaza y contemplar su coreografía”. Música que encuentra belleza en lo más simple y atesorado.
Escuchá La brisa entre los crespones en flor en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal).