Es probable que muchos melómanos –especialmente seguidores de Radiohead– consideren a Thom Yorke un héroe musical. Ahora bien, para el líder de la popular banda británica también hay un artista al que puede considerar un “héroe”, pues le cambió la vida desde que era un adolescente y lo ayudó a formar su gusto musical.
Un músico que le habló a través de sus canciones
En una oportunidad, dialogando con VinylWriters (vía Far Out), Yorke reveló: “Antes de descubrir a R.E.M. a mediados de los ochenta, escuchaba bandas como Japan. Música para matar el tiempo. Luego descubrí a R.E.M., y eso puso mi vida patas arriba. Michael Stipe estaba cantando sobre sus defectos y debilidades y que está bien ser raro. Era raro“.
Yorke sintió que Stipe se dirigía a él cuando cantaba y eso lo motivó a pensar la música de otra manera, animándose a escribir letras profundas e introspectivas: “A través de sus canciones, Stipe me habló: ‘Está bien, no tienes que justificarte ante nadie’. Poco después, me inscribí en la escuela de arte y comencé a tomar en serio el hecho de hacer música“.
El héroe que se volvió amigo
Para Yorke, R.E.M ayudó a conectar dos facetas de su vida: la de estudiante de arte y la de músico. Además, y gracias al impacto que tuvo en él, no dudó en definir a Stipe como un genio cuyas letras “son como un paseo en coche por una calle llena de señales de tráfico y vallas publicitarias. Un viaje de color neón, cine total en tu cabeza e infinitamente inspirador”.
En 1995 Radiohead fue telonero de R.E.M y, lentamente, aquella figura que veía como un ejemplo a seguir se volvió un amigo. Así lo definió Yorke cuando apareció en Desert Island Discs y eligió “Talk About Passion” como una de las canciones que se llevaría a una isla desierta: “Él fue mi héroe y ahora soy su amigo. Me ayudó a través del final de un período cuando las cosas simplemente se volvieron locas, y la gente comenzó a hablarme como si fuera Jesús en la calle. Lo llamaba y le decía: ‘Simplemente no puedo manejarlo’“.