Dave Grohl, uno de los referentes actuales de la música rock, sabe muy bien lo que es tener que levantarse e intentar de nuevo. Su experiencia con Nirvana, una de las bandas esenciales de los 90, le mostró los lados positivos y negativos de ser un ícono y un referente para una generación. Tras la separación del grupo, el cantante atravesó momentos oscuros y, según él mismo ha contado, tuvo que tocar fondo para salir a la superficie y crear la que hoy es su exitosa banda: Foo Fighters.
Un encuentro que marcó un antes y un después
El primer punto de quiebre para Grohl fue la separación de Nirvana en 1994, luego de la trágica muerte de Kurt Cobain. El artista tuvo muchos problemas para superar la muerte de su amigo y así lo expresó en 2021, durante su aparición en The Graham Norton Show: “No sabía qué hacer con mi vida. Ni siquiera podía escuchar música. No quería escuchar la radio, guardé mis instrumentos. Dolía mucho”.
Grohl decidió irse al “lugar más remoto” que pudo encontrar: el Anillo de Kerry en Irlanda, donde tuvo una experiencia que le abrió los ojos. “Estaba conduciendo y vi un chico haciendo dedo. Estaba lloviendo un poco y, mientras me acercaba, pensaba: ‘Lo voy a recoger’. Al acercarme, vi que tenía una remera de Kurt Cobain y pensé: ‘incluso en el lugar más remoto que pude encontrar, no puedo escapar de esto’. Así que dije: ‘me voy a ir a casa y voy a empezar de nuevo’. Y empecé con los Foo Fighters”.