Una de las varias reinvenciones que tuvo David Bowie en su carrera fue su regreso a mediados de los 90 como una superestrella de la creciente ola del rock industrial. Tomando ideas de bandas como Ministry y Nine Inch Nails, Bowie tuvo un renacimiento crítico luego de una década de recepciones mixtas de su trabajo. Tras haber trabajado con Brian Eno para su disco conceptual 1. Outside en 1995, dos años después regresó al estudio para Earthling, una combinación de las influencias industriales del momento con nuevos sonidos electrónicos tomados de la música techno.
La canción que evoca a los enanitos de Blancanieves
Según recoge Far Out Magazine, una de las canciones más recordadas de ese disco, “Little Wonder”, es notoria por su intención de querer basarse en los enanitos de la historia de Blancanieves. En particular, quería combinar todos los nombres de los siete enanitos e incorporarlos dentro de la canción.
El tema comienza con un ritmo de breakbeat influenciado por The Prodigy y va tirando los nombres dentro de la letra. “Clima apestoso, manos gordas y tembleques/Sabio de mañana tontín, enanos gruñones”, dice la canción, y así tres de los siete enanos son nombrados. Luego, habla de un “tiempo dormilón”, alguien “tímido pero desnudo”, un “butano mocoso” y una “nación feliz de Marte”. Además de lograr nombrar a todos los enanos, los contextualiza dentro de una búsqueda espacial, delineando algo “tan lejano”.
El disco Earthling continuó con la nueva etapa de la carrera de Bowie y “Little Wonder” encontró su lugar dentro del panteón de sus canciones clásicas, al menos para los fanáticos. Sirve como una demostración del poder esotérico que tenía este gran freak dentro de la música popular.
Escuchá “Little Wonder” a continuación.