Dentro de los nombres más famosos que hay en el amplísimo mundo de la música, pueden aparecer algunos de magnitud similar, pero temporalmente muy distantes. Así, bien podría mencionarse el caso de un compositor clásico como Mozart y uno más cercano como The Beatles. La diferencia sustancial entre el pianista y los Fab Four tiene que ver con la posibilidad que estos últimos tuvieron de ser grabados, algo que no sucedió con el alemán, que solo pudo reproducir sus obras en manos de otros.
Desde fines del siglo XIX, en paralelo a la aparición de las primeras patentes sobre equipos que serían los antecesores del tocadiscos (como por ejemplo el fonógrafo y el gramófono) y sus ventas en comercios, apareció también un primer acercamiento popular a la música, con las familias teniendo la posibilidad de reproducirla en sus hogares por primera vez en la historia. Esto cambió drásticamente la manera de consumir este arte, puesto que se abrió todo un abanico de géneros menos conocidos y con ello una recién nacida industria.
Todo fue incluso un paso más allá cuando en 1949 se estrenó comercialmente el single “Texarkana Baby” de Eddy Arnold, que era económicamente accesible al nivel de valer un vuelto y con un tamaño que permitía intercambiarlo en cualquier lugar. Así, en el caso del Reino Unido, el sencillo que causó sensación fue “(We’re Gonna) Rock Around The Clock”, de Bill Haley & The Comets. Fue tal el suceso de este hit de 1954 que alcanzó la impresionante cifra de vender un millón de copias. Hasta el día de hoy, otros 178 singles alcanzaron ese hito en el país europeo (vía Far Out).
Además de su importancia comercial, su impacto musical fue también altamente relevante, dado que esta canción (escrita originalmente en 1952 por Max Freedman y James Myers) es un simple blues de 12 compases que definió la primera era del rock and roll. En este sentido se pronunciaría más tarde el productor Milt Gabler: “Era consciente de que el rock estaba empezando. Sabía lo que estaba pasando en el área de Filadelfia, y ‘Crazy Man, Crazy’ había sido un éxito aproximadamente un año antes. Ya estaba comenzando y quería tomarlo desde allí”. Así, con este ritmo tan pegadizo y, entonces, innovador, la cultura pop estaba poniéndose en marcha.