El año pasado, Maia Basso publicó el single doble “Bebe tu mal“, en el cual se ponía en la piel de las icónicas figuras de la voz latinoamericana Jorge Cafrune y Mercedes Sosa. Ahora la artista rosarina anunció un trabajo que mantiene esta misma intención de homenajear: un disco doble dedicado a la obra de María Elena Walsh con motivo de honrar los 10 años de su fallecimiento.
Para esta ocasión, la también integrante de Aguaviva se unió con el tecladista coterráneo Gabriel Schubert, integrante del grupo de math rock Forestar. El resultado es el deslumbrante María, un álbum conformado por veintidós canciones que nos invitan a viajar en el tiempo y volver a nuestra niñez para hacernos sentir que, tal vez, todavía hay alguien ahí esperando a volver sonreír al sentir la magia de este dream pop ceremonioso.
La dupla expresó lo siguiente a partir de un comunicado: “María es una selección de canciones de María Elena Walsh que podrían incluirse dentro de su repertorio musical infantil, si es que esto fuera posible, en una inútil intención de catalogar su inmensa obra. La recopilación no es caprichosa, si no un ejercicio emotivo, más bien una evocación nostálgica de un canto que todavía nos mece en un estado entre el sueño y la vigilia, quizás el recuerdo inconsciente de un primer encuentro con la música”.
A lo largo del repertorio se van intercalando piezas instrumentales y otras interpretadas vocalmente. Desde la apertura ideal para estos tiempos corrientes, “Canción de la vacuna”, hasta clásicos inolvidables como “Manuelita la tortuga” y “El reino del revés”, el universo sonoro que evocan estas reinterpretaciones es cautivante y onírico. Mientras que los temas que cuentan con la participación de Maia elevan el grado de sensibilidad que se percibe fácilmente del principio al final. Su voz es serena e inocente para manifestar de inmediato la sinceridad de su acto, cantando desde lo más profundo del corazón: “El adivinador”, “En el país de Nomeacuerdo” o “Canción del pescador” son un claro ejemplo de esto.
El disco salió a través del sello rosarino Polvo Bureau. Schubert se encargó de las etapas de grabación, mezcla y masterización, mientras que la producción fue una tarea realizada codo a codo por los dos artistas. El arte de tapa estuvo a cargo de Bruno Chiovoloni quien asumió la ensoñación de emular un retrato de la emblemática poetisa y cantautora oriunda de Villa Sarmiento como en un cartucho de la Family Game en pos de socavar aún más en la nostalgia de este cálido homenaje. Sobre este experimento electrónico, la dupla comunicó:
“En la apropiación inevitable de ese mundo se nos presentó por accidente generacional el universo sonoro de las primeras consolas de video juegos de 8 y 16 bits, que en este disco instrumentan las canciones con sonidos generados en computadora, en una búsqueda de enlazar colores que podrían pintar la foto de nuestra infancia en la Argentina de la década del 90, revelada más de 20 años después y acompañada por una banda sonora compuesta hace más de 60 años atrás”.
Escuchá María en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).