Los algoritmos han pasado a predecir tantos aspectos de nuestra vida de una forma tan paulatina que apenas nos estamos dando cuenta de sus alcances en diversos campos. Y es que además de que gracias a estas herramientas Spotify puede recomendarnos música que nos podría gustar, hoy es posible que incluso por medio de un algoritmo se pueda averiguar en qué melodía estamos pensando.
La historia de este descubrimiento comienza en 2014, cuando un grupo de científicos liderados por Brian Pasley dieron inicio a un experimento que vinculaba algoritmos de aprendizaje con análisis de la actividad cerebral de varios individuos. El fin último de estas pruebas era encontrar la forma de traducir las ondas neuronales de las personas, es decir, algo así como leer sus mentes. Si bien se empezó por analizar palabras pronunciadas por los sujetos y cómo son estas procesadas en el cerebro, después se extendió la investigación también al área de lo musical.
Acerca de tal proceso, Pasley puntualizó lo siguiente en declaraciones para el medio Digital Trends:
“Durante la percepción auditiva, cuando escuchás sonidos como el habla o la música, sabemos que algunas partes de la corteza auditiva descomponen esto en frecuencias acústicas, por ejemplo, en tonos bajos o altos. Probamos si estas mismas áreas cerebrales también procesan sonidos imaginarios de la misma manera que verbalizás internamente el sonido de tu propia voz, o imaginás el sonido de la música clásica en una habitación silenciosa. Descubrimos que había una gran superposición, aunque también diferencias claras en cómo el cerebro representa el sonido de la música imaginada. Al construir un modelo de aprendizaje automático de la representación neuronal del sonido imaginario, usamos el modelo para adivinar con precisión razonable qué sonido se imaginó en cada momento en el tiempo”.
Lo cierto es que los planes que tienen los precursores de este algoritmo parecen ser bastante altruistas y de hecho, de haberse concretado en años anteriores podrían haber ayudado a personas con parálisis como el físico y astrónomo Stephen Hawking. Esto es lo que Pasley agregó refiriéndose a sus intenciones con dichas investigaciones:
“Nuestro objetivo a largo plazo es desarrollar algoritmos para un dispositivo prostático del habla para restablecer la comunicación en personas paralizadas a las que les es imposible hablar. Estamos bastante lejos de realizar esa meta, pero este estudio representa un importante paso. Demuestra que la señal neuronal durante las imágenes auditivas es suficientemente fuerte y precisa para su uso en algoritmos de aprendizaje automático que logran predecir señales acústicas de la actividad cerebral medida”.
Como suelen decir algunos, no caben dudas de que el futuro es ahora. Solo resta esperar que descubrimientos como el anteriormente descrito sea utilizado para los mejores fines posibles.