Después de 10 años ininterrumpidos de carrera, los Beatles se separaron de forma abrupta y polémica. El desenlace de la icónica banda a finales de los 60 llevó a muchos resentimientos mientras trabajaban en sus primeros álbumes solistas, con John Lennon y Paul McCartney teniendo diferentes disputas a través de indirectas en canciones.
Para sorpresa de muchos, la carrera de George Harrison como artista solista sería -inicialmente- una de las más exitosas. El miembro más espiritual y místico de la banda oriunda de Liverpool había estado acumulando canciones desde años antes, por lo que sus discos solistas, especialmente All Things Must Pass, marcaron algunos hitos de su carrera.
Mientras tanto, Lennon y McCartney también habían emprendido su propio camino, comenzando a reinventarse después de la separación. Paul presentó su primer disco homónimo, McCartney, y, aunque el músico era conocido por ser un perfeccionista, sus primeras canciones en solitario resultaron ser más escuetas de lo que muchos esperaban.
Según recuerda Far Out Magazine, en una ocasión le preguntaron a Harrison qué opinaba del LP debut de su compañero y expresó: “‘That Would Be Something’ y ‘Maybe I’m Amazed’ me parecen geniales. Todo lo demás me parece justo, está bastante bien, pero es un poco decepcionante. Creo que esas dos canciones en particular son realmente muy buenas. Y las demás, no me hacen mucho“.
El músico continuó: “Puedo escuchar a otras personas tocar mejores tambores y guitarras y cosas así. Y los arreglos de algunas de estas canciones, como… ‘Teddy Boy’ y ‘Junk’, y cosas así, con un poco más de arreglo, podrían haber sonado incluso mejor. Supongo que era lo único que sentía que podía hacer en ese momento”.