Un día como hoy pero de 1969, los Beatles se subían a la terraza del edificio principal de Apple Corps, -la empresa discográfica ubicada en el número 3 de Savile Row (Londres)- para dar un show icónico que marcaría el final del grupo después de 10 años de trayectoria.
John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, junto con un grupo de asistentes y técnicos, decidieron sorprender a la ciudad de Londres y al mundo entero al salir sin previo aviso a tocar algunas canciones en la terraza de su sello.
Este gesto, que en principio pareció espontáneo, se llevó a cabo durante las sesiones de grabación para lo que más tarde se convertiría en el álbum Let It Be.
A pesar de su brevedad, ya que el set duró unos 40 minutos con canciones repetidas, el impacto cultural que tuvo fue inmenso porque simbolizó la culminación de una era. A continuación te contamos 5 curiosidades que quizás no sabías del histórico recital de los Beatles.
El recital iba a ser un especial de TV
En 2021, Disney+ publicó un documental de tres partes titulado The Beatles: Get Back dirigido y curado por Peter Jackson que mostró material de archivo inédito de la realización de Let It Be y la presentación desde la azotea de Apple Corps. Esta producción dio a conocer los entretelones de la producción del disco y los planes reales de la banda para promocionarlo.
Por ejemplo, McCartney había planeado un especial de televisión de dos noches para acompañar el lanzamiento del disco, que originalmente iba a llamarse Get Back. El primer envío documentaría al grupo componiendo el material, mientras que el segundo los mostraría interpretándolo en vivo.
Para llevarlo a cabo, la banda reclutó al director Michael Lindsay-Hogg, quien filmó algunos de sus videos promocionales como “Paperback Writer” y “Hey Jude”. Sin embargo, el especial de tv no tuvo el resultado previsto y las imágenes tomadas por Lindsay-Hogg se convirtieron en el documental también llamado Let It Be.
Eligieron la terraza por una única razón: la practicidad
Como se puede ver en la docuserie presentada por Disney+, antes de considerar tocar en la terraza de Apple hubo otras opciones. De hecho, algunas de ellas eran desopilantes. Se sugirieron el transatlántico Queen Elizabeth 2, un anfiteatro ubicado en Sabratha (Libia) y las famosas pirámides de Guiza en Egipto.
Aun así, la gestión y la organización para realizar una trasmisión desde estos lugares, en el lapso de tiempo que tenían para realizarlo, hizo imposible estas opciones ya que no era realizable. “Así que se sugirió que subiéramos a la terraza e hiciéramos un concierto ahí”, recordó Paul en Anthology.
Billy Preston: una figura clave para que el show se lleve a cabo
Si hay algo que caracterizó las sesiones de Let It Be fueron las tensiones y los nervios que se vivían en la sala de grabación. Los cuatro miembros de la banda ya habían tenido algunas peleas para ese momento y la mínima diferencia entre ellos desencadenaba una catástrofe.
Esto truncó la creatividad de la banda, hasta que llegó un salvador: Billy Preston, un distinguido tecladista y sesionista que ya conocía a la banda de su época en Hamburgo a principios de los 60 y había entablado una amistad. Como se puede ver en imágenes de las sesiones, los Beatles invitaron a Preston a tocar y desde ese instante la energía cambió para bien.
Por qué no interpretaron canciones de George Harrison
En su histórico recital en la terraza, los Beatles interpretaron cinco canciones nuevas en un total de nueve tomas. Todos los temas (“Get Back”, “Don’t Let Me Down”, “I’ve Got A Feeling”, “One After 909” y “Dig a Pony”), se acreditaron a Lennon y McCartney. Sin embargo, Harrison había contribuido con algunas canciones para este disco, entre ellas “My Sweet Lord” y “Something”.
Según el libro Ten Years That Shook the World de Valery Boldin, la banda decidió no tocar ninguna de las canciones que George había escrito porque no estaban seguros si él todavía seguiría en la banda cuando armaron la lista. El guitarrista abandonó las grabaciones del disco en dos ocasiones, anunciando en una de ellas: “Creo que me voy… voy a dejar la banda ahora”.
El audio fue conectado al sótano
Como grabar el sonido desde la terraza era realmente complicado, los técnicos de la banda tuvieron que realizar un cableado que grabara el recital desde el estudio que se encontraba en el sótano de Apple Corps. Mientras la banda tocaba, la fuente de audio la operaba un entonces joven ingeniero en sonido, Alan Parsons.