Desde hace varios meses que Ethan Kath está en el ojo del huracán tras las denuncias de abusos sexuales y maltrato psicológico proferidas en su contra por su antigua compañera de banda, y también ex pareja, Alice Glass. Antes tales acusaciones, trascendió que Ethan (cuyo nombre real es Claudio Palmieri) no solo se defendió negando todo, sino que demandó a Alice por difamación.
Ahora, más allá de las anteriores declaraciones ante los medios y de los comentarios que han suscitado entre periodistas y seguidores de su música, el medio especializado Pitchfork se dio a la tarea de indagar en qué término se encuentra esta situación en cuanto a lo judicial. ¿Está siendo investigado oficialmente Ethan por la posible comisión de delitos sexuales? El portal confirma que sí. Y la fuente es el departamento de policía de Toronto. Según uno de los funcionarios a cargo del caso, si bien no pueden revelar la naturaleza de los crímenes por los que está bajo sospecha, al tratarse de un expediente activo, menciona que hay varias mujeres involucradas atestiguando por estos hechos.
Aquel mismo empleado contó que, según lo enunciado por una de esas chicas en su relato, el músico comenzó a contactarla a través de internet desde que ella tenía 15 años, e inició relaciones sexuales con ella cuando había cumplido los 16. Puntualmente, dijo:
“Quiero que los maltratos horribles y enfermos por parte de este hombre hacia menores de edad salgan a la luz para que todos lo sepan y puedan protegerse”.
En aras de escuchar a todas las partes, luego Pitchfork contactó al abogado del artista para conocer su respuesta ante tales nuevas acusaciones, el letrado negó los abusos en nombre de su representado expresando:
“Estas acusaciones viles y repugnantes son un intento por perjudicar la reputación de mi cliente y, a su vez, dañar a las víctimas reales de abuso”.
En unos meses seguro vamos a tener más información respecto de este cauce judicial que ha salpicado el legado de una de las duplas más aclamadas de la escena electrónica experimental, así como ha sido también uno de los casos más importantes en estos meses en cuanto al movimiento #MeToo que busca visibilizar y poner freno a violaciones y acosos que con frecuencia suceden hasta en los entornos más progresistas e inesperados, como el del arte.