Pocas compañías hoy inspiran tanta nostalgia con tan solo ser nombradas como Blockbuster. Y es que años atrás sus locales llegaron a ser la meca del entretenimiento para grandes y chicos, sobre todo durante los fines de semana y las épocas de vacaciones.
Según reporta The Washington Post, se estima que durante 1989 se inauguraba una tienda nueva de esa empresa cada 17 horas. Un par de décadas después el panorama es radicalmente diferente. De hecho, hace más de cinco años la enorme proveedora de cintas de VHS, DVDs y videojuegos se declaró en bancarrota, razón por la cual paulatinamente cerraron sus más de 9.000 locales al rededor del mundo.
Sin embargo, en la localidad de Bend, en el Estado de Oregon, subsiste la última tienda con el característico logo verde y azul similar al de una entrada para cine. En un diálogo con la BBC, este es el testimonio compartido por Sandi Harding, gerente actual de esa franquicia:
“Me siento triste y nostálgico de ver irse a Blockbuster. Esta tienda ha estado aquí desde 1992 y trabajé para ellos en 2004. Cuando me enteré de que iba a ser la última me sentí nervioso, no estaba seguro de lo que iba a suceder. La cantidad de atención que hemos recibido fue absolutamente una locura. Las mejores historias son de los padres que traen a sus hijos y dicen: ‘Esto es lo que solíamos hacer, solíamos tomar una película y llevárnosla por ahí’. O los que hablan de cómo tuvieron sus primeras citas en Blockbuster.
Hemos recibido a muchas personas de todo el mundo, como de Inglaterra y Taiwán, y de todo el país. Tenemos un pasto hermoso frente a nuestra tienda y hace tres semanas no había un camino hasta el letrero de Blockbuster, como ahora, que se puede ver esa hierba amarilla y gastada por todos los que se hacen fotos junto a él”.
No obstante, la melancolía ajena es lo que permite que esta tienda siga en pie, y para muchos resulta valioso poder visitarla y ver cómo allí se opera con viejas computadoras, con el mismo software instalado en el sistema operativo de Windows 3.
En todo caso, a nivel mundial quedan un par más de locales: se estima que hay cinco más ubicados en Australia, en pueblos rurales donde no hay acceso a internet. De igual forma, en algunos barrios de ciudades como Buenos Aires es posible encontrarse con modestos cineclubs y comercios que alquilan y venden copias en formato DVD, CD y Blue-Ray de las producciones más populares de épocas pasadas, así como algunos estrenos. Pero lo cierto es que ahora vivimos en la era dorada de plataformas como Netflix.