La actriz y directora italiana Asia Argento fue denunciada por abuso sexual por el actor Jimmy Bennett. El hecho no llegó a la justicia porque sus partes acordaron un pago de 380.000 dólares por parte de Argento (contra la demanda inicial de 3.500.000). En abril pagó la primera parte, de 200.000 dólares.
La investigación que publicó ayer el New York Times generó revueló y sorpresa, ya que la actriz es ferviente militante del movimiento #MeToo y en mayo pasado detalló la violación que sufrió por parte de Harvey Weinstein en Cannes.
La historia entre Argento y Bennett se remonta a 2004, cuando ambos trabajaron en la película The Heart Is Deceitful Above All Things. Desde entonces mantuvieron una amistad y se los vio juntos en las redes sociales refiriéndose como “madre” e “hijo”. En mayo de 2013 tuvieron un encuentro en el hotel Ritz-Carlton de Marina del Rey, California, y fue ahí cuando Argento alcoholiza a Bennett, lo besa y lo obliga a penetrarlo. En ese momento, Bennett tenía 17 años y Argento 37, cuando la edad de consentimiento para tener sexo en California es de 18. Según el diario neoyorquino, Bennet tiene fotografías de ambos desnudos en la cama.
Ese mismo día, Argento publicó una foto en Instagram con el actor, diciendo que era el día más feliz de su vida.
En noviembre de 2017, Bennett le envió a Argento una intimación de su intento por denunciarla. En esa nota, el actor explica que verla “presentándose como víctima de asalto sexual era demasiado… despertaron mis recuerdos de la reunión en el hotel”. Fue ahí cuando Bennett pide los 3 millones y medio por los daños ocasionados.
El acuerdo prejudicial al que llegaron fue de $380.000 dólares, a pagar en el transcurso de un año y medio, con un pago inicial de $200.000. En el mismo acuerdo, Bennett renuncia al copyright de las fotos que tienen en la cama y Argento deja en claro que no puede oponerse a que el acusado hiciera público el hecho.
En un intercambio de correos electrónicos entre la actriz y el abogado de Bennett, este último disco:
“En última instancia, usted decidió en contra de utilizar el lenguaje de no divulgación porque sintió que era inconsistente con los mensajes públicos que ha transmitido sobre los riesgos sociales de los acuerdos de confidencialidad. En teoría, Bennett podría contarle a la gente sus reclamos contra usted. Sin embargo, según este acuerdo, no puede demandarla por ellos. Tampoco puede publicar la foto de ustedes dos. En realidad, no se le permite molestarla por más dinero, menospreciarla o demandarla, siempre y cuando cumpla con sus obligaciones en el acuerdo”.