Inútil sería hacer un recorrido por la vasta carrera de Luis Alberto Spinetta, hablar de las influencias que dejó en la música Latinoamericana o tratar de hacer un análisis de sus letras. Porque “El Flaco” siempre fue alma pura y de lo que hay que hablar es de como él llega a nuestras almas.
El 8 de febrero de 2012 muere Luis Alberto Spinetta por un cáncer de pulmón. No se muere sólo un prócer de la música argentina, se muere un hacedor de diamantes. Como supo decir en una de las tantas canciones conocidas de su inmensa carrera, “Alma de diamante”, es lo que él logró transmitir a través de las décadas. Y hay algo que es muy común escuchar en nuestro país: “no entiendo las letras de Spinetta”. Y todo está ahí, no hay que entender, sólo sentir, captar. Hay que entender desde otro lado. Si bien podemos tomar la música del Flaco como lo más intelectual de nuestra época también se lo puede pensar como lo menos racional, lo más pasional y etéreo de nuestra música.
Personalmente, no me considero una gran fan de Luis Alberto, pero puede decir que escuchar su música es una experiencia maravillosa, va más allá de lo práctico, es envolverse de sonidos irreales, ingresar en una atmósfera de maravillas.
Creo que la música argentina le debe un inmenso ¡GRACIAS! por el legado enorme que nos deja, por la cantidad de música preciosa que nos queda para escuchar. Gracias al poeta ejemplar, al músico impecable que se mantuvo cinco horas en el épico Vélez haciendo gala de la voz tan única.
Adiós a uno de los mejores música de la Argentina, adiós al maestro y ¡hasta siempre!