Una de las presentaciones más impresionantes de la extensa trayectoria de Bob Dylan fue su actuación en el Newport Folk Festival de 1965. Por entonces, el músico ya había sacado cuatro álbumes exitosos y tenía en su haber varios hits radiales. Inclusive, ya había actuado en en ese evento en el pasado, así que estaba más que preparado para brindar su set de 12 minutos, al igual que todos los demás artistas.
Pero lo que pocas personas vieron venir esta noche del 25 de julio de 1965 es que Dylan subiría al escenario con una guitarra Fender Stratocaster y la conectaría al sistema de sonido. Bob entregó entonces una de las perfomances más ruidosas de la historia de dicho festival habitualmente orientado a lo acústico. Por suerte, buena parte del público se tomó ese despliegue de la mejor manera. Mientras que la mayoría de la audiencia estalló en júbilo y gritaba arengando al autor de “Like a Rolling Stone”, otros pocos lo abucheaban de manera furiosa. Lo innegable es que Dylan los sorprendió a todos.
El revuelo desatado fue tal que tras ello muchos de sus seguidores, sobre todo los activistas políticos, manifestaron una honda preocupación al considerar que Bob quizá estaba “vendiéndose”. Asimismo, algunos pensaron que esa era la manera de Dylan de declararse en contra (o a favor) de la industria musical. Uno de los indicios al respecto es que meses antes, el cantante folk había confesado en una entrevista con The New Yorker: “Ya no quiero escribir para la gente… Desde ahora quiero escribir desde mi interior”.
De acuerdo con lo señalado por el autor Elijah Wald frente a la prensa, Bob creó y ensayó su set eléctrico solo 24 horas antes de dicha puesta en escena. Wald además atribuye los sentimientos de ira que generó la actuación de Dylan al difícil momento histórico que se estaba viviendo en los Estados Unidos: “Ese fue el fin de semana en que Lyndon Johnson comprometió por completo al país con la victoria en Vietnam… En el sentimiento comunitario de la primera mitad de los años 60 se estaba volviendo cada vez más difícil pensar que todo iba a estar bien y que el mundo sería un lugar mejor”.