Al igual que tantas otras estrellas de rock, Graham Coxon ha lidiado con adicciones, específicamente con el alcohol. De hecho, el problema del músico inglés con la bebida fue tan grande que él mismo admitió creer que estaba “destinado” a convertirse en alcohólico. En una entrevista con el podcast Blank, Coxon, quien en 2001 tomó la decisión de rehabilitarse de su problema, contó que su lucha contra la ansiedad lo llevó a creer que su destino era terminar siendo un adicto.
El miembro de Blur admitió: “Creo que probablemente era alcohólico cuando tenía cinco o seis años, estaba todo listo, estaba esperándome ahí, solo por el tipo de persona que era, la mente que tenía. Solo tuve que esperar diez años para encontrar lo que me llevó a decir, ‘Guau, esto es fantástico. Acabo de tomar dos copas de vino y todo eso desapareció. Me siento absolutamente genial, soy un éxito en las fiestas…’. Bueno, realmente pensás que lo sos”.
“Creo que la razón por la que bebí en primer lugar fue por ansiedad”, prosiguió. “Creo que siempre sufrí de ansiedad… No sabía que era ansiedad, solo pensé que ese leve zumbido de vergüenza y nerviosismo era lo que se sentía al vivir. Pensé que eso es lo que se siente estar vivo, pero me di cuenta en algún momento de mi adolescencia que una botella de vino simplemente apagaba todo eso. Lo hacía desaparecer y detenía la negatividad”.
Al continuar relatando su historia y el infierno que vivió, Coxon rememoró: “Fue bastante inocente durante un buen tiempo. Supongo que estaba bebiendo todos los días, de una manera agradable y normal, con amigos, en el pub. Eso era a partir de las seis en punto. Empezábamos a jugar al billar y después de que el pub cerraba, me iba a mi casa y eso estaba bien para mí. Unos años más tarde, era ‘No, el pub está cerrando, tiene que haber algo más’ o ‘Mi resaca es tan fuerte que podría beber para superar los bordes antes de las seis’. Creo que esto fue en 2001, quizás. No podía parar, era tan simple como eso“.
“Era un adicto. Podía pasar mucho tiempo sin el alcohol, pero una vez que comencé, realmente no podía detenerme. Podía continuar durante días. En 2001, antes del final, fueron meses así. Empecé a pensar: ‘Dios mío, será mejor que haga algo al respecto. Esto se está poniendo un poco aterrador'”, sentenció.