En el último disco de Carisma titulado Escenas, el dúo de música bailable que tienen Ismael Pinkler y su alma gemela Carolina Stegmayer se sirvieron de la ayuda del productor Diego Irasusta, una de las mitades del dúo DJs Pareja, para lograr una tarea difícil: trasladar la pista de baile al hogar de todas las personas que escuchan el disco. Pinkler, una de las figuras claves de la escena musical actual en Argentina, prolífico y expansivo, tuvo, después de este acontecimiento, el impulso y la voluntad de no descansar, o mejor dicho, de convertir el descanso en el instinto creativo para una nueva obra, y eso, sabemos, es uno de los trucos fundamentales para ser compositor.
A comienzos de este año fundó junto a Stegmayer el sello discográfico-obra Amplio espectro, que acaba de publicar y rescatar el excelente y adelantado Estrella 1996 de Carola Bony, entre otros. Luego publicó el disco Learn More a través de su nuevo alias Green Hills, del cual se pueden pergeñar infinitas teorías de esta nueva entidad-espacio. En la multiplicación de sonidos, Pinkler logra esconderse detrás de los parlantes que cuelgan en los postes de luz frente al cartel de entrada que nos recibe: “Bienvenidos a Green Hills”.
Al igual que el Delta panorámico de Marcelo Cohen, Green Hills es un lugar remoto y Learn More pareciera ser un programa de música funcional diseñado a la perfección para este extraño lugar, con el propósito de que todos los habitantes y visitantes podamos acceder a los paisajes sonoros más preciados de las verdes colinas.
Pinkler compuso esta obra desde un lugar científico, como esos experimentos políticos que hacían en la hipernormalización soviética o aquellas mentes brillantes que imaginaron la virtualidad antes de que esta existiera, sin embargo, siempre desde la quietud, la pasividad y sin tocar ningún instrumento.
Descubrimos que Green Hills es como esos barrios prefabricados norteamericanos estudiados por Dan Graham en los años 60, o como Ciudad Jardín, el páramo residencial de aviadores alemanes en El Palomar en los suburbios de Buenos Aires, con la diferencia de que fue construido íntegramente en menos de un mes con loops de bancos de sonidos de revistas como Future Music y Computer Music, que venden en los kioscos de revistas de las avenidas céntricas de todas las capitales del mundo.
Además de estas ideas, el resultado es notable, el mapa que traza el desarrollo de los temas es fluido y permite aventurarnos en su recorrido. Un icono perdido de un explorador en el escritorio de su computadora que decía “Learn more” le hizo entender que uno de los propósitos del disco fuera que funcionara como un protector de pantalla sonoro. Un collage de loops bajados de internet, un servicio algorítmico online como música de fondo personalizada. Un dispositivo de resonancias perpetuas.
Ismael habla rápido en el living de su casa, al lado de una planta gigante que lo contiene y doy fe que le sugiere silenciosamente muchas otras cosas que Ismael no sé si sabe pero intuye. Tomamos té y acaricio a su perro que me besa y me ensucia aún más mi uniforme de pandemia. Pienso que puedo estar ahora mismo en Green Hills y no darme cuenta, como si la percepción de la realidad aumentara el volumen del placer.
Escuchá a Green Hills en todas las plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music, Soundcloud).
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Ulises Conti (Buenos Aires, 1975) es un compositor, productor y escritor con más de 10 discos editados a través del sello japonés Flau y su propio sello Metamúsica. Su último libro de poesía, Copacabana Palace, se publicó el año pasado a través de la editorial Mansalva.