En 1990 Dave Grohl entró a Nirvana para suplantar a Chad Channing como baterista y ya nada volvió a ser igual. Ni la música, ni ellos mismos. Grohl dejó el grupo de hardcore punk Scream para unirse a Kurt Cobain y a Krist Novoselic y así grabar dos discos más que relevantes en la historia del rock: Nevermind e In Utero. Sin embargo, el músico afirma que este último no es un disco que le gusta escuchar a menudo.
En la biografía sobre Grohl, This Is A Call: The Life and Times of Dave Grohl del autor Paul Brannigan -según recuerda Far Out Magazine-, el baterista cuenta: “Nevermind e In Utero son dos discos totalmente distintos. Nevermind fue intencionado, por mucho que los revisionistas digan que fue una versión artificiosa de Nirvana, no lo fue: fuimos con la intención de hacer el disco, ensayamos horas y horas, día tras día, para llegar a él. Pero In Utero fue muy diferente. No hubo un proceso detrás, simplemente salió como una purga, y fue muy puro y natural“.
Un trabajo oscuro que prefiere no revisitar
Como aclara el mencionado medio, In Utero fue una respuesta directa al éxito de Nevermind. Sin embargo, como fue lanzado solo siete meses antes de que Cobain se quitara la vida, Grohl menciona que le es un disco “difícil de escuchar”: “Porque es tan real, y porque es una representación tan exacta de la banda en ese momento, me trae otros recuerdos, como que me eriza la piel”, confesó.
Por otro lado, Dave también definió el disco como “increíblemente oscuro”, argumentando que se configura como “una representación exacta de la época”. “Escucho canciones en la radio de vez en cuando y me gusta la diferencia de escuchar ‘All Apologies’ o ‘Heart-Shaped Box’ en medio de un montón de música moderna comprimida, porque destaca, pero lírica y conceptualmente no es algo que me guste revisitar demasiado a menudo“, concluyó.