Gorillaz está de fiesta. La banda liderada por Damon Albarn celebró el 25º aniversario de Gorillaz, su disco debut, con una muestra y una residencia de cuatro noches en el Copper Box Arena de Londres que culminó en el día de ayer.
En el primer concierto, el proyecto tocó todas las canciones de su primer álbum; en la segunda noche, hizo un repaso total por Demon Days (2005) y en la tercera, hizo lo propio con Plastic Beach (2010). Sin embargo, la cuarta y última presentación tuvo sorpresas. Gorillaz decidió cerrar su residencia tocando su nuevo disco, aún sin título ni fecha de lanzamiento. Además, recibió en el escenario al dúo Sparks y a Johnny Marr, ex The Smiths. ¿Lo curioso? Los celulares estuvieron prohibidos.
Según reporta Stereogum, una de las canciones se titularía “The Happy Dictator” y sería la colaboracón con Sparks. Por otro lado, sonó “Fresh Arrivals” (con Omar Souleyman y Yasiin Bey), y “The Sad God” (con Black Thought y Kara Jackson). Otros artistas que se unieron a la fiesta fueron Anoushka Shankar, Joe Talbot, el argentino Trueno, Gruff Rhys y Paul Simonon.
Los detalles del nuevo disco de Gorillaz
Albarn reveló que el próximo disco de Gorillaz será un proyecto multilingüe: "¡Mi nuevo disco de Gorillaz está en cuatro idiomas!", declaró en una entrevista reciente (vía NME). Aunque en marzo había dejado entrever que el nuevo disco de la banda virtual podría llegar este año, en conversación con The Times aclaró que el lanzamiento está previsto para 2026.
La muestra que acompañó el aniversario
Junto a los shows, Gorillaz inauguró “House of Kong”, una exposición inmersiva descrita como "una experiencia para los valientes y audaces”, que ofrece un recorrido inédito por Kong Studios, el ficticio cuartel general donde nacieron las aventuras de 2D, Murdoc, Noodle y Russel, los cuatro personajes animados que revolucionaron la industria musical desde su irrupción con "Tomorrow Comes Today" en el 2000. La exhibición celebra no solo la trayectoria visual y sonora de Gorillaz, sino también su impacto como fenómeno cultural que desdibujó las fronteras entre lo real y lo digital mucho antes de que eso fuera una norma.